Embarazarse durante la adolescencia podría causar osteoporosis temprana

México, DF.- Si una mujer se embaraza antes de los 20 años, su cuerpo aún se encuentra en crecimiento, lo cual la hace más vulnerable a desarrollar cambios emocionales como la depresión, afirmó el doctor y miembro del Laboratorio de Neurociencias, del Departamento de Psicología de la UIA, Óscar Galicia Castillo.
Indicó que cuando una adolescente queda embarazada corre el riesgo de desarrollar osteoporosis a temprana edad, debido a un déficit en la fijación de calcio ocasionado por un desplazamiento del crecimiento de la madre hacia el embrión.
Estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) muestran que, en el año 2011, nacieron en el país 2.58 millones de niñas y niños; de ellos, 473 mil tuvieron como madre a una mujer menor de 19 años de edad, es decir, prácticamente uno de cada cinco niños y niñas nacidos en ese año son hijos de madres adolescentes.
Los estados de Chihuahua, Coahuila, Durango, Nayarit, Sinaloa y Sonora son las entidades que registran un mayor índice de madres jóvenes.
De acuerdo con un estudio realizado por investigadores de la Universidad Iberoamericana (UIA) y la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), la probabilidad de que una chica embarazada antes de los 20 años de edad sea propensa a padecer osteoporosis antes de los 50 años es alta, ya que su cuerpo aún no ha completado su crecimiento anatómico, emocional ni cerebral.
Óscar Galicia Castillo, doctor y miembro del Laboratorio de Neurociencias, del Departamento de Psicología de la UIA, afirmó que, al momento de que un óvulo es fecundado, el organismo automáticamente desplaza el crecimiento de la joven madre hacia el embrión, un evento que puede traer consecuencias negativas para la chica embarazada.
Para llegar a esta conclusión, el doctor Galicia y científicos de la UAEM llevaron a cabo una comparación entre un grupo de adolescentes que estaban embarazadas y otro grupo de chicas que no presentaban esta condición. Luego de diversas pruebas se verificó que las adolescentes que esperaban bebé, a diferencia de las otras jóvenes, no tenían una adecuada fijación de calcio.
Asimismo se ha concluido que una adolescente embarazada desarrolla alteraciones a nivel hormonal y un desbalance emocional que puede facilitar  algún trastorno depresivo. Esto se debe, afirma el especialista, al estrés generado por un embarazo que, en muchas ocasiones, no ha sido planeado.
“Los niveles de serotonina debidos al estrés disminuyen en las mujeres, y si añadimos un embarazo a temprana edad, una chica en estas condiciones puede padecer efectos adversos sobre su salud mental y facilitar la aparición de conductas depresivas”, explicó el investigador de la UIA.
Galicia advirtió que la edad idónea para la concepción es entre los 20 y 30 años, ya que el cuerpo se encuentra en estado hormonal optimo y la capacidad física está en el mejor nivel; después de esta etapa, comienza un declive en el cuerpo femenino.
A pesar de este dato, la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (Enadid) de 2009 reflejó que, seis de cada diez chicas adolescentes sexualmente activas no usaban ningún método anticonceptivo. El proyecto de investigación encabezado por el doctor Galicia también contempla una hipótesis sobre el desarrollo cerebral de madres adolescentes.
“Al igual que la masa ósea, el cerebro humano se encuentra en un constante desarrollo durante la adolescencia. Con los embarazos tempranos, este órgano también podría atrasar su desarrollo”, aseveró el catedrático de la UIA.
Tales deficiencias se podrían asociar a una falta de conectividad en el cerebro derivada del crecimiento desviado hacia el nuevo ser.
Para este caso, informó el especialista, se están efectuando una serie de registros electroencefalográficos, con el propósito de determinar si el desarrollo cerebral de estas chicas presenta cambios en el desarrollo en comparación a chicas de su edad que no se han embarazado.
Además de estos riesgos sobre el desarrollo de la madre se encuentran los ya conocidos riesgos  de un embarazo a temprana edad, como son la desnutrición y bajo peso del bebé al nacer, así como una condición de estrés de la madre y una baja en la autoestima de estas adolescentes son efectos muy posibles.
El inicio de la vida sexual coincide con el  un incremento de hormonas sexuales responsables de los cambios físicos en los adolescentes que conlleva  a un incremento del  deseo sexual, esta situación es absolutamente normal en el desarrollo, resalta el especialista, sin embargo,  lo importante aquí es que el adolescente  tenga información sobre sexualidad lo que no necesariamente implica que la ejerza, sino que tenga la oportunidad de decidir a partir de un juicio informado.
“Todas la chicas con las que hemos trabajado son de bajos recursos. Ninguno de estos embarazos fue deseado, comenzaron a tener relaciones sexuales sin una orientación y sin tener la menor idea de que embarazarse a esta edad pone en riesgo su salud, incluso, algunas de ellas no sabían que estaban embarazadas hasta que hubo cambios evidentes”, mencionó el líder del estudio.
Datos del INEGI reflejaron que el factor de la edad es uno de los que mayor cantidad de riesgos representa para la salud y la vida de mujeres que fueron preñadas antes de los 19 años.
Información de este instituto indica que las muertes maternas de las adolescentes representan, en promedio, 13 por ciento del total de las contabilizadas en las últimas dos décadas, es decir, entre 1990 y el año 2010.

Ante esta situación, y tomando en cuenta los efectos perjudiciales que puede generar un embarazo temprano en el cuerpo de madres jóvenes, el profesor sugirió estar al pendiente de los hijos, hablar con ellos sobre sexualidad y métodos de prevención, ya que esta realidad no es sólo una cuestión social y moral, sino también una problemática a nivel salud.

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