- "Estadísticas a propósito del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25 de noviembre)”
- De los 827 mil 751 mujeres de 15 años y más que hay en el estado, 66.8% (553 mil), ha enfrentado violencia de cualquier tipo y de cualquier agresor, alguna vez en su vida.
- 45.2% ha enfrentado agresiones del esposo o pareja actual o la última a lo largo de su relación y 52.0% sufrió violencia por parte de algún agresor distinto a la pareja.
- En 2016, Yucatán se ubica en el cuarto lugar en suicidios de mujeres con 3.2%, dato mayor al registrado a nivel del nacional de 1.9 por ciento.
A la postre, el 17 de diciembre de 1999 la Organización de
las Naciones Unidas en su Resolución A/RES/54/134, declara el 25 de noviembre
Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, mediante
la cual insta a los gobiernos, organismos, órganos, fondos y programas del
sistema de las Naciones Unidas, y a otras organizaciones internacionales y
organizaciones no gubernamentales, a que organicen ese día actividades
dirigidas a sensibilizar a la opinión pública respecto del problema de la
violencia contra la mujer y que consideren que
“…por violencia contra la mujer se entiende, todo acto de violencia
basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como
resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así
como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la
libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”.
Asimismo, se señala que la violencia contra las mujeres no
es un problema de índole personal o privado, sino social y que “…constituye una
manifestación de relaciones de poder históricamente desiguales entre el hombre
y la mujer, que han conducido a la dominación de la mujer y a la discriminación
en su contra por parte del hombre e impedido el adelanto pleno de la mujer”
A poco de cumplirse 18 años de esa histórica e importante
resolución, el INEGI continúa contribuyendo y se suma a esta importante jornada
–como lo ha hecho desde hace más de una década-
con la finalidad de contribuir a que las instituciones encargadas de las
políticas públicas cuenten con información que les permita diseñar y definir
acciones para prevenir, atender y eliminar la violencia contra las mujeres y
para promover que la población en general cuente con la información estadística
sobre la situación de la violencia que enfrentan las mujeres en nuestro país.
La medición de la violencia
Desde principios del siglo XXI se han hecho grandes
esfuerzos en el país para producir información que permita conocer qué tan
extendido está el problema de la violencia que se ejerce en contra de las
mujeres, por ello diversas instituciones públicas han efectuado encuestas a
nivel nacional, entre ellas el INEGI, quien ha coordinado y realizado cuatro
encuestas con el apoyo del Inmujeres y de otras instituciones nacionales e
internacionales. En los meses de octubre y noviembre de 2016, el INEGI llevó a
cabo la cuarta Encuesta Nacional sobre violencia contra las mujeres, cuyos
resultados se encuentran disponibles en la página de internet de este
instituto.
Actualmente se reconoce que la fuente por excelencia para
dar cuenta de la situación general de la violencia contra las mujeres son las
encuestas, porque éstas permiten tener el panorama prevaleciente en todo el
país y de cada una de las entidades federativas, sobre la proporción de mujeres
que han vivido situaciones de violencia, así como sobre las características de
la misma, su gravedad, las formas y
tipos de violencia ejercidos en contra de las mujeres y las niñas, entre
algunos de los tópicos que aborda.
Además de la información existen otras fuentes de
información de gran utilidad como los Registros Administrativos de Salud, de
Procuración de Justicia y de los Tribunales de Justicia, que son una fuente muy
valiosa y fundamental y aportan información referida a las situaciones de
violencia que las mujeres reportan o denuncian ante las autoridades o bien
cuando acuden a los servicios de salud para ser atendidas por las lesiones que
causadas por la violencia de la que son objeto.
En 2016 residían en Yucatán 827 mil 751 mujeres de 15 años y
más, de las cuales el 12.1% tenía entre 15 y 19 años y 28.1% se ubica en las
edades de 50 y más años. Si bien la mayoría de estas mujeres fue a la escuela
alguna vez en su vida a estudiar (92.1%), esta situación cambia con la edad,
siendo las mujeres de mayor edad quienes menos acudieron a la escuela. Si bien
en las décadas más recientes la cobertura educativa y el acceso a la educación
ha mejorado, en los últimos 12 meses, el 15.3 de las niñas que tienen entre 15
y 17 años no asistieron a la escuela y de las mujeres de entre 18 y 19 años, el
100% asistió y de este, 41.2% no estudiaba en los 12 meses anteriores.
