- Su director, Jorge Sánchez, aseguró que el instituto llega fortalecido con nuevos planes para la distribución digital de filmes
México, DF:- Fue hace 32 años, el 25 de marzo de 1983, que
por decreto presidencial, se creó el Instituto Mexicano de Cinematografía
(Imcine), a fin de apoyar la industria fílmica a través de la producción, el
estímulo a creadores, el fomento industrial y la promoción, distribución,
difusión y divulgación del cine mexicano.
Surgió en una época de crisis, tanto de calidad de los
filmes como de mecanismos de financiamiento y promoción del cine nacional, ya
que en 1983 se realizaron sólo nueve largometrajes con el apoyo del Estado y 73
con producción privada. A 32 años de distancia, la situación se ha revertido,
pues en 2014 la producción nacional fue de 130 películas, el 80 por ciento de
las cuales contaron con apoyo del Estado.
Para ello, el Imcine cuenta con diversos instrumentos como
son el Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (Foprocine), el
Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine) y el Estímulo Fiscal a la
Producción y Distribución Cinematográfica Nacional (Eficine) que, el año
pasado, destinaron una bolsa total de 810 millones de pesos.
Si bien, el Imcine no produce directamente las películas,
cuenta con toda una gama de apoyos para que los cineastas puedan realizar los
filmes, desde los estímulos a creadores para el guión y desarrollo de proyectos
en materia de corto y largometraje, cintas de animación, ficción y documental,
hasta la producción y postproducción.
Un nuevo enfoque a la cinematografía
Adicionalmente, se buscaba “posicionarlo en los circuitos de
distribución y exhibición de una manera privilegiada, ya que el Estado contaba,
al menos, con participación en películas nacionales, Películas Mexicanas y
Operadora de Teatros, de tal manera que esa posición en el mercado le permitía
darle buenas posibilidades de lanzamiento comercial en México y en el
extranjero, al cine mexicano”.
Jorge Sánchez destacó que al mismo tiempo, el Imcine dio
cabida y posibilidad de desarrollo a las nuevas generaciones que, en aquel
entonces, egresaban del Centro de Capacitación Cinematográfica, creado en 1975
y a los realizadores del llamado cine independiente, que tuvo gran auge en los
años 80 y que después, encontraron un lugar en la industria del cine nacional.
A 32 años de distancia, su director aseguró que el Imcine
llega fortalecido, “por una vida institucional sana, organizada y con una
comunidad cinematográfica que es quien verdaderamente ha propiciado su
desarrollo: contamos con dos fondos, el conocido Foprocine y el Fidecine, en
los cuales tomaron parte, para su concepción y desarrollo, la comunidad
cinematográfica mexicana”, el primero para proyectos de cine de autor y el
segundo para propuestas de cine comercial.
Para cumplir con una clara política de estímulo a los
creadores, el instituto cuenta con diversos apoyos en las distintas etapas de
la realización cinematográfica y a través del Foprocine, propicia desde el
desarrollo de argumentos, con seminarios y talleres para escritores y
productores, pero además, dijo, “no se deja de lado el cortometraje, que es una
de las convocatorias más acudidas” y es que tan sólo el año pasado se produjeron
535 y también se atienden las diferentes modalidades como son el dibujo
animado, la ficción y el cine documental.
Así, el Imcine abarca todo el proceso de creación. “Suena
ambicioso, pero como decía, el desarrollo que ha tenido la institución permite
hacerlo con mucha seriedad y sobre todo porque es una institución bastante
respetada en el medio cinematográfico”.
Para el cineasta Óscar Ramírez, la creación de Imcine fue
determinante para darle un nuevo enfoque a la cinematografía nacional en dos
vertientes: “uno, considerarlo como un producto cultural con un valor
específico, segundo, el hecho de que el gobierno pase a proteger la producción
de cine, por considerarlo un valor cultural necesario de ser protegido, por
todo lo que implica para una sociedad la cultura, eso me parece que fue un
elemento trascendente”.
