- Será instalada en los talleres de la Red de Transporte de Pasajeros del Distrito Federal
- El proyecto, además, permitirá establecer el primer laboratorio en el país para determinar la calidad del biodiésel obtenido
Mediante
esta planta piloto, que será instalada en los talleres de la Red de Transporte
de Pasajeros (RTP) del Distrito Federal, se prevé la producción de dos mil
litros diarios del biocarburante en un lapso de una hora. La calidad y materia
prima serán avaladas por un laboratorio que se pretende establecer en la
Facultad de Ingeniería (FI), que podría constituir el primero y único en su
tipo en el país, indicó Alejandra Castro González.
La
académica del posgrado de la Fl resaltó la importancia de garantizar la calidad
de la materia prima (aceite vegetal de reúso) y del biodiésel producido, para
el buen funcionamiento de los camiones, porque un combustible de mala calidad
dañaría los motores. “No existe en México un laboratorio certificado para medir
específicamente la calidad, y a partir de este proyecto podrá instalarse el
primero y único en la UNAM”.
Uno de los
sectores que mayor número de contaminantes produce a nivel global es el
transporte (36 por ciento). En el país constituye un problema “que buscamos
atacar con el uso de elementos limpios”, apuntó.
La nuestra
es una de las 11 naciones más importantes en la producción y consumo de aceite
vegetal; aquí se generan 1.89 millones de toneladas anuales en promedio y el
consumo per cápita es de 22.5 kilogramos.
Sin
embargo, dijo, hasta el momento se desconoce la cantidad de aceite residual que
se genera, en particular en la Ciudad de México, “por lo que parte de este
estudio será determinar el volumen que desechan restaurantes y hoteles”.
En
establecimientos de Ciudad Universitaria hemos realizado una investigación al
respecto; “algunos tiran 70 por ciento y otros sólo 20 por ciento, de lo que se
deduce que hay locales que cocinan más sano que otros”, apuntó.
El proyecto
Estudio, diseño e implementación de una planta piloto para la producción de
biodiésel a partir de aceites comestibles usados, es financiado por el Fondo
Mixto Conacyt-Gobierno del Distrito Federal y se divide en cuatro etapas:
cuantificación del aceite de desecho en la urbe para convertirlo en biodiésel,
en la que participarán los Institutos de Ingeniería e Investigaciones
Económicas de esta casa de estudios.
La segunda
fase consiste en el diseño, construcción, arranque y operación de una planta
piloto en las instalaciones de la RTP, que contempla la capacitación para su
manejo. “Será totalmente automatizada, el diseño ya está hecho y vamos a
replicar la planta que donó la empresa Biofuels de México y a la que hemos
aplicado mejoras”.
La tercera
será el establecimiento de un laboratorio para medir la calidad de la materia
prima y del biocombustible generado, para lograr la exigencia que marca la
norma internacional ASTM 6751. Este espacio contará con el equipo analítico
necesario para evaluar esos parámetros y, más adelante, se buscará la
certificación correspondiente.
En la
cuarta etapa se medirán las emisiones de los camiones de la RTP, antes y
después del uso de biodiésel en el corto, mediano y largo plazos. Al final, se
realizará un estudio de factibilidad técnico, económico y ambiental.
La
universitaria informó que también participarán investigadores de la Facultad de
Química, del Centro de Ciencias de la Atmósfera y del Instituto de Ingeniería.
Los
beneficios del biodiésel
En su
estructura, el biodiésel contiene moléculas de oxígeno que permiten que el
motor realice una combustión completa y, por lo tanto, un mejor aprovechamiento
del combustible. Al haber un mejor proceso, disminuye la cantidad de gases de
efecto invernadero.
Además,
limpia la maquinaria de los camiones, “elimina las incrustaciones que tuvieron
durante los años de operación y, de manera automática, brinda una mejor
combustión y eficiencia, así como la disminución en el consumo de combustible
por kilómetro, lo que se traduce en una menor mano de obra y la reducción del
costo por mantenimiento”, explicó Castro González.
Al mismo
tiempo, como coproducto del proceso de elaboración, se estará en la posibilidad
de obtener glicerol, subproducto de importancia para las industrias
farmacéutica y cosmética, entre otras, con un impacto económico importante.
“Los camiones de la RTP, además de conseguir un beneficio económico del
biodiésel, también lo tendrían por la venta de glicerol”, acotó.
No se trata
de la sustitución total del diésel por biodiésel, sino mezclas de ambos para
las unidades más viejas, en una proporción de 95/5 por ciento; 90/10 por ciento
y 85/15 por ciento, aclaró. “Los camiones de modelo reciente no pueden usar
este producto porque tienen un convertidor catalítico y de hacerlo perderían la
garantía que les otorga la empresa automotriz”, detalló.
Asimismo,
recalcó la posibilidad de que a partir de este proyecto se hagan las
regulaciones en la Ciudad de México para la recolección, transporte y reúso del
aceite vegetal, además de ofrecer la oportunidad de que se lleve a cabo el
trabajo conjunto entre el gobierno, empresa y comunidad científica
multidisciplinaria.
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