Del total de las mujeres de 15 años y más, el 90.7% de ellas
mantiene o mantuvo una relación de pareja, ya sea por unión o matrimonio (59.4%
están actualmente casadas o unidas y 14.6% actualmente están separadas,
divorciadas o viudas de su última relación con quien estuvieron casadas o
unidas), o bien de pareja o noviazgo sin cohabitar (16.7%); y solo 9.0% no ha
tenido ninguna relación de pareja.
1. Algunos resultados sobre la situación de la violencia en
Yucatán 2016
Los resultados de la última encuesta levantada por el INEGI
a finales de 2016, permiten determinar la prevalencia de la violencia entre las
mujeres de 15 años y más. A partir de esta información se observa que la violencia
contra las mujeres es un problema de gran dimensión y una práctica social
extendida en todo el estado, puesto que 67 de cada 100 mujeres de 15 años y
más, residentes en el Yucatán, ha experimentado al menos un acto de violencia
de cualquier tipo, ya sea emocional, física, sexual, económica, patrimonial o
discriminación laboral, misma que ha sido ejercida por diferentes agresores,
sea la pareja, el esposo o novio, algún familiar, compañero de escuela o del
trabajo, alguna autoridad escolar o laboral o bien por , amigos, vecinos o
personas conocidas o extrañas.
De los 827 751 de mujeres de 15 años y más que hay en
Yucatán, 66.8% (553 195), ha enfrentado violencia de cualquier tipo y de
cualquier agresor, alguna vez en su vida.
En el Estado, la violencia total de cualquier agresor
(66.8%) se refiere a la proporción de todas las mujeres de 15 años y más, que
hayan declarado al menos un acto de violencia de pareja, de cualquier agresor,
incluida la pareja, discriminación en el trabajo en el último año y discriminación
por embarazo en los últimos 5 años. La violencia de pareja considera a todas
las mujeres de 15 años y más que tienen o hayan tenido al menos una pareja a lo
largo de sus vidas.
La discriminación en el trabajo por razones de embarazo
considera a todas las mujeres de 15 años y más que hayan trabajado en el
periodo de octubre de 2011 a octubre de 2016 y la discriminación en el trabajo
incluye a todas las mujeres de 15 años y más que trabajaron como asalariadas
(empleadas, obreras o jornaleras) durante los 12 meses anteriores a la
encuesta.
De acuerdo con la información reciente, levantada por el
INEGI a finales de 2016, permite determinar la prevalencia de la violencia para las mujeres de 15 años y
más; y ésta revela la situación en la entidad, 553 mil 195 mujeres han sido
sujetas a actos violentos y discriminatorios alguna vez a lo largo de su vida.
Los datos revelan que no se trata de actos aislados sino de
un patrón general ya que, en todas las entidades federativas, más de la mitad
de las mujeres ha experimentado agresiones de tipo emocional, sexual, físico o
económico.
Asimismo, 378 mil 814 mujeres (45.8%), señaló que al menos
una de estas agresiones ocurrió en los 12 meses anteriores a la entrevista, es
decir entre octubre de 2015 y octubre de 2016. Así, 187 mil 081 mujeres fueron
sometidas a algún tipo de intimidación, hostigamiento, acoso o abuso sexual,
que van desde señalamientos obscenos, que las hayan seguido en la calle para
intimidarlas sexualmente, que les hayan hecho propuestas de tipo sexual o bien
que directamente las hayan manoseado sin su consentimiento o hasta que las
hayan violado.
La información indica que el 45.2% de las mujeres que tienen
o tuvieron al menos una relación de pareja –ya sea de cohabitación por medio
del matrimonio o la unión de hecho, o bien alguna relación de pareja o noviazgo
sin vivir juntos- ha enfrentado agresiones del esposo o pareja actual o la
última a lo largo de su relación.
Por otra parte, la mitad de las mujeres (52.0%) sufrió
violencia por parte de algún agresor distinto a la pareja, ya sea en el
trabajo, la escuela, algún lugar público, ya sea por compañeros de la escuela o
del trabajo, maestros, autoridades o patrones, familiares, conocidos, o
extraños en diferentes espacios.
En el período más reciente –entre octubre de 2015 y octubre
de 2016- 46 de cada 100 mujeres fue víctima de algún acto violento,
principalmente de tipo emocional, sexual y discriminación en sus centros de
trabajo. En el caso de la violencia emocional el perpetrador es principalmente
la pareja o ex-pareja última, mientras que la violencia sexual ha sido ejercida
por diversos agresores distintos a la pareja.
