- El bebé de 11 meses con una rara enfermedad, por quien el Papa rezó
El director de la Oficina de prensa del Vaticano, Greg
Burke, indicó el pasado 24 de julio que el Papa rezaba por Charlie y sus
padres, y se sentía especialmente cercano a ellos en este tiempo de inmenso
sufrimiento. Y añadió que el Santo Padre pidió que nos unamos en oración “para
que ellos puedan encontrar el consuelo y el amor de Dios”.
La madre, Connie Yates, dijo este viernes en un comunicado:
“Nuestro bello y pequeño niño se ha marchado. Estamos muy orgullosos de ti”.
El presidente de la Pontificia Academia de la Vida, Mons.
Vincenzo Paglia, señaló hoy en Roma al conocer la noticia, que ‘El amor de Dios
nunca quita el enchufe”. Y este caso nos lleva a promover una cultura del
acompañamiento, y a decir tres grandes no: “no a la eutanasia, no al abandono,
no al ensañamiento terapéutico”, acompañados por un sí a la vida.
El pequeño de 11 meses que la semana próxima iba a cumplir
un año, sufría una enfermedad diagnosticada por el hospital Great Ormond Street
de Londres, por ahora sin un tratamiento que permitiera curarse, pero se podía
probar en Estados Unidos un tratamiento experimental.
Un juez británico ordenó en abril desenchufar los aparatos
que lo mantenían en vida, al hospital Great Ormond Street que hizo la
solicitud. Los padres apelaron inútilmente hasta llegar al Tribunal Europeo de
Derechos Humanos.
En Roma, el Hospital pediátrico Bambino Gesú, se dijo
“disponible para proteger al pequeño por el tiempo que le queda de vida”. Los
papás anunciaron el lunes 24 su decisión de finalizar la larga batalla legal,
pues “mucho tiempo ha sido desperdiciado”.
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