Juego de ojos
Las potencias pueden estar o no de acuerdo con los Castro,
los Maduro, los Ahmadineyad, los Ortega, los Idi Amin, los Tan Sang, los
Fernández o con la regencia de Bora Bora, pero cuando los poderosos pierden el
sentido de la igualdad y comienzan a dar trato de siervos a quienes no pueden
defenderse, algo está profundamente podrido en Jamestown. En lo personal no
tengo una gran opinión de Evo Morales, pero que la nación más fuerte de la
tierra le haya obstaculizado el regreso a casa con ayuda de sus validos, me
parece alarmante y peligroso. ¿Lo que sigue es una rediviva política de
intervencionismo mondo y lirondo?
Hoy todos los involucrados en la opereta niegan su
participación. El pequeño Rajoy mandó a su secretario del exterior a decir que
no es cierto lo que pasó; Hollande se desmarcó con exquisito garbo, en Portugal
e Italia hicieron como que la Virgen les hablaba y de C Street NW manaron las
más contundentes negativas de cualquier acción indebida. Pero el hecho es que
el jefe de Estado de una nación democrática con la que no se tiene -hasta donde
se sabe- un estado de guerra, estuvo varado trece horas en un aeropuerto mientras
los hombres blancos decidían si darle o no permiso de continuar su camino. Esto
no es una anécdota. Me sorprende que Bolivia no haya roto relaciones de
inmediato con las cuatro naciones que le negaron el tránsito y que no haya
llevado por lo menos al Consejo de Seguridad una queja en contra de Washington.
¿Y qué si Morales hubiera llevado en su avión a Snowden?
¿Cómo creen que Werner Von Braun llegó a los EUA? ¿Nadando? Pero claro, es una
necedad reclamar al abusivo que tiene una pistola en la mano. Me pregunto si
vamos de regreso al imperio de los más fuertes, del impune bullying
internacional. Dios nos agarre confesados.
Pero debo frenar mi encaboronamiento. Este ridículo episodio
puso una cortina de humo al tema central: ¿qué demonios hacía el inca en Moscú
en primer lugar? Pues fue a la junta de Jefes de Estado de la Comunidad
Europea. Y ahí pronunció un discurso que se perdió, pero que vale la pena
exponer en su parte central porque apunta a una supuración histórica que las
antiguas clases dominantes del planeta y sus herederos no han querido discutir:
la explotación inicua del por ellos llamado “nuevo mundo”. Y si ya los gringos
se disculparon con los pieles rojas y con los negros esclavos, los japoneses
con las chinas que prostituyeron, los australianos con los aborígenes que
exterminaron y los afrikáner con las víctimas del aparheid, como que va siendo
hora de saldar moralmente la deuda que
Europa tiene con la América. Y por favor, nada de sermones kiplingnianos sobre
“los dones de la civilización” y la “carga del hombre blanco”. Escuchemos al
Presidente de Bolivia (quien muestra un fresco sentido del humor):
“Aquí pues yo, Evo Morales, he venido a encontrar a los que
celebran el encuentro.
“Aquí pues yo, descendiente de los que poblaron la América
hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que la encontraron hace
solo quinientos años. Aquí pues, nos encontramos todos. Sabemos lo que somos, y
es bastante.
“Nunca tendremos otra cosa.
“El hermano aduanero europeo me pide papel escrito con visa
para poder descubrir a los que me descubrieron. El hermano usurero europeo me
pide pago de una deuda contraída por Judas, a quien nunca autoricé a venderme.
“El hermano leguleyo europeo me explica que toda deuda se
paga con intereses aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros sin
pedirles consentimiento.
“Yo los voy descubriendo. También yo puedo reclamar pagos y
también puedo reclamar intereses. Consta en el Archivo de Indias, papel sobre
papel, recibo sobre recibo y firma sobre firma, que solamente entre el año 1503
y 1660 llegaron a San Lucas de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de
kilos de plata provenientes de América. ¿Saqueo? ¡No lo creyera yo! Porque
sería pensar que los hermanos cristianos faltaron a su Séptimo Mandamiento.