Las mujeres jóvenes, más expuestas a los abusos
Las mujeres que se encuentran más expuestas a la violencia
de la pareja o de cualquier otro agresor son las de edades medias entre 20 y 49
años, particularmente entre aquellas que tenían 20 a 24, de 30 a 39 y de 45 a 49 años, donde el porcentaje de
mujeres que ha enfrentado al menos un episodio de violencia o abuso oscila
entre 70 y 74. Es particularmente relevante la violencia sexual que han
enfrentado las mujeres jóvenes entre 20 a 24 años, en este grupo, la mitad de
ellas ha sido agredida sexualmente. Asimismo las niñas de 15 a 17 años
presentan niveles altos de violencia sexual, emocional y física, quienes a su
corta edad ya han sido víctimas de abusos de diversa índole.
Múltiples violencias, diversos agresores
Para acercarnos a una comprensión más amplia de las diversas
agresiones a las que han estado y están sometidas las mujeres, es necesario
revisar los diversos ámbitos por los que indaga la encuesta. Para ello se
agruparon en tres grandes categorías: violencia de pareja, de otros agresores
(violencia en la escuela, trabajo, comunitaria, familia) y discriminación en el
trabajo.
Ello nos permite señalar que, si bien en general 67 de cada
100 mujeres fue víctima, al menos una vez, de cualquier tipo de abuso,
incluyendo la discriminación, al combinar las dimensiones que lo integran, se
aprecia 15 de cada 100 fue solo de la pareja o bien solo de otro agresor (21 de
cada 100), o una menor proporción (1.5%) solo fue discriminada en el trabajo.
El restante 29.7% ha sido agredida por distintos agresores, incluyendo a su
pareja o ex-pareja.
Es decir, del total de mujeres con violencia al menos una
vez en su vida en cualquier ámbito (66.8), el 55.6% solo fue agredida por un
tipo de agresor; mientras que el restante 44.4% por diferentes tipos de
agresores.
En el periodo reciente, de los 12 meses anteriores a la
encuesta, un tercio de las mujeres con violencia, lo fue por la pareja y por
algún otro agresor.
Ello muestra que las
mujeres están sometidas a agresiones múltiples, que se ejercen por muy diversos
agresores, desde los más cercanos hasta por extraños o ajenos a su espacio y
relaciones cercanas.
La persistencia de los roles de género y su impacto en la
dinámica de pareja y en la violencia contra las mujeres
Las uniones o matrimonios tempranos y las causas de la unión
Entre algunos de los factores que tienen impacto en la vida
y en las relaciones de pareja y sobre su dinámica, se ubican la edad a la que se casaron o
unieron por primera vez, así como el número de uniones o matrimonios.
Es relevante señalar que una proporción importante de las
mujeres se casan o unen a edades tempranas, lo que tiene un impacto relevante
en sus vidas y en la dinámica de las relaciones con sus parejas, por un lado
limita su desarrollo y constituye un obstáculo para su autonomía, pero particularmente
señala, de manera preponderante, la falta de oportunidades y opciones que
tienen las mujeres para continuar su formación así como la persistencia de los
patrones de género, que continúan confinando a las mujeres a la “casa” como
finalidad, para desempeñar los papeles de esposa-madre-cuidadora.
En promedio el 26.9% de las mujeres de 15 años y más se casó
o unió por primera vez antes de los 18 años, y antes de cumplir 20 años, cerca
de la mitad ya estaba cohabitando con una pareja. Antes de cumplir 25 años, el
81.4% ya estaba casada o unida por primera vez.
Entre las causas por las que las mujeres se casaron o
unieron destacan dos elementos importantes:
Si bien la mayoría lo hizo por su propia voluntad (83.8%),
1.8% de las mujeres se unió a su actual esposo o pareja porque fue obligada a
hacerlo ya sea porque se embarazó, se la robaron o bien porque se arregló su
unión a cambio de dinero o bienes. Esta proporción asciende a 3.6% entre
quienes se casaron antes de los 18 años, y aunado a ello, en el 10.0% se tuvo
que casar porque se embarazó.
Dos o más uniones
Otro elemento a tener en cuenta son el número de uniones o
matrimonios que tienen las mujeres en su historia, y es muy significativo que
entre las mujeres yucatecas, la gran mayoría solo ha estado casada o unida una
vez (89.2%) y solo una de cada diez mujeres se ha casado o unido al menos dos
veces.