Apuntó que si bien, anteriormente había otros fondos que
apoyaban la producción y se hacía “cine de gran calidad, con un objetivo
artístico, estaban vistos desde una perspectiva de industria, los Conacite y el
Banco Cinematográfico, que luego se desmontaron, lo que me parece interesante
del Imcine es eso, que es un instituto para proteger al cine como un arte, no
solamente en su aspecto industrial”.
En este sentido, Kenya Márquez, directora de la
multipremiada película Fecha de caducidad, comentó que a pesar de que aún hoy
existen apoyos paralelos para que los cineastas puedan hacer sus películas, “el
Imcine de alguna forma sí defiende el cine de autor, que se complica más poder
tener un financiamiento para poder realizarlo, creo que este trabajo permanente
que hace, ha provocado que hoy por hoy tengamos más películas, películas de
calidad, películas diversas y que obviamente tiene los fondos necesarios para
poder ser suficientes para todos los cineastas”.
Sus apoyos, indispensables
La cineasta tapatía Kenya Márquez destacó que el papel que
juega el Imcine “es primordial y esencial, porque de alguna forma tiene como
una parte de formación, una parte de preparación para el cineasta para desarrollar
su largometraje y luego finalmente poderlo concretar, creo que ese trabajo tan
minucioso y progresivo, para los cineastas es muy favorable y que de alguna
forma consiste en un apoyo imprescindible para que puedan hacer sus películas”.
Y es que, por ejemplo, el productor Luis Albores recordó que
para la realización de cintas en las que ha participado estos apoyos han sido
de suma importancia en las diferentes etapas de la creación cinematográfica.
Para la cinta Párpados azules, se contó con apoyos para el
desarrollo del proyecto, es decir, la preparación de la carpeta visual y
creativa de lo que sería la película y para el documental Seguir siendo de Café
Tacuba, los fondos que se solicitaron “no fueron para producción sino para
terminar la película y sin eso, no lo hubiéramos logrado”.
Por ello, Óscar Ramírez indicó que dichos apoyos son
indispensables.
“Tengo 20 años haciendo películas, primero como técnico,
luego como productor y uno de los primeros años en los que trabajé se hacían
nueve películas, no más, imagínate el tamaño de la industria, la cantidad de
técnicos que podían vivir efectivamente del cine, había veces que en un año
hacía tres películas, o sea que participaba en el 30 por ciento de la
producción”.
Gracias a la implementación de mecanismos como el Foprocine,
el Fidecine y el Eficine, hoy en día se tiene un escenario completamente
distinto, pues se trata de fondos indispensables y esenciales para la
generación de las películas.
“Para tener una perspectiva, hace sólo 10 años la producción
estaba en 25 películas al año, y hace 15 o 20, eran de nueve a 13 películas, es
un panorama completamente diferente, es un país bastante privilegiado a partir
de la lucha de la que el Imcine ha sido parte esencial”.
Ángeles Morales, quien ha sido gerente de locación de cintas
como Mano a Mano y El mexicano y productora de La misma luna y El reino del
guardián, comentó que el papel del Imcine es de suma importancia ya que a
través de estos incentivos, “ha logrado que el cine mexicano empiece a renacer
nuevamente”.
Luis Albores, el productor de Párpados azules y Las oscuras
primaveras, aseguró que el rol que ha jugado el Imcine “ha sido fundamental,
nada más es cosa de ver las películas que han recibido el apoyo a lo largo de
los años permitiendo, en una industria que es tan difícil como la
cinematografía en México, llegar a ayudar a proyectos de verdadera calidad y
relevancia en el escenario cultural de México”.
Como cineastas, dijo, “el apoyo, los fondos que ofrece el
Imcine nos han servido muchísimo para poder hacer películas que además han sido
importantes. Las oscuras primaveras recibió el Gran Premio del Jurado en el
Festival Internacional de Cine de Miami, Café Tacuba fue una película importante
en los 20 años de la banda y Párpados azules ha estado en diversos festivales,
así como esas, muchas otras, de otros cineastas, han logrado llegar a otros
espacios nacionales e internacionales y eso es precisamente lo que yo creo que
es el rol del Imcine”.
