Fernando del Paso, voz fundamental de la literatura universal

  • El autor de José Trigo, Palinuro de México y Noticias del Imperio es un activo muy real de la cultura mexicana contemporánea: Adolfo Castañón
México, DF.- Tres novelas han consagrado al escritor, artista plástico, diplomático y académico Fernando del Paso, como una de las voces fundamentales no sólo de la literatura mexicana, sino universal; en su obra aborda momentos cruciales de nuestro país, enmarcadas con un manejo “extremadamente audaz” de la lengua.

José Trigo, que ganó el Premio Xavier Villaurrutia en 1966; Palinuro de México, galardonada con el Premio Rómulo Gallegos en 1982 y Noticias del Imperio acreedora al Premio Mazatlán de Literatura en 1988, forman parte de la obra legado del autor que, nacido en la ciudad de México el 1 de abril de 1935, celebra 80 años.

Para el también escritor y crítico literario José de la Colina se trata, ante todo, de un gran poeta en prosa, pues aunque también ha hecho poesía en métrica, “me parece que donde es principalmente un gran poeta es en sus obras en prosa narrativa, tanto en José Trigo como en Noticias del Imperio y las otras grandes novelas, él ha hecho sobre todo una novela de tipo lirico, que se disfraza de puramente narrativa y que es extraordinaria”.

El poeta Hugo Gutiérrez Vega advirtió que Fernando del Paso es “una de las voces fundamentales de la literatura mexicana y universal contemporáneas, las tres grandes novelas José Trigo, ferrocarriles, Palinuro de México, guerra cristera, Noticias del imperio, la aventura de Maximiliano y Carlota, el triunfo de la Reforma. Esas tres novelas son verdaderamente ejemplares, como diría Cervantes, ejemplares en todos sentidos, pues además de su perfección formal, recogen momentos fundamentales de la vida de México y de su clima espiritual”.

Justamente, el escritor Adolfo Castañón, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, destacó que la importancia de la obra de Del Paso radica en la conjunción de la creatividad con la lengua y una conciencia histórica, que es una aportación no sólo a las letras mexicanas, sino hispanoamericanas y a la literatura universal.

Por un lado, dijo, hay una “conciencia y creatividad en relación con la lengua, el idioma, el habla, las hablas, su historia y su geografía, y por el otro, una conciencia muy alerta relacionada con la historia, la historia con mayúscula y con minúscula, la historia nacional y esta intersección, por una parte con una gran creatividad en el horizonte lingüístico, literario, poético, crítico y por otra parte, con una conciencia de la perspectiva histórica, global, universal de México en el mundo y del mundo en México”.

Si la misión de un escritor es consumar al menos una obra maestra, apuntaba Vicente Quirarte en una semblanza sobre el maestro, “Fernando del Paso lo ha logrado en cada una de sus tres novelas mayores. En ellas ha llevado a cabo, una nueva, heterodoxa, desafiante lectura de nuestra historia: José Trigo o el descenso al México ancestral y profundo; Palinuro o la odisea del hombre enfrentado al enigma del amor y la muerte a través del cuerpo de Estefanía, o de un país que cambia de manera vertiginosa y radical; Carlota de Bélgica o nueva Penélope que teje y desteje su locura y se transforma por voluntad del narrador en ojos omnipotentes de la historia”.

Escribir para superar lo ya consagrado
Aunque en un inicio Fernando del Paso quiso ser médico, su aversión por la sangre lo llevó a cursar estudios de economía y literatura en la UNAM, para luego trabajar como publicista, locutor y periodista, además de dedicarse al dibujo y a la pintura.

Su vocación literaria, señaló en entrevista con el Conaculta, la descubrió “cuando yo tenía 10 años de edad y varias lecturas sin interrupción. La vocación se manifestó con un poema a mi madre y desde entonces, la literatura ha sido para mí más importante que el dibujo y la pintura. La música no se me ha dado”.

Y es que para el autor, como para muchos otros escritores, “la literatura es una recreación de la vida y en este país sólo puede significar la recreación, también, de la libertad y la esperanza”.

Fue en 1958 cuando apareció su primer libro, Sonetos de lo diario, en el que según Vicente Quirarte, “da muestra de su virtuosismo verbal y su capacidad para transformar lo nimio en hiperbólico, lo intrascendente en epifánico”.

Cada una de sus tres grandes novelas, José Trigo, Palinuro de México y Noticias del Imperio, ha sido resultado de más de 10 años de trabajo, pues su autor sí imaginaba que podrían alcanzar la importancia que han logrado en la literatura mexicana y más allá de nuestras fronteras.

