- El grupo edilicio del PRI hace un balance de los primeros tres meses y nueve días del gobierno de Mauricio Vila Dosal al frente del Ayuntamiento de Mérida.
Dicho plan carece de puntos de comparación para la
evaluación de resultados así como de metas fijas en todas las direcciones, quitando
la posibilidad de valorar el trabajo del alcalde así como de este documento
rector, que debiera ser la referencia para la toma de decisiones de la actual
administración.
También se ha hecho evidente en el gobierno de Vila Dosal,
la exclusión de la ciudadanía para participar y aportar en los temas
municipales, lo que quedó evidente en la formación del PMD al rechazarse muchas
ideas y propuestas bajo la excusa de que no se podía realizar la propuesta
ciudadana, sin más argumentos.
Es triste ver que un programa impuesto en otra
administración municipal panista, como lo es el "miércoles
ciudadano", sea tomado como un acercamiento a la ciudadanía en un modelo
gastado, con el mismo formato y sin creatividad o sello de esta administración.
Desgraciadamente muchas acciones de Vila Dosal han sido más
populistas que eficientes en el intento fallido de tratar de compensar la falta
de solución a los problemas o de poner orden en la prestación de los servicios
públicos.
Ejemplo de esto ha sido la “manita de gato” que le da a las
comisarías con el programa popular "mano a mano", que busca destacar
la presencia del alcalde más que preocuparse por brindar y dar seguimiento a
los servicios de calidad o el reciente anuncio de ofrecer los palcos del
próximo Carnaval en Xmatkuil de manera gratuita, algo nunca antes visto en las
fiestas carnestolendas.
A 100 días, Mauricio Vila Dosal ha demostrado tener un
gobierno reactivo a los reportes ciudadanos, lo que demuestra la incapacidad de
aplicar programas efectivos, permanentes y preventivos de atención ciudadana,
de mantenimiento y supervisión para beneficio directo de la ciudadanía.
Sin embargo la realidad tangible es otra y que se basa en
tratar de atender lo que la ciudadanía reporta. Un claro ejemplo es la falta de
eficacia de los Servicios Públicos Municipales, con reportes que se multiplican
todos los días en diversas áreas como baches, luminarias, parques, lotes
baldíos, basura, aseo de áreas, que son resueltos en base a los reportes
ciudadanos, los cuales pasan semanas sin ser atendidos, lo que refleja también
una ausencia administrativa por no crear políticas públicas efectivas, las
cuales prevengan y beneficien a los ciudadanos y permitan una mayor eficacia en
la resolución de problemas.
De igual manera se ha practicado en esta administración
panista, una política sesgada para proteger los errores del anterior alcalde,
Renán Barrera Concha, como el caso del inconcluso Parque de Deportes Extremos,
el cual prometió Vila Dosal visitar y dar una solución lo antes posible, lo que
no ha ocurrido en un total incumplimiento de promesas, ya que hasta el día de
hoy no ha habido más avances.
Dicho parque fue incluso entregado por Renán Barrera como
una obra inconclusa y ha la fecha no hay movimiento o intención alguna de concluir
este proyecto millonario, que fue señalado como un capricho del propio Barrera
Concha y ahora encubierto por Vila Dosal.
En este mismo tenor no hay que olvidar el abandono en que se
encuentra el Centro Comercial Popular, otra obra criticada de Renán Barrera por
su inoperatividad de tratar de reubicar al comercio informal del Centro
Histórico.
Se comentó que se buscaría impulsar dicho Centro Comercial a
través de nuevos planes y proyectos, pero sigue sin ser tema de la gestión de
Vila, demostrando falta de interés hacia la ciudadanía.
No hay que olvidar el remozamiento de una parte del mercado
Lucas de Gálvez, una obra que costó 60 millones de pesos con recursos federales
y que sigue presentando problemas por las promesas incumplidas de Vila Dosal de
buscar una pronta solución.
