- Los encargados de este estudio pertenecen al Departamento de Atención a la Salud de la UAM-Xochimilco.
- Entre las consecuencias de padecer sarcopenia está la pérdida gradual de masa muscular.
México, DF.- Estudios realizados en el Departamento de
Atención a la Salud de la UAM, Unidad Xochimilco, revelaron que la desnutrición
y la inactividad física influyen en la prevalencia de la sarcopenia en adultos
mayores.
Definido como la pérdida progresiva y gradual de la masa,
función y fuerza del músculo esquelético durante el proceso de envejecimiento,
el síndrome geriátrico conocido como sarcopenia está relacionado, entre otros
factores, con la falta de actividad física y la desnutrición en la gente de la
tercera edad.
María del Consuelo Velázquez Alva, profesora-investigadora
de la UAM-Xochimilco y participante en el estudio, advirtió que, si este
padecimiento no es atendido a tiempo, puede derivar en pérdida de funcionalidad
para realizar actividades cotidianas.
Los principales motivos de consulta externa de los adultos
mayores son las afecciones del corazón y la diabetes mellitus, seguida por
artrosis (desgaste o rompimiento de cartílago en articulaciones), enfermedades
pulmonares obstructivas e infecciones respiratorias agudas.
Sin embargo, en el proceso de envejecimiento, también pueden
aparecer síndromes geriátricos como la sarcopenia.
Esta enfermedad resulta relevante porque se relaciona con la
discapacidad motriz. Mostrar dificultades para caminar de forma adecuada o
verse impedido a realizar actividades debido a la falta de fuerza y de masa
muscular pueden ser signos de que se tiene sarcopenia y una de sus
consecuencias es la pérdida de la independencia y la funcionalidad de quienes
padecen estos trastornos.
“El deterioro nutricional juega un papel muy importante,
pues con el paso del tiempo, sobre todo quienes rebasan los 80 años suelen
presentar síntomas de anorexia y pérdida de apetito ocasionados por una
disminución en sus facultades del gusto, e incluso olfato”, explicó Velázquez
Alva.
Por otro lado, está la inactividad física. “Culturalmente
las familias mexicanas prefieren que el abuelo no haga nada y permanezca
sentado, esto por temor a que sufra una caída”, señaló la doctora.
En contraste con esta ideología, la especialista sugirió que
debemos cambiar este concepto, ya que sin actividad física disminuyen la masa y
la fuerza muscular, y por tanto, la funcionalidad para llevar a cabo labores
básicas.
La doctora Velázquez y la investigadora María Esther
Irigoyen Camacho, también de la UAM-Xochimilco, trabajan conjuntamente en el
estudio denominado Evaluación del estado nutricional, sarcopenia y salud oral
en adultos mayores de la Ciudad de México.
Luego de estudios preliminares, concluyeron que, de 90
mujeres de 78 años, en promedio, sólo 12 por ciento registró un estado de
desnutrición leve, 16 por ciento reportó un nivel mayor moderado, mientras que
72 por ciento restante demostró estar en un nivel severo de desnutrición.
“Nos enfocamos en este 72 por ciento porque, como grupo de
investigación, queremos hacer medicina preventiva, hablar con esa gente y
ofrecer orientación nutricional”, dijo la doctora Velázquez. Asimismo reveló
que, de este grupo, 41 por ciento fue detectado con sarcopenia.
El tamaño de la muestra contempló la realización de 500
estudios que evaluaron factores etiológicos, nutricionales, metabólicos e inmunológicos,
relacionados con la sarcopenia.
“Desde el punto de
vista metodológico, se busca aplicar un algoritmo para la oportuna detección de
este padecimiento. Tal algoritmo consiste en medir la velocidad al caminar y la
fuerza de las manos y piernas”, señaló la investigadora Velázquez.
Una vez determinada la asociación entre desnutrición y
sarcopenia, se propondrá un programa de intervención que incluya suplementos
alimenticios con los nutrientes que realmente requiere un adulto mayor, tales
como proteínas y aminoácidos específicos, vitamina B, precursores de
aminoácidos, acompañados de un plan de entrenamiento de resistencia muscular.