Una historia de éxito
Según datos del Imcine, la producción de películas el año
pasado llegó a 130, la cifra más alta en la historia, sólo por debajo de las
135 que se realizaron en 1959 y en el contexto internacional, México volvió a
estar entre los países con mayor producción cinematográfica, situándose entre
los primeros 20, mientras que a nivel Latinoamérica se ubica entre los primeros
tres, con 20 por ciento de las 600 películas que en promedio se producen
anualmente en la región.
En 2014, el 80 por ciento de las películas realizadas, es
decir, un total de 94, tuvieron apoyo del Estado para lo cual de destinó una
bolsa de 810 millones de pesos y es que una película de ficción tiene un costo,
en promedio de 20 millones de pesos.
“La película más barata cuesta 5 o 6 millones de pesos, un
montón de lana, creo que fuera de la ópera, la producción cinematográfica es
sin duda, lo más caro”, comentó Óscar Ramírez, pero es que la importancia del
séptimo arte radica en términos de identidad nacional.
“No por nada en muchos países el cine es considerado una
industria estratégica, no tanto por la cantidad de dinero que genere, sino por
la influencia que eso provoca en otros mercados, la influencia que México tuvo
en toda Latinoamérica, o el hecho de que a los mexicanos se les quiera y se les
reciba tan bien en toda Latinoamérica, tiene que ver con que el cine mexicano
avasalló en todos estos países y el hecho de que Estados Unidos y la cuestión
del consumo internacional, tiene que ver con que su industria avasalla y
entonces trasmiten una cultura, un modo de vida, por eso es tan importante”.
Más allá de los costos y de si se invierten 800 o mil
millones al cine cada año, “no es que sea mucho dinero para un país de 120
millones de habitantes, con la historia cultural que tenemos. Yo creo que es
apenas lo justo para funcionar, pero sobre todo me enfocaría en el valor que
tiene como industria estratégica, muchos atacan que no es una industria
redituable, es cierto, el cine mexicano no es una industria redituable, más por
razones económicas externas que por el cine mexicano en sí, pero es una
industria muy importante, que genera identidad, proyección en el mundo, eso es
lo relevante”.
La creación del Imcine y los fondos de apoyo que entrega han
propiciado una producción masiva de películas que van ligadas a una mayor
calidad en el cine mexicano, que hoy es reconocido en todo el mundo.
Guillermo del Toro señaló en la pasada edición del Festival
Internacional de Cine de Guadalajara que cuando asistió al Festival de Cannes
con la cinta Cronos, hacía 22 años que ninguna película mexicana estaba en ese
encuentro cinematográfico francés y en los últimos años, cineastas mexicanos
han ganado los premios a Mejor Dirección como son Carlos Reygadas por Post Tenebras
Lux en 2012 y Amat Escalante por Heli en 2013.
Óscar Ramírez destacó que cada año hay por lo menos una
cinta mexicana en la selección oficial de diversos festivales y por ejemplo el
de Cannes, hoy “sin una peli mexicana como que ya no es concebible, el cine
mexicano es muy importante en el mundo”.
Y no sólo por los tres grandes directores que trabajan en el
extranjero, Guillermo del Toro, Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón,
sino también por Carlos Reygadas, Amat Escalante “y un montón más, que están
ahí, que son más conocidos en Europa que en México, tenemos una posición
privilegiada en el mundo y todo eso viene por el éxito que ha tenido el cine
mexicano”, incluido el comercial, que ha fascinado.
Todo esto, agregó, “es resultado de una sola cosa, que es
que los fondos que se han logrado con estas batallas, largas, todos estos
fondos son los que han propiciado esto, una cosa no puede ir sin la otra, se
funda el instituto, se impulsan estos nuevos fondos, el Foprocine, el Fidecine,
el Eficine y el Fondo de Reembolso para Producciones Extranjeras que hacen que
en el cine mexicano se genere más variedad, más calidad y termina teniendo una
proyección internacional importantísima”.
