- Investigador yucateco asegura que además fueron parte primordial de la economía de la zona.
Mérida, Yucatán.- Consideradas como fundamentales para el
medio ambiente global, las abejas, insectos importantes dentro de la
cosmovisión del pueblo maya, no solo se convirtieron en parte primordial de la
economía de Yucatán, sino que también habrían sido las escultoras del paisaje
en el que vivimos, sostuvo el científico yucateco, Carlos Echazarreta González.
Al dictar una conferencia en el marco del Festival
Internacional de la Cultura Maya (FICMaya) 2013, el investigador egresado de la
Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) expuso la importancia ecológica de las
abejas y cómo contribuyen a la transformación del entorno natural, así como las
características de la región que hacen únicas las mieles de Dzidzilché y
Tajonal.
Ante un auditorio conformado por estudiantes, académicos y
público en general, el especialista, con maestría por la Universidad de Gales,
refirió la forma evolutiva en la que emergieron las abejas desde tiempos
prehistóricos, cuando en su interacción con la flora “dejaron de ser
carnívoras” para alimentarse de néctar y de esa manera distribuir el polen y
facilitar la reproducción vegetal.
Coautor del libro “La miel y las abejas. El dulce convenio
del Mayab”, editado por la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado
(SEGEY), Echazarreta González destacó su hipótesis a través de la cual sostiene
que la interacción entre las flores y las abejas ha esculpido el paisaje en el
que vivimos, ello debido al proceso de polinización que se realiza.
“Alrededor de una tercera parte de los frutos y vegetales
que conocemos, se deben a la interacción de estos insectos con las flores”,
acotó.
Destacó que han sido dos las culturas que han sabido extraer
la miel de forma sistemática, la maya y la egipcia, lo cual se puede observar
en el Códice de Madrid. Dijo que en contraste, otros pueblos se han dedicado a
la depredación de las colmenas que se encuentran de manera natural.
En ese sentido, el especialista detalló el proceso mediante
el cual se produce la miel actualmente en Yucatán, que inicia cuando las abejas
extraen el néctar de las flores para su traslado hacía sus colonias. Ahí se
genera un proceso de deshidratación que culmina cuando se deposita la miel en
la colmena y se sella con cera, comentó.
Echazarreta González explicó que las mieles de Dzidzilché y
Tajonal son de las más apreciadas en el mercado europeo, debido principalmente
a las características de las plantas que
se dan en esa zona, únicas en la
Península de Yucatán.
En relación con este producto, comentó que según cifras del
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el yucateco consume tan
sólo 300 gramos de miel al año, contra 35 kilogramos de azúcar de caña
anualmente.
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