Calderón: "En las finales siempre es cincuenta y cincuenta"

Brasil.- Aquella final de la Copa Mundial de la FIFA Italia 1990 ante Alemania permanece muy fresca en la memoria del argentino Gabriel Calderón. No importa que hayan pasado ya 24 años, el nivel de detalle en sus recuerdos habla a las claras de los que significó ese partido para él.
Y es entendible. Es cierto que fue campeón del mundo sub-20 con Diego Maradona en Japón 1979, así como también que su debut en un Mundial de mayores se produjo en España 1982. Pero esos 37 minutos que estuvo en campo en el Estadio Olímpico de Roma, luego del reemplazar a Jorge Burruchaga, son quizás los más importantes de sus 18 años de carrera.
Calderón, de dilatada trayectoria como entrenador a sus 54 años, forma parte del Grupo de Estudios Técnicos de la FIFA que analiza los partidos de Brasil 2014. Amablemente, accedió a sacarse el traje por un rato para conversar con FIFA.com.
Gabriel, ¿qué es lo primero que se le viene a la mente al recordar la final de Italia 1990?
Y, muchas cosas de golpe... La alegría de clasificación contra Italia, aquellos cinco días previos a la final no pasaban nunca... ¡Dormir era muy difícil! Yo sentía mucha ansiedad por saber si iba a ser campeón del mundo o no.
¿Cómo es jugar la final de un Mundial?
Es algo muy grande... Se te pasan muchas cosas por la cabeza, pero la dimensión se te escapa. En ese momento vos ves un estadio lleno, un rival enfrente y te parece un partido más. Uno es realmente consciente de lo que significa estar ahí cuando pasan los años.
¿Qué recuerda del encuentro propiamente dicho?
Que llegamos con lo justo. Nos faltaban cuatro titulares por suspensiones, Diego (Maradona) tenía un tobillo a la miseria, Burruchaga estaba regular... Ellos llegaron mucho mejor, pero les competimos bien. Fue un partido duro, malo, no los dejamos desarrollar su juego. Sabíamos que alguna oportunidad íbamos a tener, se dio con esa jugada mía del penal que no cobraron, y a los cinco minutos nos cobran una en contra. Era obvio que se iba a definir así, con un tiro libre, un córner o un penal. Y les tocó a ellos.
¿Nota alguna similitud o diferencia puntual con respecto a la final de Brasil 2014?
Es difícil de comprarlas con tantos años de diferencia... Una similitud es que también teníamos al mejor jugador del mundo de ese momento, pero Diego estaba muy diezmado por sus lesiones. Jugó por su temperamento y en inferioridad física. Messi, en cambio, si bien no está en el nivel "Jugador de PlayStation", como yo le digo, está en buenas condiciones, y no falta nadie más allá del estado de Agüero y Di María. Esta Argentina llega mejor que aquella de 1990.
En esa fase final usted solía entrar desde la banca. ¿Qué opinión le merece el banco con el que cuenta Alejandro Sabella?
Argentina tiene buen banco, la prueba es que los que entraron contra Suiza, Demichelis, Biglia y Pérez, lo hicieron muy bien. También dependerá de cómo lleguen Agüero y Di María, que son dos jugadores importantísimos. Tenerlos sanos te puede dar muchas alternativas en ataque.
Los dos equipos repiten varios jugadores de aquel 4-0 de Alemania en Sudáfrica. ¿Cree que pueda repetirse un resultado así?
En el fútbol todo es posible, pero para mí, Argentina jugó un partido táctico muy abierto, que favoreció los intereses de Alemania, que encima marcó temprano. Hoy no me imagino que vuelva a ser así, Argentina está jugando muy bien en bloque. Veo difícil que vayan a hacerle muchos goles.
Sin embargo, Alemania le anotó siete a Brasil en semifinales. ¿Puede un resultado así influir en la mentalidad de los jugadores argentinos?
No, al contrario. El argentino es un competidor nato, y lo viste acá: cuando se dieron cuenta que con Messi y la camiseta no iba a alcanzar, cambiaron. El equipo se concientizó y ahora es más compacto, lo que demuestra su oficio. Además, arriba tiene jugadores que te pueden complicar la vida. El quiebre fue contra Suiza, pero lo repitieron ante Bélgica y Holanda. Alemania va a tener que sufrir mucho para ganarle a Argentina.
¿Cuál puede ser la clave del partido?
Para Argentina será muy importante lo que pueda hacer Messi. Alemania es un equipo difícil de controlar, ¡si está jugando como un equipo sudamericano con la mentalidad y el físico de uno alemán!  Entonces, para hacerle daño vamos a necesitar al mejor Leo posible, aunque también la ayuda de todos: de Higuaín, de Enzo Pérez o Di María, de todos. Pero la clave será Messi.
¿Se imagina cómo va a vivir la final?
Generalmente, si no estoy involucrado directamente en el partido, siempre he sido muy tranquilo viéndolo desde afuera, pero sufrí mucho los dos últimos. Me imagino que la final la sufriré más todavía.
¿Se anima a dar un pronóstico?

Soy muy malo para los pronósticos, no me animo. En la teoría, Alemania llega mejor, pero en las finales siempre es cincuenta y cincuenta. Argentina va a competir muy bien, de eso estoy seguro.

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