Por Isabel Villar* Montevideo, Uruguay (Cimacnoticias).-
Con la presencia de la ministra de Salud Pública (MSP), Susana Muñiz, y del
equipo de Salud Sexual y Reproductiva de su cartera, el subsecretario Leonel
Briozzo fue el encargado de oficializar los datos que dieron lugar a tantas
especulaciones previas.
Desde diciembre de 2012 a mayo de 2013 se reportaron 2 mil
550 abortos realizados en todo el país al amparo de la Ley 18.897, lo que da un
promedio de 425 por mes. Durante el mismo periodo no existió mortalidad materna
ni complicaciones derivadas de las interrupciones de los embarazos.
No obstante, Briozzo admitió la existencia de un cierto
subregistro, derivado de la morosidad de las instituciones del Sistema Nacional
Integrado de Salud (SNIS) en proporcionar la información: 52 por ciento de
ellas lo hicieron en diciembre de 2012 llegando al 98 por ciento en mayo de
2013.
El 40 por ciento de los abortos fueron realizados en el
sector público y 60 por ciento en el privado; 63 por ciento del total
correspondieron a Montevideo y 47 por ciento al resto del país.
El 80 por ciento de
las mujeres que abortaron tenía 20 y más años. De las que transitaron el
proceso para acceder al aborto legal, entre 6 y 10 por ciento decidieron
continuar con el embarazo.
Con estos datos resulta que la tasa de aborto por cada mil
mujeres de 15 a 44 años sería de 10, igual a la de Europa occidental.
Entre el 50 y el 60 por ciento de las mujeres que abortaron
definieron un método anticonceptivo seguro para prevenir nuevos embarazos no
deseados. El MSP espera que esos porcentajes lleguen rápidamente al 100 por
ciento.
LOS ANTECEDENTES
Para contextualizar los nuevos datos, Briozzo explicó la
situación del aborto en etapas anteriores, comenzando con la comprendida entre
1995 y 2002, cuando primó la ilegalidad, inseguridad, contexto sanitario muy
desfavorable, estigma social, ignorancia de la confidencialidad, déficits en
acceso a anticoncepción y en servicios de salud sexual y reproductiva, y ni se
hablaba del misoprostol.
El cálculo extraoficial de prevalencia del aborto en esa
etapa, realizado por el Centro de Investigación para la Paz de la Organización
de Estados Americanos (OEA), arrojó una cifra aproximada de 33 mil abortos
anuales en el país.
La mortalidad materna era de 25 por cada 100 mil mujeres; el
35 por ciento de esas muertes se producían por abortos inseguros, trepando al
50 por ciento en el Hospital Pereira Rossell, la maternidad pública donde nacen
la mayoría de niñas y niños uruguayos, particularmente los de familias más
pobres.
Funcionaban las clínicas clandestinas, donde abortaban las
mujeres pudientes; para las más pobres la práctica se convertía en una
“carnicería”, a decir de Briozzo.
En 2002, aunque el aborto seguía siendo ilegal, comenzaron a
instrumentarse las Iniciativas Sanitarias contra el aborto provocado en
condiciones de riesgo, una política pública que habilita consultas antes y
después de interrumpir el embarazo, y supone información sobre procedimientos,
estudios clínicos, prevención de infecciones y anticoncepción.
Desde entonces hasta 2011, a esa política se le sumaron
la universalización del acceso a métodos
anticonceptivos, incluyendo el dispositivo intrauterino (DIU) y los estudios
oficiales de prevalencia, que no
existían. La mortalidad materna, y en especial la provocada por el aborto
inseguro, fue abatida.
A partir de 2012, con el aborto despenalizado, la educación
para la salud sexual y reproductiva en el sistema educativo y los servicios
sanitarios correspondientes en funcionamiento, los resultados son los señalados
más arriba.
TENDENCIA CONFIRMADA
Saliendo al paso de
críticos que atribuyen a la despenalización del aborto un aumento de la
práctica, Briozzo insistió en que –si bien hay que esperar más tiempo para
disponer de datos consolidados– la tendencia es a su disminución, al tiempo que
en el último año se verificó un incremento de la natalidad.
Las autoridades
sanitarias esperan que en Uruguay el derrotero del aborto legal sea similar al
de países como Italia y Francia: los primeros años aumenta el número de
reportes de aborto –lo que no significa que aumente el número de abortos–,
luego se estabiliza y posteriormente bajan concordantemente ambos números.
Briozzo mostró
resultados de un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista
científica “The Lancet”, que confirman la tendencia mundial: en los países
donde hay leyes más restrictivas se producen más abortos que en aquellos donde
las leyes son más liberales.
*Retomado del
suplemento semanal uruguayo La República de las Mujeres.
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