- Academia y Gobierno trabajan en plan para el buen desarrollo de las actividades agropecuarias.
Ante el director General de Planeación y Proyectos
Estratégicos de la Secretaría de Fomento Económico (Sefoe), Rodrigo Cejudo
Valencia, el coordinador de Vinculación de la Universidad Autónoma de Yucatán
(UADY), Orlando Palma Marrufo, explicó que el objetivo principal fue realizar
un informe técnico con lineamientos, recomendaciones y contenidos consensuados
por un panel de expertos para sentar las bases de un plan de sustentabilidad.
Reunidos en la videosala del Edifico Central de la máxima
casa de estudios, la responsable de la mesa uno, la investigadora titular de la
Facultad de Ingeniería Química, Diana Cabañas Vargas, presentó en primera
instancia los resultados sobre conservación y aprovechamiento de los recursos
hídricos.
En ese sentido, destacó la necesidad de realizar estudios de
línea base y mantenerlos actualizados, establecer una red de monitoreo de la
calidad del agua en el estado y realizar una revisión técnica de los
instrumentos de política pública existentes.
Delimitar zonas de investigación para establecer criterios
particulares que aseguren la protección de la calidad del recurso hídrico,
promover buenas prácticas de manejo productivo y la educación ambiental,
mediante un modelo para concientizar a la población sobre problemáticas ambientales
a partir de la relación sociedad-naturaleza, son otros de los puntos que tocó
la especialista.
“Se debe integrar el conocimiento existente y futuro para
determinar el uso y manejo eficiente del recurso hídrico, del suelo y de los
usos de suelo actuales en el estado para desarrollar medidas que minimicen los
impactos negativos y maximicen los impactos positivos que generan los
proyectos”, afirmó.
Agregó que en el proceso intervinieron investigadores
independientes, de la UADY, de la Universidad Autónoma de México (UNAM) y del
Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav), así como de las
Secretarías del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y de Desarrollo
Urbano y Medio Ambiente (Seduma), a la par de expertos de la Comisión Nacional
del Agua (Conagua) y del sector productivo, todos en respuesta a la invitación
que se hizo.
“Se nos solicitó participar para generar información técnica
y científica al respecto de estos temas, y qué recomendaciones hacemos para el
buen desarrollo de las actividades agroindustriales y la convivencia de estas
con otras como las turísticas, las comerciales, etcétera”, detalló Cabañas
Vargas acompañada del empresario pecuario Hernesto Ek Estrella.
En su turno, el coordinador de la mesa dos y director
General de Extensión y Vinculación de la Universidad Marista, Miguel Carbajal
Rodríguez, abordó las conclusiones en materia de usos de suelo y protección de
los ecosistemas.
“Me parece que es un muy buen primer paso. Se logró
concentrar una gran cantidad de información cartográfica de diferentes usos de
suelo, sin embargo una de las conclusiones más importantes es que hay que
seguir nutriendo la información obtenida”, expuso.
Resaltó que se requiere dar continuidad en la generación de
conocimiento sobre el territorio, así como definir criterios de selección de
sitios de ubicación de proyectos que consideren la vulnerabilidad del agua, del
suelo y los usos actuales de éste en el estado.
Además, hizo énfasis en la importancia de evaluar los
impactos ambientales de la actividad para los ecosistemas afectados,
principalmente sobre el suelo, y de considerar en esta evaluación la
vulnerabilidad de los recursos.
Finalmente, señaló que “es necesario el desarrollo de buenas
prácticas apropiadas para prevenir, mitigar y compensar correctamente los
impactos y establecer mecanismos de monitoreo y vigilancia que respondan a los
impactos generados por el proyecto y su dimensionalidad”.
Para finalizar, Cejudo Valencia, quien fungió como
coordinador de la tercera mesa, dio a conocer las conclusiones generadas acerca
del desarrollo sustentable de las actividades económicas y fomento para el
bienestar de las comunidades.
En su presentación, subrayó la participación de autoridades
locales y federales, de instituciones académicas, de organizaciones no
gubernamentales, empresarios, productores y consultores nacionales e
internacionales para la realización de dicho análisis, pues el sector agropecuario
en Yucatán significó el 28.9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en
2016, según reportó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en
2017.
Declaró que se requiere definir criterios de selección de
sitios para la ubicación de proyectos, que consideren la vulnerabilidad del
recurso hídrico, del suelo y los usos de suelo actuales del estado; y
desarrollar medidas para minimizar los impactos negativos y maximizar los
positivos, derivadas de la adecuada evaluación de impacto tanto social como
ambiental.
De igual forma, apuntó la necesidad de definir la
vulnerabilidad socio-ambiental de la porcicultura y el turismo de naturaleza en
el estado, y la afectación social de los proyectos mediante un mapeo y análisis
de los sectores que interactúan en el territorio.
Se deben generar medidas para prevenir, minimizar y mitigar
los impactos de un proyecto mediante el diálogo con las comunidades, así como
generar un modelo de desarrollo de las actividades agropecuarias que permita
compatibilizar su bienestar, considerando sus costumbres, tradiciones,
cosmovisión y la sustentabilidad, sostuvo el directivo de la Sefoe.
A manera general, concluyó que mientras se logra implementar
las políticas públicas, estrategias territoriales, redes de monitoreo y demás
medidas descritas en el análisis, se requiere cumplir en forma robusta el
procedimiento de evaluación de impacto ambiental, ya que por el momento, es el
instrumento que determina la viabilidad ambiental de un proyecto.
“Esto no es un informe final, pero es una etapa muy
importante. Nos queda continuar con el plan de acción, inclusive ya tenemos
fecha para nuestra primera reunión en el mes de marzo y no vamos a parar hasta
tener mejores documentos”, finalizó.
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