Martín Chambi Jiménez. Fotógrafo de la etnia andina, en Mérida

  • La exposición se presenta a partir del 26 de febrero en la Casa de Cultura Banamex, Museo Casa Montejo.
  • La muestra reúne 61 obras de Martín Chambi Jiménez, fotógrafo de origen quechua, quien desarrolló su obra durante la primera mitad del siglo XX.
  • Sus  fotografías  son  reconocidas  como  un  testimonio  social,  histórico  y étnico de Perú.
Mérida, Yucatán.- Banco Nacional de México a través de Fomento Cultural Banamex y el Archivo Fotográfico Martín Chambi anunciaron hoy la apertura de la exposición Martín Chambi Jiménez. Fotógrafo de la etnia andina en Casa de Cultura Banamex, Museo Casa Montejo.

La muestra reúne 61 obras de Martín Chambi Jiménez, de origen quechua, quien desarrolló su obra durante la primera mitad del siglo XX y es reconocido por sus fotos, que son testimonio social, histórico y étnico de Perú.

Martín Chambi remite en su obra a la cotidianidad en las comunidades de la región del Cuzco: el trabajo en el campo, los oficios, los ritos religiosos y festividades. Sus fotografías retratan a las comunidades indígenas en cuyas fiestas se congrega la pluralidad social que conviven en las distintas celebraciones de la vida, como bodas y fiestas populares, mientras que otras imágenes muestran paisajes áridos, nevados y montañosos que acercan al espectador a la diversidad de la geografía peruana.

Gracias a su trabajo fotográfico, Martín Chambi es uno de los primeros fotógrafos que muestran la identidad nacional del Perú, hasta entonces poco conocida. Su técnica y estilo lo colocan como uno de los fotógrafos más importantes de su país, del cual dio a conocer su riqueza cultural y complejidad social.

Fue también el primero en hacer un registro fotográfico de uno de los más importantes hallazgos arqueológicos de la primera mitad del siglo XX: la ciudadela de Machu Picchu, encontrada en 1915 por Hiram Bingham.

Martín Chambi Jiménez nació en 1891 en Coaza, distrito de Carabaya, Perú, proveniente de una familia indígena ligada a la labor agrícola. A los 14 años comenzó a trabajar en la Compañía Minera de Santo Domingo, en una época en la que la región alcanza un gran desarrollo, y se interesa de manera especial por la labor de los fotógrafos de la compañía, quienes registraban los trabajos de la mina. Inspirado en este descubrimiento, comienza a buscar su camino en la fotografía.

A los 16 años se traslada a Arequipa e inicia su formación con la ayuda del fotógrafo Max T. Vargas, destacado maestro de la fotografía. En 1920 se instala en la ciudad de Cuzco, donde empieza a ser reconocido y realiza su obra más sobresaliente. La década de 1930 es el periodo de más intensa actividad y reconocimiento de la obra de Chambi, quien había expuesto en Lima y Arequipa, y fuera de su país en la Paz, Bolivia, en 1925, y en Santiago de Chile en 1936. Más de una década después, en 1948, gracias al fotógrafo  estadounidense  Irving Penn, sus imágenes son dadas a conocer fuera de Latinoamérica.

Martín Chambi murió en 1973. Seis años después, en 1979, el Museo de Arte Moderno de Nueva York presentó una muestra de la obra del fotógrafo, que a partir de entonces sería reconocida mundialmente y exhibida en ciudades como París, Madrid, Zúrich, Buenos Artes y La Habana.

La exposición estará abierta hasta junio de 2016, de martes a sábado de 10:00 a 19:00 horas y los domingos de 10:00 a 14:00 horas en el Museo Casa Montejo, ubicado en calle 63 No. 506 x 60 y 62, en el centro de Mérida, Yucatán. La entrada es gratuita. Además, esta Casa de Cultura Banamex ofrece visitas guiadas gratuitas al público general de martes a sábado a las 11:00, 13:00 y 17:00 horas, y los domingos a las 11:00 y 13:00 horas.

