- Escrito por Marcos Daniel Aguilar, logra traer a nuestro tiempo a una figura emblemática como Alfonso Reyes
- El libro ofrece una serie de ensayos sobre la época, figura y genio del Ateneo de la Juventud
Durante la presentación del volumen, realizada la noche de
este miércoles en el Palacio de Bellas Artes, el autor comentó que se trata de
un libro joven, pues lo escribió cuando tenía 28 años, además de arriesgado y
entusiasta, el cual aún sigue vigente.
Y es que, dijo, La terquedad de la esperanza aborda la lucha
del Ateneo de la Juventud “contra su sistema educativo y cultural, contra su
modelo económico y político, contra el mercantilismo porfirista y contra esta
razón, este raciocinio absoluto, sí positivista que ahora no estamos lejos ni
en el pensamiento ni en el modelo económico, parece ser que las cosas no han
cambiado demasiado”.
Por su parte, Marco Lagunas precisó que La terquedad de la
esperanza es un libro de ensayos multifacéticos que se despliega, que saca las
palabras, las muestra, a través de un nombre que se repite, el de Alfonso
Reyes, con quien se puede hablar de tú a tú y Marcos Daniel Aguilar lo hace
nuestro contemporáneo.
Destacó que en su contexto y en el nuestro, el libro presenta
un país intemporal, presa de los vicios del Porfiriato, con su promesa de
modernidad, pero marcado por la desigualdad social, el analfabetismo, la
pobreza, la represión, la violencia y los desaparecidos.
En ese contexto, agregó, cómo no surgiría un grupo tan
importante como fue el Ateneo de la Juventud, la generación de la esperanza,
los utopistas de la ruptura, una generación de intelectuales antiporfiristas
que tercamente criticaban su realidad y buscaban cambiarla, como Alfonso Reyes
y José Vasconcelos.
En este sentido, el narrador y ensayista Héctor Perea indicó
que el Ateneo de la Juventud fue un grupo esencial para la cultura mexicana,
pues, por ejemplo, fue el que cambió el concepto porfirista del Palacio de
Bellas Artes, concebido para ser una sala de conciertos con espacios para
cocteles, mientras que ellos decidieron cambiar esos espacios por un museo que
exhibiera exposiciones para todo público, como las que hoy se encuentran
abiertas con los máximos representantes del Renacimiento: Leonardo da Vinci y
Miguel Ángel.
Señaló que además, La terquedad de la esperanza recupera la
pasión por el ensayo como género para hablar de la obra de Alfonso Reyes a
quien el autor logra traer a nuestro tiempo, así como del Ateneo de la Juventud
que, a pesar de todo, es una generación que aún requiere mayores estudios.
El también poeta y ensayista Armando González Torres, quien
se encargó del prólogo de este libro, precisó que se trata de un volumen que
pese a su brevedad, pues cuenta con menos de 80 páginas, ofrece diversas
posibilidades de lectura.
“Puede leerse como un ensayo de temas culturales de fines
del siglo XIX y principios del siglo XX en Hispanoamérica, puede leerse como
serie de instantáneas sobre la gestación del Ateneo de la Juventud, como un ensayo
sobre Alfonso Reyes y la reinvención alfonsina del ensayo y como un buen ensayo
sobre el ensayo”.
La terquedad de la esperanza, apuntó González Torres, con
investigación, argumentación y recreación narrativa, restituye la época, la
figura y el genio de la generación del Ateneo de la Juventud, a la que
perteneció Alfonso Reyes y en sus páginas recrea en pocos trazos y de manera
viva el clima en que se desarrolló.
Por ello, el escritor y traductor Héctor Iván González
comentó que Marcos Daniel Aguilar presenta en este trabajo ensayístico,
histórico y narrativo, un puñado de aproximaciones a partir de la figura de
Alfonso Reyes y el Ateneo de la Juventud, a una época señera de las letras en
Hispanoamérica.
Y lo hace, dijo, “con un estilo prosístico, sintético y
vigoroso, respaldado con un conocimiento profundo de la historia y de los
personajes” para plasmar una perspectiva panorámica de los intereses y afanes
de los jóvenes del Ateneo que se enfrentaron al pensamiento de la época, el
positivismo.
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