- Con textos de Myriam Moscona describió un mundo idílico de amor y desamor durante la velada de lectura en voz alta que se realizó en El Gran Museo del Mundo Maya de Mérida.
Dijo sentirse privilegiada de regresar a Mérida tras una
ausencia de varios años y comentó que la autora Myriam Moscona de la cual leyó
varias obras, es una de las más destacadas escritoras contemporáneas, en donde
a través del contagio y la asimilación convierte cada verso en un respiro para
ser leído desde un dúctil esfuerzo que cada lector realiza en sus obras.
Para iniciar, dio lectura
a la poesía de Myriam Moscona llamada ‘el que nada’, de la cual describió que es como una poesía
debajo del agua, la cual es una gesta cuya travesía es una épica personal de
vida y muerte, en cuyo elemento coinciden el ritmo y la liturgia, así como la
bella y confusa idea del lugar, el tiempo y la conciencia de la fatalidad.
Con un tono suave y sutil, ´desplegó la imaginación de los
asistentes quienes pudieron sentir la doble carga que la poesía de Moscona
tiene, con un alto sentido de intensidad, por un lado de hombres que aman y han
vivido demasiado, y por otro lado de niños que conquistan con su ternura.
“Creo que hoy que somos un público diverso y me ha gustado
retomar lecturas abstractas en donde es el libro quien me elije a mí”, destacó
Guillén tras brindar una introducción de la obra ‘La predestinada’, que relata
la historia del amor que una joven llamada Ilse siente por sí misma, en una
introspección del personaje principal, cuya síntesis de pensamiento la lleva a
visualizarse como un personaje diferente.
En el evento estuvieron presentes en el público personas
sordas que disfrutaron de la lectura gracias a la interpretación de traductores
que trasladaron los versos y narraciones que Francesca Guillén dio vida con su
voz y talento: “Qué honor que me acompañen, es la primera vez que puedo
compartir mi trabajo con personas tan extraordinarias como ustedes”, destacó la
actriz.
El evento se llevó a cabo frente a la réplica del Palacio
Blanco de la escritura de Ek-Balam, en donde el sutil tono de voz de la actriz
se conjugó con la Lengua de Señas Mexicanas y con los aplausos silentes pero
vigorosos que el público sordo ofreció a Francesca Guillén, quien compartió el
éxtasis de inteligencia, alegrías y desventuras que se desfiguraron en este
evento.
También dio lectura a fragmentos del libro Monelle: “Se el
alba con el crepúsculo, no esperes a la muerte, no envidies las muertes
antiguas, considera viva a toda cosa cierta y cuida cuidadosamente las acciones
pasadas, no juegues con las muertes, no te fíes de las cosas pasadas y muestra
desconfianza hacia todos los cadáveres, no ensucies tus manos en aguas
gastadas, no lleves en ti un cementerio, no te dirijas a las permanencias pues
no existen en la tierra ni en el cielo…”.
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