Crea egresada de la UNAM lavadora ecoamigable

  • Edali Yareni Murillo Gómez, diseñadora industrial de la FA, desarrolló un aparato economizador de agua que funciona con base en ozono, ganador del tercer lugar en la Octava Bienal de Diseño, organizada por el INBA
Ciudad de México.- Sin necesidad de detergentes químicos contaminantes, con sólo 30 litros de agua por ciclo y con gas de ozono (O3) que no deja residuos, la lavadora ecoamigable ÖKO3 es capaz de limpiar y desinfectar ropa en sólo 15 minutos.

La creación de Edali Yareni Murillo Gómez, diseñadora industrial egresada de la Facultad de Arquitectura (FA) de la UNAM, ganó el tercer lugar en la Octava Bienal de Diseño, organizada por la Escuela de Diseño del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

La joven, quien compitió contra grandes empresas y profesionales con experiencia, explicó que de acuerdo con los lineamientos del concurso se midió el grado de innovación social y tecnológica, así como otros factores de calidad.

ÖKO3
La idea surgió cuando Edali trabajaba en su tesis de Diseño Industrial: un purificador de agua. Al investigar sobre los procesos de desinfección, encontró que el ozono se aplica en la industria textil y grandes empresas para lavar ropa.

De ahí se preguntó ¿por qué no hay una lavadora casera con esta tecnología? Así creó la ÖKO3, una herramienta capaz de limpiar las prendas con este proceso. Para su desarrollo recibió apoyo de Graciela Martínez Ortiz, del Laboratorio de Ingeniería Química de la UNAM.

Su prototipo, que destacó en la categoría de Diseño Industrial, mide 100 centímetros de alto por 60 de ancho. Posee contenedores transparentes, una pantalla led táctil, un anillo rotatorio de montaje donde se ubica la canasta para depositar las vestimentas, un difusor de O3 y una cubeta en la que cae el agua.

Ozono 
El gas de ozono se compone de tres átomos de oxígeno, generados por medio de energía (carga eléctrica) que rompe una molécula estable (O2) en dos átomos inestables de oxígeno (O1).

Se trata de un gas incoloro de olor acre y de un poderoso oxidante degradador de residuos orgánicos que desinfecta la ropa al eliminar microorganismos (sin dejar vestigios). El O3 no puede ser almacenado, por ello debe ser usado al momento a través de un generador.

Entre sus ventajas, subrayó que a diferencia de una lavadora común, que durante un ciclo normal de lavado de 45 minutos emplea dos cargas de entre 100 a 200 litros para enjabonar y enjuagar, esta invención sólo requiere 15 minutos en la desinfección y otro tanto para centrifugar.

En este proceso, el O3 —molécula inestable— se descompone en O2: el líquido queda purificado y la tela esterilizada. Así, se ahorran energía y recursos hídricos. Además, se elimina la carga estática en los textiles, por ello no necesita suavizantes, algo recomendable para pieles sensibles a los químicos, pues así se evita la irritación, alergias e incluso dermatitis.

Es ideal para hospitales, porque al desinfectar la ropa acabaría con todo tipo de bacterias y en el hogar evitaría contagios de gripa, herpes e incluso cólera.

Finalmente, el sobrante hídrico puede reutilizarse en otros ciclos, aprovecharse en la limpieza del hogar, en el retrete o para regar plantas.

¿Qué sigue? 
“La UNAM es parte de mí, estoy orgullosa de haberme formado en una de las mejores universidades. Dedico este logro a esta casa de estudios y al Centro de Investigaciones de Diseño Industrial por darme una educación de alta calidad, así como la oportunidad y apoyo para desarrollarme en lo que me apasiona”, expresó.

Hoy, la joven trabaja como diseñadora en Kimea, una pequeña empresa dedicada a crear artículos con un toque artesanal. A futuro, busca cursar una maestría en Alemania para perfeccionar la ÖKO3, pues a su parecer aún es perfectible.
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