- La fundación Semilla está integrada por diez personas y un equipo de 50 voluntarios, que brindan casa, comida y educación a los niños migrantes en condiciones de alta pobreza.
México, DF.- Detectamos que los niños y niñas indígenas
migrantes en condiciones de pobreza extrema ven vulnerados sus derechos. Son
pequeños que han dejado sus comunidades para venir a la ciudad a buscar mejores
opciones de vida, pero al llegar sólo encuentran mendicidad, discriminación y
abandono, expresó en entrevista Teresa Janette Payán Bustamante.
La presidenta fundadora de la Asociación Infantil Semilla ha
sido beneficiaria del Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y
Comunitarias Pacmyc en la emisión 2014 por su proyecto Los niños tepehuanos:
conservación de la lengua materna y la tradición literaria en niñas y niños
indígenas migrantes.
De 87 proyectos presentados fueron aprobados 18, entre los
cuales figura el propuesto por la psicóloga de profesión y fundadora de la
asociación civil Semilla desde 2008 a través de un concurso de la UNICEF (Fondo
de las Naciones Unidas para la Infancia y la Familia) calificado como uno de
los cinco mejores del país por la metodología, modelo de atención y protección
de los derechos de la infancia y la adolescencia.
La fundación está integrada por 10 personas y un equipo de
50 voluntarios, quienes diariamente realizan recorridos para detectar a los
niños migrantes que viven en condiciones de alta pobreza con sus familias en
corralones o casas que pertenecen a las comunidades.
“En la fundación tenemos un modelo que se llama casa de día
en donde atendemos desde lo más básico:
alimentación, salud, higiene y acompañamiento educativo en el que hemos
desarrollado algunos talleres de literatura. Atendemos diariamente a un
promedio de 50 niños, pero los niños del taller de literatura está integrado
por 20 menores”, expresó Teresa Janette Payán Bustamante.
Una vez cubiertas las necesidades básicas, —explicó-- se
diagnosticó que era tiempo de un segundo paso para el rescate e integración de
los pequeños, específicamente los niños tepehuanos migrantes, quienes
generalmente al llegar a la ciudad pierden su lengua materna e identidad dado
que son sujetos a una gran discriminación.
Debido a esta situación en la fundación se generó el modelo
educativo llamado multigrado en el que se llevó a cabo un taller literario en
donde aprenden a leer y escribir con el propósito de que asimilen el español,
pero sin dejar de lado la lengua tepehuana, dada la importancia de su lengua
materna.
El CD titulado Decires de mi pueblo marca el antecedente de
todo este proceso educativo en el que se incluye, además un libro, ambos
proyectos gestados dentro del taller de la conservación oral de la lengua
tepehuana en niñas y niños indígenas
migrantes, resultado del modelo educativo multigrado, que será apoyado por el
programa Pacmyc en su emisión 2014.
“Conforme fue
avanzando el programa, vimos que era un proyecto que generaba un proceso de identidad muy
importante porque se construía un ambiente de pertenencia y reconocimiento de
sus tradiciones a través de la narración que ellos hacían de anécdotas,
historias y tradiciones relacionadas con su cultura, sus usos y costumbres”,
detalló Janette Payán.
“Los cuentos no son
muy elaborados –agregó-- hay algunas deficiencias muy marcadas en la lectura y escritura, sin embargo muchos de
los pequeños cuentos muestran cómo perciben ellos algunas de sus tradiciones y
el cambio que experimentaron al enfrentarse a la ciudad”.
Teresa Janette Payán, ganadora del Premio Estatal a la Mujer
2012 por su destacada ayuda humanitaria en el estado de Durango, dijo sentirse
satisfecha, aunque sabe que falta mucho más por hacer, sin embargo el avance
obtenido con los talleres para la preservación de la lengua materna, en este
caso del tepehuano, es un proyecto que tendrá seguimiento ahora con la tercera
fase que incluirá un nuevo libro.
Adelantó que se trabajará con profesionales en literatura y
letras para que les definan a los pequeños los estilos literarios y sus cuentos
tengan una estructura más cuidada.
En los talleres participan 20 niños de seis a 12 años,
atendidos por dos tutores que se dividen de acuerdo con el avance de cada
menor, en un horario de tres horas, tres días a la semana. Los sábados es un
encuentro más dinámico y lúdico donde los chicos pueden tener actividades de
pintura dentro de la didáctica del taller.
Se editaron mil CD´s,
y mil ejemplares del primer libro, los
cuales se distribuyeron en escuelas indígenas ubicadas en las comunidades de
donde son originarios los niños y en algunas bibliotecas.
El taller se seguirá llamando Decires de mi pueblo. Los niños
tepehuanos, conservación de la lengua
materna y la tradición literaria, y será la continuidad del proyecto inicial.
Esperamos generar el nuevo libro y seguir despertando el
interés superior de la infancia que
implica un cambio radical en la
concepción de los hombres y las mujeres indígenas respecto a este sector
tan vulnerado de la sociedad, concluyó Teresa Janette Payán Bustamante. AJR
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