Mérida, Yucatán.- Este fin de semana se subió el telón del
XIX Festival Nacional e Internacional de Danza Contemporánea Oc’-Ohtic, que en esta ocasión rinde tributo
a la memoria del maestro Eduardo López Lemus.
El evento inició con la inauguración de la exposición “Desde
sus ojos y sus manos, una herencia para la danza” del homenajeado, que es una
muestra compuesta por 26 cuadros que representan diferentes técnicas y muestran
su andar por el mundo.
La galería cuenta con piezas que López Lemus pintó en París
donde fue testigo de la celebración de los 100 años de La Consagración de la
Primavera con la Ópera de París. Otras de las imágenes fueron realizadas cuando
estuvo con la compañía Fóramen M Ballet durante un viaje a Corea.
El corte del listón
de la exposición, instalada en el lobby del teatro “Armando Manzanero”, estuvo
a cargo del director de Promoción y Difusión Cultural; y la jefa del
Departamento de Danza de la Secretaría de la Cultura y las Artes (SEDECULTA),
José Avilés Marín y maestra Graciella Torres Polanco, respectivamente, además
del coordinador Nacional de Danza del Instituto Nacional de Bellas Artes
(INBA), maestro Cuauhtémoc Nájera.
Asimismo, de la directora de Fóramen M Ballet, Silvia Pappe,
compañera entrañable de López Lemus, y directores y bailarines de las compañías
participantes.
Posterior al corte del listón, se proyectó un video del Festival que reflejó la trascendencia del homenajeado en el arte y la
vida cotidiana. Después de eso, Karla Rodríguez bailó la coreografía
“Wonderful... we need to talk”, de Susan Collard en honor a Lemus, estrenada en
Estados Unidos en el BB Theatre de la Asheville Contemporary Dance Theatre
(ACDT).
En el acto protocolario, José Avilés hizo entrega de la
placa que el Gobierno del Estado y la SEDECULTA otorgan a Eduardo López Lemus
en tributo a su memoria, recibiendo ese testimonio, su compañera, Silvia Pappe.
Posteriormente se dio paso a la función de la Compañía Fóramen M Ballet, con la
obra “Réquiem”.
Con un incienso en las manos y caminando de manera muy
discreta con el fondo de campanadas, la bailarina realiza un solo con tres
mesas en el escenario, aromatizadas con el aroma característico de un sepelio.
Es así como se desarrolla “Réquiem”.
Se utiliza la música de Mozart en diferentes versiones
buscando calidad, majestuosidad y la rapidez, asimismo se emplea la técnica de
los silencios. La iluminación y las melodías fúnebres generan un ambiente de
transmisión de sentimientos que enmarcan el encuentro con las almas y la lucha
entre la vida y la muerte.
Por otra parte, el mismo domingo se presentó la pieza creada
para el 26 aniversario de la Compañía de Danza Contemporánea del estado
Alsurdanza, por el coreógrafo Alonso Alarcón, denominada “Natura”.
La obra se construye
sobre el terreno del cuerpo semidesnudo de los bailarines. No hay escapatoria,
su ser se manifiesta transparente en cada uno de sus pasos y en la manera en la
que cada intérprete asume su danza.
“Natura” apela al
conocimiento de sí mismo, a la búsqueda del lenguaje que compromete al
intérprete a tomar decisiones sobre sus movimientos y esas decisiones también
reflejan quién se es.
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