Con el título Niños esclavos en la Nueva España, la
especialista de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) abordará
diversos aspectos de la vida de este grupo de infantes que fueron esclavizados,
sus relaciones familiares, las actividades laborales y las formas en que podían
ser liberados.
Organizado por el Instituto Nacional de Antropología e
Historia (INAH), el curso se centrará en la vida de los niños en la Ciudad de
México, quienes comúnmente eran separados de sus madres a los siete años, edad
que podía calcularse porque cambiaban de dentición.
Masferrer León, quien está por publicar un libro sobre el
tema, explicó que los trabajos de los esclavos variaban dependiendo del amo.
“Si se trataba de una viuda, se desempeñaban como pajes, acompañantes o hacían
labores domésticas; si el patrón era maestro de un taller, entraban como
aprendices y una vez que dominaban el oficio, los dueños podían vivir a costa
de su trabajo, recuperando el dinero gastado en su compra y manutención”.
Los menores también eran empeñados, heredados, donados o
entregados como parte de la dote de una doncella. Cabe resaltar que el precio
de un infante africano variaba de acuerdo con su edad: uno de tres años podía
ser vendido por 100 pesos, mientras que los mayores de ocho años se cotizaban
hasta en 250 pesos de la época.
Los niños esclavos que pertenecían a la Iglesia hacían
labores de limpieza y servicio personal de los religiosos. La experta señaló
que si bien el clero consintió la venta de hombres, mujeres y niños, también
procuró que éstos tuvieran una educación religiosa y que fueran bautizados,
según consta en los libros de la parroquia del Sagrario Metropolitano.
La etnohistoriadora dijo que los bautizos eran registrados
dependiendo de su origen. Si no era español era consignado en el Libro de
Bautismo de Negros, en el que también se incluyeron morenos, mulatos, moriscos,
mestizos, chinos e indios, y los nombres que se utilizaron en mayor proporción
para las mujeres fueron María, Juana, Ysabel, Catalina, Francisca y Ana;
mientras que para los varones, Juan, Diego, Nicolás, Pedro, Joseph o Jusepe y
Francisco.
La presencia de padrinos y madrinas africanos o
afrodescendientes demuestra que los niños esclavos mantenían relaciones
sociales con personas de su mismo grupo, según comenta la especialista. “En
ocasiones compartían también un ámbito laboral marcado por la esclavitud. Es
probable que estos nexos hayan sido fomentados por los propios amos, quienes
preferían que uno de sus siervos adultos fuera padrino o madrina de su niño
esclavo, aunque también es probable que los mismos africanos o
afrodescendientes hayan tenido la voluntad de serlo”.
Al referirse a la forma en que dejaban de ser esclavos, la
experta de la ENAH dijo que un niño de corta edad era liberado siempre y cuando
un familiar o su padrino pagara su valor. Otros pequeños lograban la
emancipación cuando morían sus amos o quienes mediante un testamento los
dejaban en libertad.
Un niño libre, abundó Masferrer León, también adscrita al
Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS),
podía incorporarse a los gremios para desarrollarse laboralmente con la
posibilidad de tener un sueldo propio. Por su parte, una niña que alcanzaba la
libertad podía conseguir un trabajo y no se veía obligada a entregar sus
ganancias a los amos. Además su descendencia no sería esclavizada.
Los menores libres de origen africano podrían desenvolverse
en un medio distinto, y establecer relaciones sociales y familiares con mayor
autonomía que sus semejantes esclavizados.
El público interesado en el tema podrá participar en el
curso Niños esclavos en la Nueva España que se realizará en el Museo Nacional
del Virreinato este mes de agosto. Tendrá un costo de recuperación de 500 pesos
y de 350 para estudiantes, maestros y personas de la tercera edad.
Los temas que se tocarán en el curso serán: La infancia y la
niñez en el México virreinal. El caso de los niños de origen africano en
América; Las relaciones familiares y el parentesco espiritual de los niños
esclavos de la Ciudad de México (s. XVII); Las actividades laborales de los
niños esclavizados en la Ciudad de México (s. XVII) y Las formas de liberación
de los niños esclavos. Los hijos libres de personas esclavizadas.
Las sesiones serán los jueves 1, 8, 15 y 22 de agosto de
11:00 a 14:00 horas. El Museo Nacional del Virreinato se localiza en Plaza
Hidalgo 99, barrio San Martín Tepotzotlán, Estado de México.
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