La carne de cerdo debe convertirse en el factor que elimine el espectro del hambre

  • Este alimento es muy importante en la gastronomía mexicana, reconocida mundialmente como patrimonio de la humanidad.
  • La producción de cerdo demanda más de 4 millones de toneladas de granos y oleaginosas y da empleos directos e indirectos a 2.4 millones de personas.

México, DF.- La carne de cerdo debe ser parte importante de la lucha contra el hambre por sus cualidades nutritivas, las facilidades de reproducción de la especie, precios accesibles para todas las clases sociales y su adaptación a las diversas regiones del país, dijo el presidente de la Confederación Mexicana de Porcicultores, José Luis Caram Inclán.
“Ha llegado el momento de que la gente conozca los beneficios y bondades  de la carne de cerdo”, enfatizó el dirigente y sostuvo que este alimento tiene un alto contenido de tiamina, riboflavina, vitamina B6 y B12, calcio, fósforo, zinc, hierro y potasio. La ingesta de este último elemento a través de la carne de cerdo por pacientes con hipertensión arterial, ayuda a mantener bajos los niveles de sodio.
Además, es rica en ácido linoleico, el cual neutraliza los efectos negativos del ácido palmítico, que contienen las grasas saturadas. La idea de la degustación, que realizamos por varios estados de la República, es con el propósito de que conozcamos un poco más de las ya conocidas bondades de la carne de cerdo. “México sabe” que la carne de cerdo es una de las más importantes que tiene la gastronomía mexicana reconocida mundialmente como patrimonio de la humanidad.
Históricamente los estados del centro de la República, como Michoacán, donde son populares las carnitas michoacanas, o como en Jalisco las “tortas ahogadas” con carne de cerdo, tienen excelente sabor. En otros estados, como Sonora, Sinaloa y Tamaulipas, la carne de cerdo es muy demandada. Y llegamos hasta Yucatán con la famosa “cochinita pibil”.
El cerdo, más que un elemento de la cocina mexicana, es un elemento de la cocina mundial, y Michoacán destaca por su producción, cumpliendo altos estándares de calidad, sanidad e inocuidad.
La producción de carne de cerdo demanda más de 4 millones de toneladas de granos y oleaginosas y da empleos directos e indirectos a 2.4 millones de personas.
En México y en el mundo este tipo de carne se ubica entre las de mayor consumo alimenticio entre las especies animales convencionales, particularmente del segmento de población de ingresos medios y bajos.
Sigue siendo una opción para la ingesta de proteínas de origen animal y una importante fuente de ingresos y empleos en el medio rural.
A través de sistemas tecnificados de producción y mejoramiento genético de razas, considerados de última generación, ha sido posible mejorar de manera notable las condiciones de calidad, sanidad e inocuidad.
Esto garantiza su consumo nacional y la conquista de nichos de mercado en países de Europa, Asia y América. De acuerdo con información de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en la última década se alcanzó una producción mundial de alrededor de 260 millones de toneladas de carne de las especies comunes, de las cuales más de 100 millones de toneladas corresponden a la porcicultura.
En México la producción asciende a 1.2 millones de toneladas, de las cuales Michoacán participa con 60 mil toneladas anuales. Esto, en base al desarrollo científico y tecnológico, a las inversiones y al avance de la enseñanza a través de escuelas especializadas en zootecnia en los campos de la genética, la nutrición, la sanidad e inocuidad.
En estas condiciones, la carne magra de alta calidad, con un contenido cercado al 14 por ciento de grasa entreverada en la parte muscular, con una ración de 180 gramos, sólo llega al 3 por ciento, de manera que es posible recomendar su consumo racional sin afectaciones a la salud por aumento de peso.
Al respecto de los dirigentes de la Asociación Ganadera  Local de Porcicultores de La Piedad, Víctor Hugo Pérez; de la Unión Ganadera Regional de Porcicultores de Michoacán, Jesús Pérez Berber, y de la Asociación Ganadera Local de Porcicultores  de Santa Ana, Carlos García Pérez, señalaron la importancia de apertura comercial, como una oportunidad para intensificar las exportaciones de esta carne a China, Japón y Corea.
Destacaron el trabajo que se hace con la finalidad de reforzar las capacidades y competencias de los directivos clave de la región en aras de ser competitivos, rentables y sustentables en el largo plazo y formar parte de los grandes exportadores del país.

Más allá del aspecto sanitario, en el que se ha hecho un esfuerzo considerable por mejorar las condiciones y tener una oferta de valor estable, existen variables adicionales como la capacitación del factor humano que requieren considerarse para participar con éxito en el mercado porcícola mundial.

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