Las prevalencias específicas de violencia de pareja tomando
como referencia estas dos situaciones, muestran que:
La violencia por
parte de la pareja está más extendida entre las mujeres que se casaron o
unieron antes de los 18 años que entre quienes se casaron por primera vez
cuando tenían 25 años o más. Cerca de la mitad de quienes se casaron antes de
llegar a la mayoría de edad (48.5%) han enfrentado violencia por parte de su
pareja, mientras que entre aquellas que lo hicieron a una edad más avanzada, la
proporción de quienes han experimentado violencia por parte de su pareja es de
37.7 por ciento.
Una proporción más amplia entre las mujeres que solo han
tenido una unión o matrimonio enfrenta violencia por parte de su pareja
(45.2%), que aquellas que aquellas que se han unido dos o más veces (39.1 por
ciento).
2. Violencia que mata
La expresión más brutal de la violencia es aquella que pone en
riesgo la vida de las personas y que en muchos casos tiene la intención de
terminar con su vida. Esta violencia extrema, tiene características diferentes
si la víctima es una mujer o un hombre.
Cuando ocurre un deceso se determina la causa que lo provocó,
y cuando éste no se debió a una falla orgánica o enfermedad, entonces se
considera que la muerte fue ocasionada por un agente externo cuya causa pudo
deberse a un accidente en el que pierden la vida, o bien por agresiones
provocadas intencionalmente por otra persona o por agresiones auto-infligidas.
Durante 2016, se registró el fallecimiento de 13 mil 511
personas; 45.1% de ellas eran mujeres. Las muertes por causas accidentales y
violentas ascendieron a 853, uno de cada 6 decesos ocurrió por estos motivos.
De las muertes accidentales y violentas registradas en 2016,
66.4% se debió a causas accidentales y cerca de 287 personas (36.6%)
fallecieron por la violencia intencional infligida en su contra por otras
personas o por sí mismas, con la intención de provocar un daño letal.
En 2016 se registró el asesinato de 9 mujeres, misma cifra
que se registró en 2015, lo que implica se mantiene la tendencia. El número de
mujeres asesinadas durante 2016 es el tercero más alto en los últimos 10 años
(intervalo de tiempo 2007 a 2016) por debajo de los registrados en 2007 y 2013
presentando, 13 homicidios respectivamente.
Durante el periodo 1990-2016 se registraron 1 265
defunciones por homicidio, 15.2% de las cuales fueron contra mujeres.
Una mirada a los últimos 27 años
Es importante mencionar que el número de mujeres que
murieron por agresiones intencionales en los periodos 1995-2000 y 2007-2012 se
ubicaron en los puntos más altos presentando valores de 49 y 41
respectivamente, en tanto que durante los años que van de 1990 a 1994 fueron
asesinadas 28 mujeres.
En general, en el lapso de 27 años se presentaron
solamente 193 homicidios de mujeres en comparación con 1 072 que muestran las
cifras de hombres en ese mismo lapso, lo que representa una diferencia de 879
defunciones violentas.
De 2013 a 2016 ocurrieron alrededor de 219 homicidios tanto
de hombres como de mujeres, de los cuales solo 39 fueron femeninas.
El promedio anual más bajo de defunciones se observa en el
periodo 2001-2006, tanto para mujeres como para hombres, mientras que el más
alto entre las mujeres se registró en los últimos cuatro años (2013-2016),
alcanzando 10 defunciones anuales. En tanto, el promedio anual de los
asesinatos de hombres ocurrió en el periodo 1990-1994, cuando llegó a 51
hombres asesinados.
Durante el periodo 2003-2007 se observa, particularmente en
las tasas de defunciones de hombres, una tendencia estable presentando una
cifra promedio de 3.6 y a partir del 2012 a la fecha muestra un incremento en
las cifras, con su punto más alto en 2016 con 5.2.
La tendencia en los homicidios de mujeres muestra un patrón
diferente: pocas variaciones, manteniéndose en un rango constante de menos un
homicidio por cada cien mil mujeres, solo presentando valores de una mujer en
los años 2000, 2003,2007 y 2013.
Jóvenes, la población más expuesta a la violencia extrema
Una de las características más importantes a tener en cuenta
para el análisis de la violencia extrema es la edad, ya que derivado de los
patrones de género, ésta constituye un factor determinante, en el caso de
los hombres jóvenes están más expuestos
debido los patrones de masculinidad imperantes que definen la hombría en
función de la agresividad y su defensa por medios violentos, y en el caso de
las mujeres jóvenes, se les atribuye un “mayor valor social “ porque son vistas
en esta etapa de sus vidas como objetos sexuales y su capacidad reproductiva
para los hombres.
