“Imagino y creo las películas como un género musical”: Alejandro González Inárritu

Fade out, fade in: la expectación anegó la mañana en la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas (ENAC). Cuadro por cuadro, decenas de estudiantes escrutaron al cineasta mexicano más galardonado del séptimo arte contemporáneo.
  • Conversatorio del cineasta con motivo de su doctorado Honoris Causa
Por Leonardo Frías 
Foto: Francisco Parra
Ciudad de México (Gaceta Universitaria) Fade out, fade in: la expectación anegó la mañana en la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas (ENAC). Cuadro por cuadro, decenas de estudiantes escrutaron al cineasta mexicano más galardonado del séptimo arte contemporáneo.

En la Sala Manuel González Casanova, 105 integrantes de la comunidad universitaria, y decenas de miles vía streaming, atestiguaron la Clase Magistral y Conversatorio del director Alejandro González Iñárritu de 215 minutos, en el contexto de su investidura como doctor Honoris Causa aprobado por el Consejo Universitario el pasado 14 de junio.

Las primeras palabras fueron destino en la charla: “Nunca estudié cine y, por ello, tengo mucho que aprender de ustedes, aunque nadie se hace solo; por eso tuve buenos mentores, no tengo nada que enseñar, sino compartir experiencias”, dijo el primer mexicano en presidir el Jurado del Festival de Cannes.

Proyectado en la gravedad de su voz radiofónica intacta, reveló que la música le interesa más que el cine. Mencionó que sólo cursó un semestre de la carrera de Derecho, luego Comunicación, pero “me hubiera gustado ser músico, tengo mejor oído que ojos, y siempre imagino, concibo y creo las películas como un género musical”.

Con una evocación constante a las ondas hertzianas, de ahí que reitere como frase de génesis que “todo está hecho de frecuencia auditiva”, González Iñárritu contó que no sólo Ludwik Margules fue su mentor en el teatro, sino que también la publicidad, los comerciales y el ejercicio radiofónico fueron sus primeros ejercicios cinematográficos por 12 años que lo llevaron a su primer película sensorial: Amores perros.

“Amores perros es como Sticky Fingers de The Rolling Stones; Biutiful como un réquiem, y 21 gramos como un jazz fracturado…Para mí, la música es la coloratura de una película, quizá porque transité en esa época entre los años 80 y 90 del siglo pasado, en el que me tocó el rock en español, con Soda Stereo, Nacha Pop y Radio Futura”, indicó.

El exlocutor radial recordó al “monstruo actoral” de Emilio Echevarría, a quien “descubrió” en una obra teatral y que personificó a El Chivo en Amores perros, así como a los “ojos púrpuras” de Gael García a los 17 años, y por supuesto a su cómplice sonoro, Martín Hernández. Hizo referencia a Breaking the Waves de Lars von Trier, como uno de los filmes que lo marcaron de una manera especial.

Dementes, series y redes

En la charla conducida por la periodista Fernanda Solórzano, Iñárritu comentó que el cine está hecho de la vida, y que la atracción primitiva, estilización y glamourización de la violencia sin consecuencia narrativa en el cine, es inmoral.

“De cualquier forma, el cine es un trabajo como para dementes; todos los que hacemos esto, estamos un poquito locos, porque sí implica una gran cantidad de riesgo y trabajo.”

Sin embargo, subrayó, que este arte está ahora muy impactado por las series de televisión. “Hay una obsesión por la TV, y el cine está perdiendo está situación de sueño, esa parte onírica, eso que no se puede leer, que no viene en el guión, que no puede percibirse con palabras, ¡el cine es actualmente muy racional!”.

El medio es el mensaje

En involuntaria referencia a Marshall MacLuhan, expresó que el medio es el mensaje, por lo que debe diferenciarse claramente cada plataforma. Sobre el uso de los teléfonos celulares y las redes sociales, opinó que “es el regreso a la Edad Media y a la Inquisición. Hemos perdido el lenguaje con naturaleza, sólo hay conclusiones y opiniones inmediatas, es lo más patético del universo, y nunca tendré redes sociales”.

Tras casi cumplir tres horas de conversatorio, en la penúltima pregunta de 12 realizadas por alumnos de la ENAC, González Iñárritu hizo una pausa entre lágrimas, al conmoverse tras la evocación de la hechura de su cortometraje 11’9’’01, referente a lo ocurrido en las Torres Gemelas de Nueva York.

“No sé si seré director de documentales, pero hoy me encantan, mucho más que la ficción, son más oníricos, con realidades imposibles, ya que la ficción ha ingresado al mundo de las fórmulas…el cine es en sí bondadoso, es agua: vapor, nube, río, océano, todos los géneros son importantes, nada debe ser excluyente.”

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