México, DF.- Artista, creador, maestro, organizador y
promotor de la cultura. “Carlos Chávez renovó la enseñanza musical, fundó y
organizó instituciones culturales perdurables, promovió la creatividad en todas
sus órdenes, contribuyó a expandir la dimensión espiritual de nuestro país y
buscó por todos los medios que el disfrute del arte fuera cada día menos
privilegiado y cada día más vivencia de todos los sectores de la sociedad”,
expresó Juan José Bremer, en un homenaje nacional realizado en el Palacio de
Bellas Artes, el 27 de agosto de 1978, días después de la muerte del compositor
mexicano.
En el estudio de la historia de la música mexicana del siglo
XX la presencia de Carlos Antonio de Padua Chávez y Ramírez es inevitable. Es
una figura que sigue presente en la vida musical de México por la relevancia de
su legado. Fue director del Conservatorio Nacional de Música (1928-1934), de la
Orquesta Sinfónica de México (1928-1948), el primer titular del Instituto
Nacional de Bellas Artes (1947-1952).
A 35 años de su muerte los compositores Mario Lavista y
Francisco Núñez, el director artístico Alain Durbecq y el investigador Ricardo
Miranda opinaron sobre el legado del autor de Sinfonía India.
Mario Lavista, Premio Nacional de Ciencias y Artes 1991,
comentó que Carlos Chávez fue un compositor de una enorme riqueza perteneciente
a la misma generación que Silvestre Revueltas, quienes juntos transformaron el
lenguaje musical del siglo XX a través de sus diferentes estilos personales.
“En sus manos la música latinoamericana alcanzó por primera vez una
universalidad, su música abrió puertas y ventanas, y dio entrada a lo que
conocemos como la modernidad en la música mexicana”.
Señaló que el nombrado Caballero de la Orden Nacional de la
Legión de Honor, de Francia, en 1932, en su obra musical abarcó prácticamente
todos los géneros, como música de cámara, para piano, sinfonías, ópera y
ballet, destacando a partir de los años 30 por su música nacionalista, “muy
diferente a la que hizo Manuel M. Ponce”.
Para Ricardo Miranda, investigador del Centro Nacional de
Investigación, Documentación e Información Musical Carlos Chávez (Cenidim),
Carlos Chávez jugó un papel crucial en la construcción de un imaginario musical
prehispánico, que se reflejó tanto en sus escritos como en su propia obra, dijo
que específicamente sobre su música de cámara hay una inspiración de textos
antiguos y textos clásicos griegos.
Sobre su desempeño como pianista, el maestro Mario Lavista,
comentó ocupa un lugar sumamente privilegiado. “Él fue un excelente pianista, y
la música para piano digamos que llena una parte significativa de su catálogo,
bien podríamos considerarla como una especie de bitácora en la cual establece
un diálogo íntimo consigo mismo. Es contemporánea, moderna, llena de
originalidad y hallazgos”.
En opinión del compositor Héctor Quintanar Prieto, Carlos
Chávez fue un gran organizador y creador de la vida musical de México; para
Francisco Núñez, fue el visionario fundamental del futuro no sólo de la música,
sino de la cultura en México que dejó instituciones, metodología,
infraestructura y un sistema que no ha sido superado.
El director artístico del Cuarteto Carlos Chávez, Alain
Durbect, indicó que gracias al miembro fundador del Colegio Nacional la
sociedad mexicana tuvo un mayor interés en su cultura y no sólo en la
composición en la música actual contemporánea.
Agregó que fue uno de los compositores más significativos en
todo el siglo XX mexicano, quien consolidó el movimiento del nacionalismo el
cual tuvo una gran influencia en muchos compositores contemporáneos.
Sobre la ejecución de la obra de Chávez, el violonchelista
mencionó que su música es muy exigente. “No es una música necesariamente fácil,
es demandante, exige mucho del intérprete, del músico tanto en lo técnico que
en su dominio del lenguaje musical que no es sencillo. Toda su música exige un
gran dominio en lo instrumental y grandes conocimientos musicales”, abundó.
Sus obras maestras
Carlos Chávez nació
en la ciudad de México el 13 de junio de 1899. Mario Lavista detalló en que
tenía una técnica depurada, un oficio aprendido y dominado a lo largo de muchos
años, cuyo grado de excelencia le permitió abordar la gran forma sinfónica
heredera de la tradición centroeuropea. “Estoy convencido de que sus seis
sinfonías hacen de Chávez el más grande sinfonista de América, yo creo que
difícilmente se puede encontrar en el repertorio sinfónico contemporáneo”,
destacó.