“He sido muy ambicioso y he seguido el consejo de Cyril Connolly en el sentido de que no tiene sentido escribir por el hecho de escribir, sino que hay que hacerlo en un intento de superar lo ya escrito y consagrado”.


Un gran escritor
El director de la Academia Mexicana de la Lengua y de Siglo XXI Editores, Jaime Labastida, recordó que esa casa editorial fue la primera en publicar la novela José Trigo, la cual ha sido reproducida de manera continua, porque ya anunciaba lo que sería Fernando del Paso, un autor extremadamente audaz en el manejo de la lengua.

“Su pasión por los juegos de palabras, sus investigaciones históricas, los tiempos narrativos discontinuos, todo esto estaba ya en la primera novela; Palinuro también es un alarde y Noticias del Imperio no se diga, es la que le ha dado mayor fama, sobre todo esos largos monólogos de la emperatriz Carlota ya loca, son extraordinarios”.

En este sentido, Hugo Gutiérrez Vega señaló que la imaginación desbordada de Fernando del Paso, lo llevó a convertirse en Carlota. “Cuando le preguntaban a Flaubert quién era Madame Bovary, él contestaba ‘Madame Bovary c’est moi, soy yo’. Fernando puede contestar, Carlota de México, soy yo, pues se metió hasta el fondo de la conciencia conturbada de la emperatriz, para descubrir aspectos fundamentales de esa conciencia y de sus proyectos frustrados por la locura y por la torpeza de los conservadores”.

Para Jaime Labastida, la novela histórica con del Paso se volvió subjetiva, no sólo con estos monólogos de uno de los personajes en Noticias del Imperio, sino también con “juegos de diferentes planos, cuestiones estrictamente históricas, relatos de los invasores, cartas cruzadas entre soldados que están en México con los familiares en Francia, todo esto es un juego de diferentes tiempos, de diferentes espacios, que dan una visión muy completa de la empresa malhadada de la intervención francesa y del segundo imperio”.

Por ello, Adolfo Castañón aseguró que Fernando del Paso es “un enorme creador de las letras, de mundos imaginarios y reales”, lo cual hace a partir de una conciencia y dimensión ética, porque es una voz que conoce la historia y la profundidad de lo que está detrás de la lengua y el silencio.

Esto, no sólo por su longevidad, sino también por una “voracidad de él hacia lo histórico, es muy notable cuando captura por ejemplo, el universo de Carlota y del imperio de Maximiliano de Habsburgo; devora el decorado, la mueblería, la historia militar, la historia política, los personajes, pero con el lenguaje, esto también lo hace en José Trigo que es una novela que puede resultar leída a contraluz, como una novela donde está presente el relato de la novela cristera, pero también una novela obrera que está dialogando con la tradición de la cultura urbana”.

Esa conciencia ética, agregó Castañón, ha convertido a Del Paso en un hombre de diálogo profundo “con su entorno, con la humanidad, activa, agonizante y presente, pero también con la humanidad que se fue y que está representada, ‘emblematizada’, en las urnas que son las obras de arte y los vestigios”.

Por su parte, Elena Poniatowska también reconoció que Fernando del Paso es “un gran escritor, es un escritor que busca muchas palabras parecidas, hace una enumeración de palabras, porque pone niño, infante, criatura, en fin, yo leí verdaderamente deslumbrada su primer libro que se llamó José Trigo”.

Recordó que precisamente con este libro “se inició la editorial que estaba en mi casa, en la calle Morena 430, Siglo XXI”, por lo que a Del Paso, dijo, “yo lo conozco hace mucho tiempo y lo admiro, hace muchos años”.

También José de la Colina conoció a Fernando del Paso desde hace muchos años, desde la década de los cincuenta, cuando se reunían en casa del colombiano Antonio Montaña. “Éramos entonces muy jóvenes y nos reuníamos frente a máquinas de escribir, a ver quién lograba la frase narrativa más larga posible sin puntos y así comenzamos a tratarnos, él entonces estaba puramente en la publicidad, pero ya tenía el gusanito literario”.

Quién logró conquistar estos retos, es un misterio, agregó José de la Colina, pero lo más importante “es que al final de cuentas, el que logró la grandeza literaria fue Fernando”.

Como ha señalado Vicente Quirarte, se trata de un hombre de letras, “de manera literal y literaria, porque desde que empezó a ejercer las palabras y los colores, nunca abandonó esa actividad”, con la cual ha logrado una escritura exigente y generosa.

