- Rafael Tovar y de Teresa lamentó el deceso en su cuenta Twitter
México, DF.- El novelista, dramaturgo, cuentista, guionista
y periodista Vicente Leñero (Guadalajara, Jalisco, 9 de junio, 1933-Ciudad de
México, 3 de diciembre, 2014) falleció este miércoles en la capital del país.
Su primera publicación fue en 1959 cuando apareció el libro La polvareda y
otros cuentos, un texto que retrata temas de la ciudad y del campo.
En su cuenta de Twitter, el presidente del Conaculta, Rafael
Tovar y de Teresa, escribió: “Lamentamos el sensible fallecimiento de Vicente
Leñero, uno de nuestros grandes intelectuales: dramaturgo, narrador y
periodista congruente”.
El titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes
ofreció a la familia de Vicente Leñero realizar un Homenaje al escritor en el
Palacio de Bellas, que se acordó será este jueves 4 de diciembre a partir de
las 12:00 horas.
Vicente Leñero se ocupó en forma primordial de la crítica de
las costumbres, del testimonio sobre la vida del periodismo en México, de los
valores religiosos de sus personajes enmarcados en una problemática social y de
la recreación de situaciones históricas.
Estudió ingeniería y periodismo. Se recibió de ingeniero en
la Escuela Nacional de Ingeniería de la UNAM en 1959 y de periodista en la
Escuela Carlos Septién García en 1956.
“Comencé a estudiar periodismo porque pensé que ahí me
enseñarían a escribir –me costaba un gran esfuerzo escribir, siempre me ha
costado, no soy un escritor: aunque he escrito muchas cosas, la mitad debí no
haberlas escrito–.
“Y sí, aprendí a escribir porque había clases de redacción y
fui autodidacta, me esforcé por aprender los secretos del lenguaje escrito”,
reveló Vicente Leñero a Christopher
Domínguez Michael quien escribió el artículo Entrevista a Vicente Leñero. El
realista en el mundo.
Leñero Otero fue becado en España por el Instituto de
Cultura Hispánica de Madrid en 1956. Fue también becario del Centro Mexicano de
Escritores (1961-1962, 1963-1964) y de la Fundación Guggenheim (1967-1968). En
1958 obtuvo el primer y segundo lugar en el Concurso Nacional del Cuento
Universitario.
En diversas entrevistas el narrador comentó que en algún
momento renegó de los cuentos y pensó que ya no escribiría más. Entonces se
lanzó a escribir novela. Su primera obra fue La voz adolorida (1961) cuya
versión definitiva intituló años más tarde A fuerza de palabras. En esta pieza
Vicente Leñero encontró su propio estilo, dejando paso abierto a la voz de su
personaje que narra, sueña, relata.
Entre sus obras de novela se encuentran: El Cordoncito
(1997); Los Pasos de Jorge
Ibargüengoitia (2009); Teatro completo II (2011); Vivir del teatro
(2012) y Más gente así (2013).Pero también libros entrañables: Los albañiles
(1963) en donde el autor incursiona en diferentes estratos sociales y
económicos de la Ciudad de México. En ella narra los problemas y las
satisfacciones, el amor, la amistad y el
resentimiento entre albañiles, arquitectos e ingenieros.
Estudio Q (1965) en donde elabora una historia en torno a un
estudio de televisión en el que recrea la aventura de un actor que trata en
vano de evadir su condición de personaje para existir fuera de los libretos que
supuestamente han de otorgarle la vida.
El garabato (1967) una historia policiaca en la que se
encuentra una novela dentro de la novela y en donde Leñero juega con la
estructura narrativa al intercalar varias historias y combina el periodismo con
la literatura.
Redil de ovejas (1972) en donde el autor -a través de
distintos personajes- narra el fervor religioso de los años setenta; entre el
género picaresco y el testimonial, en esta novela se rompen noviazgos por
cuestiones de fe opuestas entre sí.
Los periodistas (1978) que reelabora los hechos ocurridos en
1976 con la destitución de la directiva del diario Excélsior y refleja las
muchas contradicciones del sistema político mexicano.
El evangelio de Lucas Gavilán (1979), obra de denuncia que
adapta el Evangelio de San Lucas a la vida del México de los años setentas en
el que su personaje, Jesucristo Gómez es perseguido por los aparatos de
represión hasta su aniquilamiento.
Y Asesinato (1985) que relata los hechos ocurridos la noche
del 6 de octubre de 1978: los asesinatos del político nayarista Gilberto Flores
Muñoz y de su esposa la escritora Asunción Izquierdo de Albiñana, muertos a
machetazos en su domicilio.
