- En Yucatán se celebra Hanal Pixán (comida de ánimas), el Día de Muertos y el Halloween
Mérida, Yucatán.- Para recordar a los difuntos, en Yucatán
actualmente se celebran tres cosas: la
tradición maya del Hanal Pixán (comida de ánimas), el Día de Muertos y el
Halloween, pero sin que esto represente que las tres festividades se mezclen o
una destituya a las otras, afirmó el investigador Rodrigo Llanes Salazar.
Durante su
participación en la mesa redonda “Reflexiones sobre los días de finados en
Yucatán”, el también presidente del Colegio de Antropólogos del Estado señaló
que en el mundo global en el que vivimos debemos aprender a convivir con otras
expresiones culturales diferentes a las nuestras y no tratar de
descalificarlas.
“Debemos superar la visión de que las costumbres se están
perdiendo. Las personas deben analizar y reflexionar cuáles elementos
culturales deben prevalecer con el tiempo y cuáles otros deben aceptarse como
nuevos”, puntualizó.
Ante un nutrido
público que se dio cita en la Biblioteca Pública Central Estatal “Manuel Cepeda
Peraza” de esta capital, el especialista
aseguró que el Hanal Pixán es una forma de construir un vínculo con los
muertos a través de una invitación a la ofrenda, misma que debe representar lo
que fueron en vida sus gustos, comida y bebida entre otros enseres.
Llanes Salazar participó en esta mesa junto con las
coordinadoras del área de Antropología Social del Instituto Nacional de
Antropología e Historia (INAH) en Yucatán, Ella Fanny Quintal Avilés, y de la
Casa de la Historia de la Educación, Effy Luz Vázquez López, así como el
mayista y promotor cultural, Feliciano Sánchez Chan. El ejercicio de diálogo fue coordinado por el
jefe del Departamento de Patrimonio Cultural de la Secretaría de la
Cultura y las Artes (Sedeculta), Enrique
Martín Briceño.
En la exposición, los investigadores coincidieron en que la
tradición maya de la comida de ánimas debe promoverse y difundirse entre las
nuevas generaciones, pero no a través de concursos que solo fomentan la
competencia y refuerzan el sentido de pertenencia a una cultura heredera de una
ancestral civilización que sigue maravillando al mundo.
Al respecto, Quintal Avilés sostuvo que el Hanal Pixán es un
festejo de culto a las almas que tiene relación con los ciclos de la milpa y, a
su vez, es un ritual familiar que muchas veces depende de la situación económica
de los practicantes.
“La celebración no debe promoverse como un concurso que
fomente la competencia sobre el más estético, sino por el contrario debe
impulsar la pertenencia cultural entre las nuevas generaciones”, aseveró.
En ese sentido, Sánchez Chan explicó que la costumbre maya
de recordar a los muertos es una práctica de la cual los ancestros se adueñaron
y adaptaron a sus usos y costumbres.
“Hoy en día parece que las nuevas generaciones toman a la
ligera el significado de los altares, pues hasta se hacen concursos en las
escuelas, lo cual no promueve el rescate de las tradiciones, sino por el
contrario las tergiversan”, sostuvo.
En su turno, Vázquez López recordó cómo en su infancia el
Día de Muertos fomentaba la convivencia familiar y la armonía entre niños,
jóvenes, adultos, vecinos e invitados que se reunían para cocinar y compartir
los alimentos.
Recuerdo como mis padres salían a comprar los insumos
necesarios para el banquete y los niños hacíamos tareas simples como desgranar
el espelón y limpiar la hoja de plátano, entre otras actividades con las que
nos ganábamos nuestro mucbil pollo, rememoró la coordinadora de la Casa de la
Historia de la Educación al subrayar cómo esta tradición contribuye a
fortalecer el tejido social.
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