Un sistema justo y equitativo
De acuerdo a Kenya Márquez, a lo largo de los últimos años
el Imcine ha logrado construir “un sistema justo y equitativo” para la entrega
de los apoyos, a través de comités de selección en los cuales incluso
participan especialistas extranjeros, que han proporcionado una mayor
objetividad a este proceso.
Esto ha hecho que “el Imcine sea un instituto con mayor
seriedad, antiguamente no había una posibilidad de haber un comité de
selección, era más por decisiones unilaterales, creo a partir de hace varios
años el Imcine ha construido esta posibilidad de dar certidumbre a las
películas y a los cineastas que participan en sus procesos de selección”.
Sin embargo, advirtió que los creadores de provincia
necesitan apoyos más particulares, pues aunque las convocatorias sean
nacionales, para quienes viven en el interior del país, resulta más difícil,
como fue su caso, que para levantar su película, terminó mudándose al DF para
facilitar su camino.
Ahora, la cineasta tapatía trabaja en su segundo largometraje
que llevará por título Asfixia, cuyo guión ha sido bien recibido pues ya obtuvo
el apoyo de Fidecine, lo cual dijo, “me da seguridad para filmar con mayor
rapidez que con Fecha de caducidad, que me tardé 10 años”. Y es que en general,
el cine es una carrera de resistencia, pues el promedio para sacar una película
es de entre 4 y 8 años, “está tremendo, es toda una vida”.
Por otro lado, celebró que cada vez más apoyos se destinen a
mujeres, pues antes recibían menos apoyos que los hombres. “Creo que de alguna
u otra forma se está logrando algo equitativo y que uno pueda filmar con mayor
rapidez, la opera prima te ayuda, si te va bien, a filmar más rápido con la
siguiente película, espero que ese sea mi caso”.
Por su parte, Óscar Ramírez, quien ha sido apoyado por el
Foprocine y el Fidecine, además de Eficine, consideró que los tres funcionan
bien, aunque el mejor, dijo, es el primero, porque apoya el cine de autor y
convoca a cineastas en activo, directores y productores, quienes en discusiones
abiertas, seleccionan los proyectos, a diferencia de Fidecine que, al ser para
el cine industrial, en sus comités participan miembros de la academia, del
sindicato, distribuidores y exhibidores que son juez y parte, mientras que el
Eficine, es el gran detonador de la producción.
Como destacó el productor Luis Albores, el Eficine ha
permitido que crezca la producción nacional y el Imcine ha desempeñado un papel
importante para que dichas cintas circulen, porque “tiene también esa parte de
promoción de la cinematografía nacional, no solamente de las películas que
apoya el Imcine, pues cuando salen las personas del área internacional a los
diferentes mercados llevan bajo su abrigo otras producciones nacionales, no
solamente las exclusivas del Imcine”.
Finalmente, Ángeles Morales indicó que si bien el estímulo
fiscal de Eficine vino a incentivar la producción, aún hacen falta mayores
esfuerzos para garantizar la distribución y exhibición de las cintas, ya que de
la gran cantidad de películas que se realizan, pocas son las que llegan a las
salas cinematográficas.
“No existe una distribución justa, porque finalmente es un
negocio y cada distribuidora toma los proyectos que le convienen”, así sólo el
20 por ciento de las películas llegan a exhibirse y el mayor porcentaje se
quedan “enlatadas como decíamos antes, o salen con una o dos copias y quién las
ve”.
De los tres largometrajes realizados por la cineasta, indicó
que dos han recibido apoyo de Eficine y aunque ha solicitado el Fidecine, no lo
ha obtenido. En este punto, Ángeles Morales consideró que se deberían agilizar
los tiempos de respuesta y hasta tener una plática con los jurados para
discutir los errores y subsanarlos, a fin de conseguir los apoyos.