“Algo que tienen sus textos es que no podemos saber si eso
sucedió en verdad. Te leo y me trago todo lo que dices” comentó el escritor
Juan Villoro en la presentación del más reciente libro de Vicente Leñero Más
gente así realizada el pasado mes de febrero en la XXXIV Feria Internacional
del Libro del Palacio de Minería.
La Colección Periodismo Cultural del Consejo Nacional para
la Cultura y las Artes reeditó en 2013 su libro Periodismo de emergencia.
Como periodista Vicente Leñero colaboró en publicaciones del
país y del extranjero: en los diarios El Heraldo de México y Excélsior, y en
las revistas Claudia y Revista de Revistas, de las que fue director de 1969 a
1972 y de 1973 a 1976, y desde su fundación en el semanario Proceso del cual
fue vicepresidente.
Vicente Leñero comentó que uno de sus intereses era escribir
teatro, “siempre tuve ese cosquilleo. Mi padre era muy de teatro y nos llevaba
a ver Don Juan Tenorio, de la que me sabía el primer acto de memoria” y a
partir de este gusto empezó una carrera de dramaturgo que abordó el teatro
histórico y de denuncia, el drama testimonial y urbano, y el de adaptación de
sus propias novelas o de obras de otros autores.
Entre sus trabajos se encuentran: La noche de Hernán Cortés,
Los albañiles, La Carpa, Estudio Q, Los hijos de Sánchez del libro homónimo de
Oscar Lewis; Las noches blancas de la novela de Dostoievski; Compañero basada
en la vida, actuación política y muerte de Ernesto Che Guevara; El juicio
síntesis de las versiones sobre el juicio popular seguido a José de León Toral
y a Concepción Acevedo de la Llata, acusados del asesinato de Álvaro Obregón.
La mudanza en donde el autor juega con lo real y lo
fantástico al plantear la situación de una pareja que al mudarse de casa se
enfrenta con el fantasma del desamor y el egoísmo; Alicia la historia de una
mujer que decide dejar a su marido, cansada de ser dependiente y sumisa, para
finalmente regresar y retomar su papel de esposa.
El Martirio de Morelos fue muy comentada por la crítica
teatral., En ella desarrolla la última época de la vida de Morelos y la
flaqueza que cometió este héroe de la Independencia para salvar su vida, al
mandar una carta dirigida al virrey Calleja informándole quiénes eran los
principales cabecillas del movimiento.
Nadie sabe nada aborda el tema de la relación prensa-poder y
de la corrupción periodística. Y El Infierno una versión de la Divina Comedia
hecha como homenaje a Dante.
“Pueblo rechazado (1968) fue el inicio un poco titubeante de
mi carrera teatral, pensando en hacer algo así como un auto sacramental. Al
final es una obra fallida, de estructura indecisa. La estrenamos el 12 de octubre,
poco después de Tlatelolco, cuando había un hervidero muy grande. Armó mucho
escándalo: el papa, la autoridad eclesiástica, imponiéndose y prohibiendo el
psicoanálisis.
“Fue una obra que creció, hicimos muchas representaciones, a
teatro lleno. Con esa obra dije: ´Voy a olvidarme un poco de la literatura´.
Dedicarme durante algún tiempo al teatro me dio otra salida. Mi preocupación
formal la pasé al teatro, a hacer teatro documental”, añadió Vicente Leñero en
la entrevista de Christopher Domínguez Michael.
El dramaturgo también realizó varios guiones para televisión
y cine, entre los que destacan: Los de abajo (1976); Cadena perpetua (1978); El
callejón de los milagros (1995); La ley de Herodes (1999), El crimen del padre
Amaro y La habitación azul (2002).
Recibió diversas distinciones; Premio Seix Barral en 1963
por su novela Los albañiles; Premio Juan Ruiz de Alarcón a la mejor obra
estrenada en 1969 por Los albañiles y en 1979 por La mudanza.
El primer premio otorgado por la Agrupación de Periodistas
Teatrales de México por Nadie sabe nada (1988); el Premio Manuel Buendía en
1994 por su trayectoria periodística; el Premio Xavier Villaurrutia (2000) y el
Premio Nacional de Ciencias y Artes en Lingüística y Literatura (2001)
Fue nombrado miembro de número de la Academia Mexicana de la
Lengua y tomó posesión de la silla XXVIII el 12 de mayo de 2011 con el discurso
"En defensa de la dramaturgia” y el 21 de septiembre de 2011 fue
galardonado, junto a José Agustín, con la Medalla Bellas Artes que otorga el
Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).