“Pocos de nuestros escritores como Fernando del Paso aman tanto las palabras y pocos como él han sido tan bien correspondidos. Nunca ha dejado de jugar, pero entre sus múltiples lecciones nos ha enseñado que la escritura es el más serio y peligroso de los juegos, ya se trate de un libro sobre cocina mexicana, de una novela que lleva el género negro a niveles de excelencia o de su ambiciosa investigación sobre el judaísmo”.

Su dedicación a las letras se ha visto galardonada con diferentes reconocimientos como son los premios Novela México 1975, Mazatlán de Literatura 1988, Nacional de Lingüística y Literatura 1991 y el Premio Internacional Alfonso Reyes en 2014.

Desde 2006, Fernando del Paso es miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua, miembro honorario del Seminario de Cultura Mexicana, así como del Colegio Nacional, además de haber sido distinguido con el Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Guadalajara.

Un hombre de muchas facetas
Hugo Gutiérrez Vega recordó que Fernando del Paso es un hombre de muchas facetas, pues además de sus grandes novelas, “escribe poesía, es un excelente sonetista, ha escrito novela policiaca, ha incursionado por distintos campos del pensamiento y del saber”.

Por si fuera poco, además de la pasión por la historia de del Paso que se refleja en sus tres grandes novelas, está “su actividad ensayística, periodística y en su infatigable capacidad de inventar, tiene novelas policiacas, donde hay un ejemplo de contrahistoria, contrafactual y hasta dibuja, pinta”, señaló Adolfo Castañón.

Cabe señalar que con su obra gráfica ha presentado exposiciones no sólo en México, sino también en Londres, Madrid, París y varias ciudades de Estados Unidos y que fue en 1995 cuando incursionó en la novela policiaca con Linda 67.

En este sentido, el integrante de la Academia Mexicana de la Lengua consideró que “don Fernando del Paso no es un valor local, municipal, nuestro, que sí lo es, pero es más que eso, yo creo que es un activo muy real de la cultura mexicana contemporánea y es un autor que está presente en el universo de nuestras creencias y también diría que Fernando del Paso es un síntoma de la plenitud de la cultura mexicana contemporánea, al lado de Octavio Paz, Carlos Fuentes, Rufino Tamayo y José Emilio Pacheco, creo que no hace mal papel, en esa mesa donde están sentados otros grandes de la literatura”.

Ahí, dijo Adolfo Castañón, Fernando del Paso tiene un indudable e incontrovertible papel, permeado por un sentido del humor con el que lleva los datos de la historia a su crudeza, a su desnudez.

Elena Poniatowska recordó que recientemente, al recibir el Premio Excelencia en las Letras José Emilio Pacheco, en la Feria Internacional de la Lectura Yucatán, el 7 de marzo pasado, el autor “de veras conmovió a todo el mundo, con su entereza y también con sus críticas”.

Su obra, un working progress
A sus 80 años, Fernando del Paso está en activo y aún tiene proyectos pendientes, como es el libro de Ensayos sobre el Islam y el Judaísmo, del cual, dijo “he publicado un primer tomo. Faltan dos. Espero que mi salud me permita terminar otros dos volúmenes”.

Por ello, el poeta Hugo Gutiérrez Vega consideró que su obra está en working progress, como dicen los ingleses, con esta colección de ensayos sobre las religiones orientales, cuyo primer tomo fue publicado por el Fondo de Cultura Económica.

“La última vez que hable con él, me dijo que iba a internar terminar el segundo, para luego emprender el arduo camino del tercero a pesar de su situación actual, de su enfermedad, tiene la lucidez suficiente como para emprender una tarea de esa envergadura.

“Así pues, creo que con Fernando del Paso tenemos una voz esencial, yo espero que dure mucho, espero que se mejore, que termine su tercer tomo sobre judaísmo e islamismo y que empiece con paciencia y un gansito como decíamos en Jalisco, a escribir su cuarta gran novela”.

Aunque Fernando del Paso celebrará sus 80 años en familia, el Conaculta, el INBA y el Fondo de Cultura Económica, han preparado un homenaje que se realizará el próximo 19 de abril, en el marco de la conmemoración del Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor.

Los escritores Élmer Mendoza, Vicente Quirarte, Alejandro Toledo y Adolfo Castañón conversarán en torno a sus obras a las 12:00 horas, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, charla que será transmitida vía streaming en las páginas publicaciones.conaculta.gob.mx y programanacionalsalasdelectura.conaculta.gob.mx.

Además se realizarán narraciones orales, murales literarios y representaciones de los monólogos de Carlota de Noticias del Imperio, en la explanada del recinto de mármol y como parte de la celebración la revista Tierra Adentro, dedicó su número 200 al autor, con el título 80 años del polifónico de México.

No hay comentarios.

Publicar un comentario

© all rights reserved
Hecho con