Brasil.- El festejo de los jugadores argentinos conmueve. Es
muy probable que este instante sublime, con la clasificación a la final de la
Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014™ consumada, ninguno repare en el detalle de
que consiguieron semejante logro un 9 de julio, 198 años después de la
declaración de la independencia de su país. Pero ciertamente jugaron como
patriotas, sacrificando cualquier bien personal por un objetivo mayor...
Sólo así puede explicarse cómo Ezequiel Lavezzi se pone el
traje de carrilero, o cómo Javier Mascherano, después de correr tanto, llega a
quitarle a Arjen Robben el gol del triunfo en el minuto 90; o cómo Sergio
Romero ataja dos penales en la definición y no toma revancha de sus críticos, o
cómo Maxi Rodríguez, aquel que fue reemplazado en el entretiempo del debut,
espera su oportunidad para otro aporte decisivo, rememorando aquel gol ante
México en 2006.
"Demostramos que somos conscientes de lo que nos
estamos jugando", dice a FIFA Mascherano, quien parece igual de cansado
que de feliz tras la victoria por penales sobre Países Bajos. "Este equipo
reemplazó los pulmones con el corazón, pero con eso sólo no se gana. Fuimos
inteligentes, porque cada uno entendió lo que era mejor para el equipo, y así
hicimos un muy buen partido. No pudimos concretarlo, es cierto, pero en los
penales Sergio hizo el resto", agrega el 14, más Jefe que nunca en la
tarde-noche de Sao Paulo.
Romero, con el mismo balón debajo del brazo que en los
penales le desvió a Ron Vlaar y Wesley Sneijder, mantiene la humildad.
"Sólo tengo palabras de agradecimiento para los que hoy me elogian. Yo
nunca me entregué ante las críticas, al contrario, lo único que hice fue
trabajar más. Sólo puedo decir que estoy ayudando a mis compañeros, y eso es lo
más importante", recalca para FIFA el arquero, quien mantuvo su arco en
cero por tercer encuentro consecutivo, todos en la fase de eliminatoria.
A Lavezzi nadie puede quitarle la sonrisa del rostro.
"Si bien no fue un partido brillante, en el balance creo que hicimos mejor
las cosas. Argentina fue el que propuso, el que lo buscó más, y Holanda casi no
nos complicó", analiza el Pocho. ¿Cuál fue clave? "El sacrificio que
hicimos todos. Estuvimos juntos, supimos hacer lo que nos convenía y hasta casi
lo ganamos en el final", destaca el atacante devenido en volante.
Por ahí anda Maxi Rodríguez, el autor del remate decisivo de
la tanda, quien no había vuelto a ver acción luego de ser reemplazado en el
entretiempo del primer encuentro, ante Bosnia y Herzegovina. "Sabía que en
algún momento me iba a tocar entrar otra vez, e incluso que podía hacer un
aporte importante. ¿Qué sentí antes de patear el último penal? Desde que salís
desde la mitad de la cancha se te pasan por la cabeza muchas cosas, pero ahora
sólo importa una: que vamos a jugar la final del Mundial", exclama con paz
a FIFA.
La importancia de los sueños
Dicen algunos que las grandes metas surgen de los sueños.
"Y sí... ¡Yo desde chico que anhelo con esto, ¿qué más puedo pedir?",
se pregunta retóricamente Lavezzi. Maxi pone el asunto desde otro lugar.
"Es impagable. Cuando salíamos del predio de Ezeiza (NdeR: lugar de
entrenamiento de Argentina en Buenos Aires), con Leo (Messi) y Masche
hablábamos de superar los cuartos, que para muchos era la última oportunidad...
Conseguimos lo que vinimos a buscar, que era jugar la final, pero ahora
queremos ganarla".
De hecho, Argentina disputará la quinta final de su
historia, aunque la primera desde aquella de Italia 1990. El rival, al igual
que esa oportunidad, será Alemania, la misma que viene de eliminarla en las
últimas dos Copas Mundiales. A Romero no le asusta ni esto ni la paliza que le
asestó a Brasil en semifinales. "Va a ser otro partido, otro capítulo
distinto. No se puede tomar como medida". Maxi está de acuerdo con el 1.
"Tiene un estilo propio, saben a qué juega... Pero nosotros tenemos que
hacer lo nuestro. Con Holanda hicimos un partido táctico bárbaro, y vamos a
necesitar repetirlo".
Compartiendo sin saberlo algunos ideales de aquellos que
declararon la independencia en 1816, Mascherano deja un mensaje con el sello de
su liderazgo. "Vamos a jugar el partido más importante de nuestras
carreras, pero debemos disfrutarlo, porque el camino hasta acá ha sido muy
largo, de muchos palos... El presente nos encuentra en un momento de felicidad,
responsabilidad y expectativa. Ojalá estemos a la altura". (fifa.com)
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