Brasil.- Resulta muy difícil encontrar algo que sirva de
consuelo después de sufrir una derrota en los penales cuando había en juego un
puesto en la final de la Copa Mundial de la FIFA™, sobre todo para un equipo
que soñaba con una nueva oportunidad en un segundo choque por el título
consecutivo.
Sin embargo, en el caso de los Países Bajos de Robben, Van
Persie, Sneijder, Kuyt y De Jong, tal vez sirva para dar un paso atrás y poner
las cosas en perspectiva. Aunque por un lado la frustración inmediata sea
inevitable tras caer ante Argentina en los lanzamientos fatídicos, al cabo de
un empate a ceros en 120 minutos, por otro el simple hecho de haber aspirado a
esta segunda ocasión ya supone un gran logro.
Estos veteranos forman parte de un selecto grupo que se ha
situado entre los cuatro mejores del planeta en dos torneos consecutivos. Son
poquísimos quienes pueden enorgullecerse de eso: los sensacionales españoles,
por ejemplo, dijeron adiós en la primera fase de Brasil 2014, con una pequeña
ayuda de los propios neerlandeses, a quienes habían vencido cuatro años antes,
para alzar la copa.
“Es una generación buenísima. Sobresaliente”, afirma a
FIFA.com Patrick Kluivert, asistente de Louis van Gaal en la selección e
integrante de otra prominente hornada del fútbol de su país, entre los años 90
y el inicio de la década pasada. “Ahora espero que los Países Bajos puedan
cultivar otras así para el futuro. Eso es lo más importante: seguir
desarrollando jóvenes talentos para seguir compitiendo a alto nivel”.
Y ahí hay más buenas noticias: nueve jugadores del actual
plantel nacieron en el decenio de 1990. Con una media de edad de 26,5 años, es
el octavo equipo más joven del Mundial. Esta nueva generación ha tenido la
oportunidad de vivir un momento de intensas expectativas en el inicio de sus
carreras, y de convivir con astros consagrados.
Ejemplos
Como Van Persie, que el año pasado superó al propio Kluivert
como máximo goleador de la selección. Éstos son los detalles que, en el futuro,
cuando se consulten los libros de historia, situarán a los actuales líderes
neerlandeses entre las grandes figuras de un país riquísimo en talentos. Aunque
no puedan volver a disputar otro Mundial. Pero, obviamente, en el caso de los
veteranos todavía es muy pronto para hablar de eso.
“Es una gran decepción para ellos, por supuesto. Es muy
complicado que vayan a jugar otro Mundial. Probablemente para ellos haya sido
el último, y queda esta decepción por haber llegado tan cerca de otra final.
Perder en los penales es más duro todavía, lo sé por experiencia”, señala
Kluivert, cuya selección sucumbió desde los once metros en la Copa Mundial de
la FIFA 1998 y en la Eurocopa 2000, también en semifinales.
Incluso con récords y excelentes resultados, puede que esta
generación que ya pasa de los 30 años no recibiese el respeto que merecía. A su
llegada a Brasil, ni siquiera en casa parecía tener el respaldo que Van Gaal
aguardaba. Durante el torneo, el propio Sneijder preguntó de modo retórico en
una entrevista con la FIFA: “¿Por qué no los Países Bajos?”.
Los más críticos volverán a decir que no han logrado el
título. Pero lo cierto es que pocos esperaban verlos llegar tan lejos. “No sé
qué responder [ante la falta de confianza externa en el equipo], pero han hecho
un trabajo magnífico. Nadie pensaba que pudiesen conseguir algo así”, apunta
Kluivert.
El debut
Para los más jóvenes, ya es una hazaña. Fijémonos en el
volante Jordy Clasie, de 23 años. Este 9 de julio fue llamado para estrenarse
en la cita mundialista en plena semifinal, y entró en juego en el segundo
tiempo, como sustituto de De Jong, convirtiéndose en el 22º jugador neerlandés
que pisa la cancha en este torneo (el único que no ha actuado es el guardameta
Michel Vorm).
Cuando Clasie regresó al vestuario al término del encuentro,
su teléfono móvil echaba humo. Amigos y familiares querían hablar con él, lo
que dio al futbolista del Feyenoord la dimensión de lo que había ocurrido.
“Muchos ya me han mandado mensajes, se han puesto en contacto conmigo para
hablar de mi estreno, pero no consigo asimilarlo aún, darme cuenta de que he
jugado un partido de un Mundial”, explica a la FIFA.
Y el defensor Bruno Martins Indi, de 22 años, ya ha ido un
poco más allá, al acumular 368 minutos de juego. “Estamos muy orgullosos por
esta campaña, por haber podido estar en un torneo de este calibre y demostrar
que tenemos talento”, declara a la FIFA. “Estamos tristes por haber sufrido una
derrota tan dura, sí. Pero hemos hecho partidos muy buenos. Somos un equipo que
ha conseguido conjuntar a jugadores de distintas generaciones”.
Es imposible decir si los más experimentados volverán a
jugar un Mundial. Pero los más jóvenes ya han podido disfrutar de su compañía.
Se les ha mostrado el camino para que, quizás en un futuro breve, puedan ser
ellos las referencias, soñando con llegar tan lejos como sus mentores.
(fifa.com)
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