Del total de defunciones por homicidio de mujeres ocurridas
en 2016, el 22.2% de ellas corresponde a mujeres menores de 30 años, mientras
que entre los hombres es de 20.0% de las mismas edades. Es decir, las mujeres
jóvenes son las más expuestas a la violencia extrema, incluso que entre los
hombres de esas edades.
La saña, distintivo de la violencia feminicida
De acuerdo con la Ley General para el acceso de las mujeres
a una vida libre de violencia, se deberá entender por violencia, “…cualquier
acción u omisión, basada en su género, que les cause daño o sufrimiento
psicológico, físico, patrimonial, económico, sexual o la muerte tanto en el
ámbito privado como en el público.” Asimismo, determina que la violencia
feminicida, es la forma extrema de violencia, conformada por el conjunto de
conductas misóginas que pueden conllevar impunidad social y del Estado y puede
culminar en homicidio y otras formas de muerte violenta de mujeres.
Los datos muestran que las mujeres son asesinadas con mayor
violencia y saña, utilizan medios que producen mayor dolor, prolongan su
sufrimiento antes de morir y sobre todo conlleva la aplicación de la fuerza
corporal para someterlas.
De acuerdo con la información disponible sobre el medio o
arma utilizada para causar la muerte de la persona, se aprecia que el medio más
utilizado son las armas cortantes. Sin embargo, existe una diferencia relevante
por sexo, ya que mientras los homicidios contra los hombres han sido
perpetrados en su mayoría con objeto cortante, 42 de cada 100 de ellos en 2016;
entre las mujeres fue de 22 por ciento.
En cambio, 33 de cada 100 mujeres fue estrangulada, ahorcada
o sofocada, ahogada (en vivienda, lugar especificado y no especificado); es
poco más de dos veces mayor que entre los hombres.
Asimismo, existe una
proporción de población que fue ultimada con armas de fuego. Tanto entre los
hombres como en las mujeres estas agresiones se presentaron en el 11 por ciento
de los casos.
Suicidios
Durante 2016 se registraron 223 defunciones por violencia
autoinfligida (188 de hombres y 35 de mujeres), 3 más que en 2009 que fue el
año con el mayor número de suicidios del periodo 1990-2016, lo que representa
en conjunto 1.6% del total de las defunciones registradas durante 2016 y el
26.1% de las defunciones accidentales y violentas.
Del total de defunciones por lesiones autoinfligidas
corresponden particularmente a jóvenes de 20 a 29 años 31.4% y entre las
mujeres, el 42.9% de este tipo de decesos fue de jóvenes de ese grupo de edad.
Al igual de lo que ocurre en las muertes por homicidio, las
diferencias en las tasas de suicidios entre mujeres y hombres son amplias, sin
embargo, las diferencias son menores que en el caso de aquellas.
A lo largo de los últimos 17 años las variaciones en las
tasas anuales de suicidios en mujeres son menores en 2007 y 2016. La tasa más
alta se registró en 2015 con 4.1 por ciento.
En 2016, 13 entidades presentan tasas por encima de la media
nacional. Las tasas de suicidios más elevadas entre las mujeres se observan en
estados donde las tasas de homicidios están por debajo de la media nacional,
mientras que en suicidios ocupan los primeros lugares.
Los estados de Chihuahua, Campeche, Aguascalientes y Yucatán
se ubican con las tasas más altas de suicidios de mujeres. De lo anterior se
infiere que Yucatán ocupa el cuarto lugar en suicidios de mujeres con 3.2%
cifra mayor a la registrada a nivel nacional de 1.9 por ciento.
En el caso de los suicidios de hombres, las tasas más
elevadas también se ubican en Chihuahua, Yucatán, Aguascalientes, Colima,
Campeche, Guanajuato, Quintana Roo, Sonora, Baja California Sur y Nayarit.
El INEGI mantiene su compromiso de generar información que
visibilice este problema que aqueja a millones de mujeres en nuestro país, es
por ello en 2016 realizó por cuarta ocasión la encuesta dirigida a obtener
información al respecto, la cual se ha puesto a disposición de todo el público.
Asimismo, al inicio de este mes dio a conocer el Sistema Integrado de
Estadísticas sobre violencia contra las mujeres.
Con esta información, el INEGI busca aportar elementos para
que la sociedad en su conjunto no solo conozca la situación que enfrentan las
mujeres, sino particularmente para llamar a la acción a todos los sectores, a
implementen acciones orientadas a prevenir, atender y sancionar la violencia
contra las mujeres.
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