Al cuestionarle sobre
en qué se inspiraba el maestro Carlos Chávez, Lavista explicó que era muy
difícil reducir a una sola fuente de inspiración la enorme producción de Carlos
Chávez pues sus obras recorren una amplia gama de estilos y lenguajes. “En un
principio de su carrera escribió algunos valses románticos. En los años 20 hace
música muy abstracta, de vanguardia para esa época, después en los 30-40 se
vuelve un compositor nacionalista, cosmopolita y universal tiempo en el que
compuso, a mi juicio, dos de sus grandes obras maestras Sinfonía India y
Toccata para percusión”.
“Después —agregó— hay un Chávez neoclásico que
comienza a escribir su tercera, cuarta, y quinta sinfonía, donde empieza a
utilizar formas heredadas de la Europa de los siglos XVIII y XIX, ya en los
años sesenta y setenta Chávez otra vez se renueva y empieza a escribir quizás
su música más abstracta, un principio que él llamaba la no repetición”.
Ricardo Miranda,
autor de Diálogo de resplandores: Carlos Chávez y Silvestre Revueltas, indicó que
como sucede generalmente con los músicos mexicanos, ciertas obras opacan el
conocimiento de otras del mismo autor. “Carlos Chávez tiene una Sinfonía India
que es muy tocada y que todo el mundo conoce. Se usa en cine, comerciales,
campañas gubernamentales. Me hacía notar un colega musicólogo, que de la música
que se escuchó en la plancha del Zócalo con motivo de la celebración del
Bicentenario, la que más tiempo sonó fue su Sinfonía 2”.
Su papel como
educador
Carlos Chávez creó en
el año 1960 un Taller de Composición en el Conservatorio Nacional de Música,
del que Mario Lavista y Francisco Núñez fueron alumnos.
Francisco Núñez,
pianista concertista y compositor, dijo que dicho taller fue una de las últimas
obras esenciales de modelo educativo en mundo realizado por Chávez. “Fue
superior a todo lo que se ha hecho en todo el mundo, ni siquiera en Europa hubo
un Taller de Composición como el que generó”.
Mario Lavista recordó
que el fundador de Nuestra Música, sociedad promotora de conciertos de la cual
surgieron una revista y la casa Ediciones Mexicanas de Música; tenía voluntad por comunicar su conocimiento
y saber. “Era una gente sumamente generosa con nosotros sus alumnos, él viajaba
mucho, siempre estuvo dirigiendo muchísimo sobre todo en Estados Unidos y cada
que llegaba de regreso nos traía algún regalo, podía ser un cuaderno pautado o
un libro sobre Beethoven.
“Era muy exigente, es
la persona que yo he conocido con la mayor capacidad de trabajo. Es un poco
exagerado decir que trabajaba 24 horas, pero 18 sí las trabajaba sin duda todos
los días. Para él no existía el sábado ni el domingo, ni días feriados, él
simplemente trabajaba. Era de una enorme exigencia desde el punto de vista
pedagógico, no sólo comunicaba su saber sino que exigía la mayor educación a su
arte”.
En ese sentido
Francisco Núñez recordó que en alguna ocasión, para “ganarse unos centavos
más”, iba la casa del maestro Chávez a ayudarle con sus obras. “Fui un domingo
antes de las 7 de la mañana y él ya estaba en su estudio trabajando frente al
piano. Le pregunté si se había caído de la cama a lo que me respondió que ‘lo
único que da resultado es el trabajo y el trabajo siempre nos favorece’. Me
decía: ‘yo no busco, encuentro’. Entonces se ponía a improvisar en el piano, y
en él iba buscando las sonoridades que le agradaban”.
Cómo recordarlo
Para los
entrevistados la mejor manera de recordar y rendirle homenaje al maestro Carlos
Chávez es tocando su música. “Necesitamos escuchar constantemente en conciertos
su música, sus sinfonías, afortunadamente eso se hace, hay pianistas que tocan
las obras de Chávez y yo creo que es esa la manera más justa y más noble con la
cual podemos recordarlo. Toquémosla, escuchémosla para que las nuevas
generaciones no olviden esa producción tan extraordinaria que dejó”, expresó
Mario Lavista.
Para Ricardo Miranda
además de escuchar sus obras reconocidas, sería bueno acercarse a las obras que
casi no se le conocen. “Su música actualmente goza de una presencia más
discreta de lo que solía ser en años anteriores. Lo mejor que se puede hacer es
escucharlo, revisitarlo y poner atención a la música nueva, la cual puede
ofrecer una perspectiva fresca, renovada para quien ya tiene una idea de otros
repertorios de Chávez”.
Carlos Chávez fue
autor de seis sinfonías, cinco ballets, una ópera, cuatro conciertos e
innumerables obras sinfónicas y de cámara. Falleció en la ciudad de México el 2
de agosto de 1978. Sus restos reposan en la Rotonda de los Hombres Ilustres.
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