Por Alejandra Buggs Lomelí* | Mujeres y salud mental
El miedo es una sensación de angustia inherente a todo ser
humano, que se convierte en un mecanismo natural de defensa ante la percepción
de una amenaza.
El miedo nos pone en alerta ante la presencia de riesgos que
atentan contra nuestra tranquilidad o incluso contra nuestra vida, como por
ejemplo: caminar solas tarde por la noche, un ruido que no reconocemos, un
temblor o un acto arbitrario por parte de las autoridades o del gobierno.
Al comprender que el miedo es inherente a la naturaleza de
todo ser humano, entendemos también que tanto mujeres como hombres lo
experimentamos, sin embargo, existe una realidad determinada por la violencia
de género.
Es precisamente por la violencia de género que las mujeres
en todo el mundo vivimos con miedo a la violencia de la pareja, de hijas e
hijos, de alguna persona de la familia, a amenazas de secuestradores, tratantes
de personas, a la delincuencia, y hoy por hoy en México, a las acciones
injustificadas, arbitrarias y violentas del gobierno que directa e
indirectamente han afectado física y emocionalmente tanto a mujeres como a
hombres.
Sin embargo, las mujeres hemos tenido que aprender a vivir
con ese miedo cotidiano que nos hace sentir inseguridad al subir al transporte
público o caminar por una calle desolada, sentimos miedo cuando no conocemos
bien las claves de lo que tenemos alrededor y po r tanto no sabemos a lo que
nos enfrentamos.
El miedo puede paralizarnos, detenernos y provocarnos
efectos negativos tanto en nuestro cuerpo como en nuestra mente.
También puede ser un gran aliado de las mujeres al
alertarnos del peligro generando que activemos nuestra capacidad de atención.
Para que el miedo se convierta en nuestro aliado es muy
importante empezar por reconocer y aceptar que tenemos miedo e identificar
aquello a lo que le tememos; de esta forma podremos prepararnos para enfrentar
de una mejor manera la situación amenazante que se nos presente.
En la consulta psicoterapéutica con mujeres, la mayoría de
las consultantes suelen expresarme al avanzar en su proceso, que una de las
formas en que han logrado superar su miedo es no peleándose con él, sentirlo y
aceptarlo, además de reconocerse como mujeres sujetas de derechos y sobre todo
apropiarse de ellos.
Que las mujeres logremos detectar, reconocer y manejar
nuestros miedos, nos permitirá anticiparnos, prepararnos y actuar ante
situaciones que no queremos y así prevenir la violencia de género.
Y si se presentan situaciones violentas, poder enfrentarlas
y atenderlas creyendo vehementemente que sí podemos las mujeres contribuir en
la transformación de este mundo y entorno patriarcal.
Me queda claro que no podemos cambiar a nadie, pero sí
tenemos la capacidad de influir en las personas que nos rodean para que los
cambios se vuelvan una realidad.
Por eso mi maestra la doctora Jean Shinoda Bolen nos conmina
a las mujeres para transmitirnos el mensaje urgente de la madre tierra:
“Unámonos las mujeres para salvar al mundo”, y yo agregaría: contactando
nuestro miedo proporcionándole el espacio necesario para reconocerlo,
convirtiéndolo en nuestro aliado a favor de nuestra protección y bienestar. (Cimacnoticias)
www.saludmentalygenero.com.mx
*Psicóloga clínica, psicoterapeuta humanista existencial,
especialista en Estudios de Género, y directora del Centro de Salud Mental y
Género.
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