Ciudad de México.- Si tienes alergia al moho, tu sistema
inmunitario reacciona exageradamente cuando respiras las esporas. Puede hacerte
toser, producir picazón en los ojos y causar otros síntomas que te generan un
gran malestar. En algunas personas, la alergia al moho está relacionada con el
asma y la exposición les produce problemas para respirar y otros síntomas de
las vías respiratorias.
La mejor defensa es reducir tu exposición a todos los tipos
de moho que provocan una reacción. Los medicamentos pueden ayudar a controlar
estas reacciones alérgicas.
Síntomas
La alergia al moho provoca los mismos signos y síntomas que
otros tipos de alergias de las vías respiratorias superiores. Algunos de ellos
son: estornudos; nariz congestionada o catarro; tos y goteo posnasal; picazón
en los ojos, la nariz y la garganta; ojos llorosos y piel seca y escamosa
Los síntomas varían de una persona a otra y pueden ser de
leves a intensos. Puedes tener síntomas todo el año o solamente durante ciertas
épocas. Puedes notarlos cuando el clima es húmedo o si te encuentras en
espacios interiores o exteriores con alta concentración de moho.
Alergia al moho y asma
Los síntomas del asma se pueden desencadenar por la
exposición a las esporas del moho. En algunas personas, la exposición a ciertos
tipos de moho puede causar un ataque de asma grave. Los signos y síntomas del
asma incluyen: tos, silbido al respirar, dificultad para respirar y presión en
el pecho
Causas
Igual que sucede con cualquier alergia, la respuesta de un
sistema inmunitario hipersensible desencadena los síntomas de la alergia al
moho. Al inhalar las diminutas esporas de moho transmitidas por el aire, el
cuerpo las reconoce como invasoras y genera anticuerpos que causan alergia con
el fin de combatirlas.
Cuando termina la exposición, el cuerpo sigue produciendo
anticuerpos que «recuerdan» a este invasor, de modo que cualquier contacto
posterior con el moho hace que el sistema inmunitario reaccione. Esta reacción
desencadena la liberación de sustancias como la histamina, que causa picazón y
lagrimeo en los ojos, catarro, estornudos y otros síntomas de la alergia al
moho.
El moho es muy frecuente, tanto en los ambientes internos
como externos. Hay muchos tipos de moho, pero solo determinadas clases de moho
causan alergias. Ser alérgico a una clase de moho no significa necesariamente
que uno será alérgico a otra clase. Algunos de los mohos más frecuentes que
causan alergias incluyen Alternaria, Aspergilo, Cladosporium y Penicillium.
Factores de riesgo
Estos son algunos factores que posibilitan el desarrollo de
una alergia al moho o el empeoramiento de los síntomas de alergia al moho:
· Tener
antecedentes familiares de alergias. Si las alergias y el asma son comunes en
tu familia, tienes más probabilidades de padecer alergia al moho.
· Tener un
trabajo que te exponga al moho. Los trabajos donde la exposición al moho es
mayor incluyen agricultura, preparación de lácteos, explotación forestal,
panadería, molinos, carpintería, invernadero, viñedos y reparación de muebles.
· Vivir en una
casa con mucha humedad. Si la humedad en el interior de tu casa es superior al
50 por ciento, tienes más exposición al moho.
El moho puede crecer en casi todo lugar, cuando las
condiciones son adecuadas: en sótanos, en el enmarcado detrás de las paredes,
en las uniones de los azulejos cubiertas de jabón y otras superficies húmedas,
en las almohadillas de las alfombras y en las mismas alfombras. La exposición a
altos niveles de moho doméstico puede provocar síntomas de alergia al moho.
· Trabajar o
vivir en un edificio que ha estado expuesto a mucha humedad. Los ejemplos
incluyen cañerías que gotean, filtraciones de agua cuando llueve y daños
producidos por una inundación. En algún momento, casi todos los edificios
tienen algún tipo de exposición a la humedad y dicha humedad permite que crezca
el moho.
· Vivir en una
casa con poca ventilación. Las ventanas y puertas con aislamiento hermético
pueden atrapar la humedad en el interior e impedir una ventilación adecuada y,
de esa manera, crear las condiciones óptimas para el crecimiento del moho. Los
ambientes húmedos, como baños, cocinas y sótanos, son los más vulnerables.
Complicaciones
La mayoría de las respuestas alérgicas al moho comprenden
síntomas parecidos a la rinitis alérgica (fiebre del heno) que pueden hacerte
sentir muy mal, pero no son graves. Sin embargo, ciertas afecciones alérgicas
causadas por moho son más graves. Estas incluyen:
· Asma
provocado por moho. En las personas alérgicas al moho, respirar las esporas
puede provocar un brote de asma. Si tienes alergia al moho y asma, asegúrate de
tener un plan de urgencia en caso de que sufras un ataque grave de asma.
· Sinusitis
fúngica alérgica. Esto resulta de una reacción inflamatoria al hongo en los
senos paranasales.
· Aspergilosis
broncopulmonar alérgica. Esta reacción al hongo en los pulmones puede ocurrir
en personas con asma o fibrosis quística.
· Neumonitis
por hipersensibilidad. Esta afección poco frecuente ocurre cuando la exposición
a partículas aéreas, como las esporas de moho, provocan inflamación en los
pulmones. Puede ser ocasionada por la exposición laboral al polvo que causa la
alergia.
Otros problemas causados por el moho
En las personas propensas, aparte de los alérgenos, el moho
también puede presentar otros riesgos para su salud. Por ejemplo, el moho puede
causar infecciones en la piel o en las membranas mucosas. Sin embargo, el moho
generalmente no causa infecciones sistémicas, excepto en las personas con
sistemas inmunitarios deteriorados, como aquellas que tienen VIH, SIDA o que
toman medicamentos inmunosupresores.
Prevención
Para reducir el moho en tu casa, considera estos consejos:
· Elimina las
fuentes de humedad en los sótanos, como son las fugas en las tuberías o la
filtración de aguas subterráneas.
· Usa un
deshumidificador en cualquier área de tu casa donde haya olor a humedad. Mantén
el nivel de humedad a menos de 50 por ciento. Recuerda limpiar con regularidad
el recipiente recolector y las bobinas de condensación.
· Considera
instalar aire acondicionado central con filtro de aire de alta eficiencia
(HEPA, por sus siglas en inglés). Ese tipo de filtro puede atrapar las esporas
de moho del aire exterior, antes de que circulen dentro de tu casa.
· Cambia con
regularidad los filtros de la calefacción y los aparatos de aire acondicionado.
Pide hacer una inspección de los ductos de la calefacción y, si es necesario,
que los limpien.
· Asegúrate de
que todos los baños estén bien ventilados y pon el ventilador durante e inmediatamente
después de ducharte o bañarte para secar el aire. Si no hay un ventilador en el
baño, abre la ventana o la puerta mientras te duchas o te bañas.
· No pongas
alfombras en los baños y los sótanos.
· Facilita el
drenaje de las aguas subterráneas para que ocurra más lejos de tu casa y, para
ello, con frecuencia retira hojas y plantas de alrededor de los cimientos y
limpia los canalones de lluvia.
· Mantén los
recipientes orgánicos para plantas limpios y secos, por ejemplo, los que están
hechos de paja, mimbre, o cáñamo.
· Deshazte de
los libros y periódicos viejos, o recíclalos. Si se dejan en lugares húmedos,
como los sótanos, se pueden poner mohosos rápidamente.
Consulta a tu médico si tienes nariz congestionada,
estornudos, ojos llorosos, dificultad para respirar, silbido al respirar u
otros síntomas molestos que no pasan.
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