Los problemas en el área se complican aún más por el mercado
San Benito, lo que pone en peligro la salud pública por las aguas negras,
proliferación de mosquitos y acumulación de basura en las zonas aledañas.
O más recientemente los más de 500 mil pesos aprobados por
la mayoría panista para el pago de aguinaldos y otras omisiones fiscales de la
Central de Abastos, del 1 de enero al 31 de agosto pasados, en un total
encubrimiento a ex funcionarios municipales y sin acciones legales en su contra
por parte de Vila Dosal.
Aunado a todo esto, ha sido evidente la falta de destreza
financiera y administrativa por parte de la actual gestión y que se refleja en
el remanente que aún existe en chequeras municipales a casi dos años de
solicitado un préstamo de 150 millones de pesos a Banorte y que endeudó a los
meridanos a 15 años.
Dicho préstamo fue solicitado para atender necesidades
urgentes de la ciudad por Barrera Concha, como lo señaló el ex regidor Juan
Barea en su momento para cubrir cuatro rubros, que son: 1.- Gastos de los
servicios públicos municipales en materia de drenaje, alumbrado, aseo urbano,
mercados, ecología, parques y jardines; 2.- Vehículos, maquinaria y equipo de
trabajo; 3.- Obras públicas en materia de infraestructura y 4.- infraestructura
en tecnologías de la información.
No obstante, el remanente de dicho préstamo está
“etiquetado” como diría un regidor del PAN, para cierta obra, La Pepita, la
cual ha sido negada de una remodelación o una reestructuración para un
funcionamiento adecuado.
De igual manera no se han podido concluir ciertos pagos por
obras que el ayuntamiento solicitó desde la anterior gestión. 100 días han sido
suficientes para tomar acciones en las obras inconclusas remanentes de Renán
Barrera.
En estos 100 días, la cuenta pública ha sido objeto de
manipulación y justificación de gastos innecesarios, en los cuales la
burocracia se lleva la mayor parte de ellos. Como ejemplo de ello está la
figura de los vicealcaldes que propuso Mauricio Vila, con la creación de tres
nuevos puestos de alta jerarquía para eliminar el puesto de Oficial Mayor.
No hay que olvidar que cada uno de estos vicealcaldes
realiza un 33.33% de las labores asignadas al Oficial Mayor, pero ganando un
89.3% más de lo que percibía como salario la figura eliminada.
Otra muestra de la ineficiencia administrativa, arrastrada
por la inercia de los gobiernos panistas, son las empresas paramunicipales, que
por años han funcionado con millonarios susbsidios, como la Central de Abastos
o el fracaso financiero que ha sido el Comité Permanente del Carnaval, que ya
recibió inyección de tres millones de pesos, pese a las políticas de austeridad
que se han promovido en diversos sectores, lo que demuestra una doble moral del
gobierno panista de Vila Dosal.
Cien días han pasado desde que comenzó la gestión de
Mauricio Vila, tiempo que ha demostrado que la misión, visión y objetivos que
tiene la actual administración, están muy lejanos a la realidad y lejos de
consolidarse como un gobierno eficiente, innovador, sustentable, competitivo y
con una infraestructura funcional y eficaz.
El posar para la foto, mover todo un aparato y medios de
comunicación a su alrededor, solo ha demostrado que aún no se asimila que las
elecciones acabaron hace más de cuatro meses, y lo que la ciudad necesita es un
trabajo serio que recupere la calidad de los servicios públicos, que las áreas
verdes y parques recuperen su limpieza, que las calles dejen de tener baches,
que las luminarias funcionen, entre otros.
Han pasado 100 días para atender con urgencia las graves
deficiencias que sufren los meridanos, quienes realmente recorren las calles a
pie y no sólo un día esperando la foto.
Es tiempo de dejar las poses y la demagogia y trabajar por
la ciudadanía, la cual depositó su confianza en las elecciones pasadas.
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