Señaló que a 32 años de existencia del Imcine es una buena
época para el cine mexicano, “sin embargo creo que justo tenemos que
aprovecharla por los grandes éxitos que se han tenido, para empezar a hacer una
industria real” que garantice espacios de exhibición para las cintas
producidas.
Y es que, a este respecto dijo, “no existe una
reglamentación, una ley, no existe nada, no es que no te apoye el Imcine, no
existe en México algo que te garantice espacios de exhibición. Esa es la parte
que está muy complicada, porque el llegar a realizar la película, claro que lo
puedes llegar a hacer con estos nuevos estímulos”.
Como señaló Jorge Sánchez, justamente la distribución y
exhibición son parte de una industria en tensión permanente, pues se trata del
hecho comercial por excelencia. “En ese sentido, lo que hacemos como instituto,
es por una parte apoyar por la vía de los estímulos fiscales en este caso
específicamente a proyectos de distribución de cine mexicano con 50 millones de
pesos al año, para que tengan una mejor presencia en los circuitos comerciales
de exhibición”.
Aseguró que no se puede dejar en manos del Estado y mucho
menos de una institución, la resolución de esta compleja situación, pues el
binomio de arte y mercado, en que vive inmerso el cine, no se puede resolver
por decreto y hace falta una posición más proactiva por parte de la comunidad
cinematográfica.
Imcine, en la apuesta digital
Actualmente el Imcine, para impulsar el desarrollo de la
actividad cinematográfica nacional, trabaja en la creación de plataformas
digitales, a través de las cuales brindará acceso a películas mexicanas,
españolas e iberoamericanas, en un principio.
Apenas en diciembre del año pasado, lanzó la plataforma
Cinema México que cuenta con un acervo de 60 largometrajes y 60 cortometrajes,
así como series y cápsulas que hoy se pueden exhibir en 98 bibliotecas
públicas, 20 comedores comunitarios y 20 casas de cultura y cineclubes, en cada
uno de los cuales se realizan como mínimo tres funciones de cintas mexicanas a
la semana.
A la fecha, dichas funciones han tenido a más de 50 mil
espectadores y aunque arrancó en Michoacán, en corto plazo la plataforma
comenzará a funcionar en el estado de México y Jalisco, con un número similar
de puntos de recepción.
Además, el 21 de abril se lanzará Filming Latino, una
asociación entre el Imcine y la plataforma española de mayor calidad en el
mundo llamada Filming, realizada a sugerencia del presidente del Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar y de Teresa.
La plataforma tendrá en un inicio cerca de 750 títulos,
entre cine mexicano, español, europeo y del mundo y, según explicó Jorge
Sánchez, “irá directamente al usuario es un sistema de video on demand por
internet, que tendrá un costo por una suscripción mensual, esperamos que
bastante adecuado para las mayorías y una sección gratuita de cine mexicano”.
Se trata de una plataforma inédita en el panorama nacional
ya que, agregó, “contendrá una serie de informaciones muy amigables con el
usuario sobre la película, su realizadores, la nacionalidad de la misma, su
participación en festivales, etcétera”.
Posteriormente, hacia mediados de este 2015 se lanzará una
tercera plataforma, Ibermedia Digital, para toda América Latina, especialmente
dirigida a los centros educativos y culturales, que dará acceso a más de 140
títulos de cine iberoamericano.
Con estas iniciativas, el Imcine se incorpora al uso de las
nuevas tecnologías para la difusión cinematográfica, en concordancia con la
Agenda Digital impulsada por el Conaculta.
Y es que, aunque el Imcine fue creado como un organismo
público descentralizado para impulsar el desarrollo de la actividad
cinematográfica nacional, el 13 de febrero de 1989 quedó incorporado al
Conaculta.
Cabe señalar que a lo largo de estos años ha sido dirigido
por personalidades como el realizador Alberto Isaac, Enrique Soto Izquierdo,
Ignacio Durán, Alejandro Pelayo, Alfredo Joskowicz, Marina Stavenhagen y su
actual director, Jorge Sánchez.
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