“¿Expoliación? ¡Guárdeme Tanatzin de figurarme que los
europeos, como Caín, matan y riegan la sangre de su hermano!
“¿Genocidio? Eso sería dar crédito a los calumniadores, como
Bartolomé de las Casas, que califican al encuentro como de destrucción de las
Indias, o a ultrosos como Arturo Uslar Pietri, que afirma que el arranque del
capitalismo y la actual civilización europea se deben a la inundación de
metales preciosos!
”¡No! Esos 185 mil kilos de oro y
16 millones de kilos de plata deben ser considerados como el primero de muchos
otros préstamos amigables de América, destinados al desarrollo de Europa. Lo
contrario sería presumir la existencia de crímenes de guerra, lo que daría
derecho no sólo a exigir la devolución inmediata, sino la indemnización por
daños y perjuicios.
”Yo, Evo Morales, prefiero pensar
en la menos ofensiva de estas hipótesis.
“Tan fabulosa exportación de capitales no fueron más que el
inicio de un plan ‘Marshalltesuma’, para garantizar la reconstrucción de la
bárbara Europa, arruinada por sus deplorables guerras contra los cultos
musulmanes, creadores del álgebra, la poligamia, el baño cotidiano y otros
logros superiores de la civilización. Por eso, al celebrar el Quinto Centenario
del Empréstito, podremos preguntarnos: ¿Han hecho los hermanos europeos un uso
racional, responsable o por lo menos productivo de los fondos tan generosamente
adelantados por el Fondo Indoamericano Internacional? Deploramos decir que no.
”En lo estratégico, lo dilapidaron
en las batallas de Lepanto, en armadas invencibles, en terceros reichs y otras
formas de exterminio mutuo, sin otro destino que terminar ocupados por las
tropas gringas de la OTAN, como en Panamá, pero sin canal.
”En lo financiero, han sido
incapaces, después de una moratoria de 500 años, tanto de cancelar el capital y
sus intereses, cuanto de independizarse de las rentas líquidas, las materias
primas y la energía barata que les exporta y provee todo el Tercer Mundo. Este
deplorable cuadro corrobora la afirmación de Milton Friedman según la cual una
economía subsidiada jamás puede funcionar y nos obliga a reclamarles, para su
propio bien, el pago del capital y los intereses que, tan generosamente hemos
demorado todos estos siglos en cobrar.
“Al decir esto, aclaramos que no nos rebajaremos a cobrarles
a nuestros hermanos europeos las viles y sanguinarias tasas del 20 y hasta el
30 por ciento de interés, que los hermanos europeos le cobran a los pueblos del
Tercer Mundo. Nos limitaremos a exigir la devolución de los metales preciosos
adelantados, más el módico interés fijo del 10 por ciento, acumulado sólo
durante los últimos 300 años, con 200 años de gracia. Sobre esta base, y
aplicando la fórmula europea del interés compuesto, informamos a los
descubridores que nos deben, como primer pago de su deuda, una masa de 185 mil
kilos de oro y 16 millones de plata, ambas cifras elevadas a la potencia de
300.
“Es decir, un número para cuya expresión total, serían
necesarias más de 300 cifras, y que supera ampliamente el peso total del
planeta Tierra.
”Muy pesadas son esas moles de oro
y plata. ¿Cuánto pesarían, calculadas en sangre?
“Aducir que Europa, en medio milenio, no ha podido generar
riquezas suficientes para cancelar ese módico interés, sería tanto como admitir
su absoluto fracaso financiero y/o la demencial irracionalidad de los supuestos
del capitalismo. Tales cuestiones metafísicas, desde luego, no nos inquietan a
los indoamericanos.
“Pero sí exigimos la firma de una Carta de Intención que
discipline a los pueblos deudores del Viejo Continente, y que los obligue a
cumplir su compromiso mediante una pronta privatización o reconversión de
Europa, que les permita entregárnosla entera, como primer pago de la deuda
histórica...”
Molcajete…
Más noticias del Imperio: desde Washington, la Casa Blanca
dice que Snowden “no es defensor de derechos ni disidente… es sólo un criminal
fugitivo”. ¿Así o más claro?
17/7/13
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