Mérida, Yucatán.- Un total de 136 mil pesos, provenientes
del Programa de Desarrollo Cultural Municipal de Yucatán, se ha destinado a la
restauración de seis imágenes religiosas de madera policromada, pertenecientes
al patrimonio artístico de Cuzamá, Timucuy y Tixcacalcupul, lo que convierte a
Yucatán en el único estado que aplica recursos de ese programa para beneficio
del arte sacro, informó el jefe del Departamento de Patrimonio Cultural de la
SEDECULTA, Enrique Martín Briceño.
Las labores cuentan con el aval de la Comisión de Arte Sacro
de la Arquidiócesis de Yucatán y participan en el proyecto el Gobierno del
Estado, a través de la Secretaría de la Cultura y las Artes, los ayuntamientos
correspondientes y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
Debido a que es necesario que las piezas reciban
tratamientos profesionales, la intervención está a cargo de la sección de
restauración del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en
Yucatán, bajo la responsabilidad de Claudia Ocampo Flores.
Señaló que los proyectos de restauración de las imágenes
religiosas se llevan a cabo en respuesta a la iniciativa de grupos organizados
de los municipios referidos.
Mencionó que después de haberse aprobado dichos proyectos
por el PDCM, el INAH Yucatán procedió a realizar los trámites ejecutivos
correspondientes para después trasladar las piezas a las instalaciones en donde
se les brindó mantenimiento.
Por su parte, la
restauradora Ocampo Flores explicó que las imágenes que están en proceso son
seis y de Cuzamá es la Virgen de la Natividad y la Purísima Concepción; de
Timucuy el Cristo Nazareno y la Virgen de la Asunción; y de Tixcacalcupul el
Cristo Negro de San Román y San Jacobo. Indicó que la Virgen de la Natividad y
el Cristo Negro de San Román se encuentran en sus respectivas demarcaciones.
El proyecto arrancó en diciembre del año pasado y concluye
en marzo de este 2014, cuando se entreguen las piezas a los municipios.
La restauradora
expuso que las esculturas presentan, en general, deterioros muy parecidos
ocasionados por intervenciones anteriores inapropiadas, como la aplicación de
varias capas de pintura de mala calidad, ello debido a la falta de información
sobre el mantenimiento adecuado para ese tipo de piezas.
También presentan deterioros relacionados con pérdidas
formales, como dedos o manos, así como fragmentaciones causadas por
manipulaciones incorrectas a la hora de vestirlas o sacarlas a procesiones.
Además, las esculturas se maltratan debido a las abrasiones
ocasionadas por los constantes tocamientos de los feligreses.
Ocampo Flores indicó que las figuras religiosas poseen
pelucas y coronas, a las cuales también se les dará tratamiento, ya que las
extensiones son de cabello natural.
La intervención de las piezas se basa en la necesidad de
recuperar la imagen tal como fue concebida originalmente, eliminando las capas
de pintura puestas a lo largo de su trayectoria de vida y uso, además de
reforzarlas estructuralmente para asegurar su conservación.
Subrayó el caso del Cristo de San Román, de Tixcacalcupul,
pieza que a causa de un envejecimiento natural y la acumulación de hollín por
la velación de la imagen, la capa de policromía original se ennegreció,
convirtiendo una imagen caucásica en un Cristo Negro.
En este caso, debido al reconocimiento por parte de la
comunidad de la escultura como Cristo Negro, se decidió respetar y mantener esa
capa oscura, trabajando únicamente sobre los deterioros de la pieza como faltantes
y fracturas sobre todo en los brazos.
Finalmente, la restauradora invitó a las comunas a acudir al
INAH Yucatán para obtener información acerca de manipulación de esculturas
sacras, ya que ello contribuye a la conservación de las mismas y las asesorías
son gratuitas.
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