- Especialistas, escritores e intelectuales abordaron la importancia cultural y social de su vida y obra en el Centenario del Natalicio del autor de El Apando
México, DF.- “José Revueltas (Santiago Papasquiaro, Durango,
20 de noviembre, 1914- Ciudad de México, 14 de abril, 1976) supo ser humano,
terriblemente humano”, expresó el escritor Eduardo Antonio Parra durante su
participación en la mesa La palabra sagrada, como parte de las conmoraciones
por el Centenario del Natalicio del escritor duranguense, en la que amigos,
escritores e intelectuales, comentaron la importancia cultural y social de su
vida y obra.
“Los relatos de José Revueltas resultan vibrantes debido a
la humanidad que los alienta, sus personajes principales tienen realismo, son
contradictorios, densos y están atormentados por sus vidas íntimas y creencias
políticas”, describió en el Aula Magna José Vasconcelos del Centro Nacional de las
Artes (Cenart) el escritor Eduardo Antonio Parra.
Para el autor de Nostalgia de la sombra el realismo y
humanismo sin concesiones, lo convirtieron en un escritor incómodo, creador de
una obra que no es para el gusto de cualquiera, aun en los tiempos actuales y
cuya obra resulta una experiencia difícil de describir.
“Revueltas es un autor cuyas historias duelen al mismo
tiempo que deslumbran, el retrato del México subterráneo y marginal que
consigue plasmar a través de las palabras es inquietante, incómodo y acaso
desagradable, pero iluminador en estos días”.
Por ello consideró que en sus relatos pretendía establecer
un equilibrio, pues mostraba lo abominable, pero a la vez intentaba quitarle
peso dejando entrever que el ser humano es capaz de contener altas dosis de
grandeza.
Por su parte, el miembro de número de la Academia Mexicana
de la Lengua, Vicente Quirarte destacó que unas palabras de José Revueltas
bastan para demostrar su vigencia en el pensamiento de un país en permanente
deuda con su congruencia y su talento.
“El ejemplo moral e intelectual de su escritura permanece
como testimonio de la salvación que otorga nombrar la desesperación y
trascenderla”.
La investigadora del Instituto de Investigaciones
Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, Edith Negrín, habló
de cinco razones personales para amar, extrañar, leer y releer a José
Revueltas.
La primera de ellas, su sensibilidad, que lo llevó a
comprender a todos los humillados, vencidos, explotados y marginados en su momento
histórico, no sólo con los que era políticamente correcto solidarizarse, como
los indígenas y obreros, sino con los rateros, los asesinos, los padrotes y las
prostitutas.
De acuerdo con la académica, la segunda razón por la que hay
que amarlo es la intensidad de sus pasiones a la militancia, el conocimiento,
la verdad, la escritura y las mujeres, mientras que la tercera, involucra a su
obra escrita, en especial su narrativa que permite acercarse al valor sagrado
de la palabra y a la responsabilidad para usarla.
La cuarta razón es leerlo y releerlo para entrar en un mundo
inquietante y a un camino hacia nuestros abismos interiores. Por último,
—dijo—, hay que amarlo por la profundidad de sus razonamientos, la levedad de
su humorismo, sus contradicciones y sus paradojas.
En ese sentido, la maestra de la Facultad de Filosofía y
Letras de la UNAM, Carmen Galindo, abordó la relevancia que tuvo en la
literatura de José Revueltas, la presencia de los delincuentes y los presos
políticos.
Y es que al haber sido encarcelado en diversas ocasiones, el
autor de El luto humano, conoció a personas en lugar donde “se conoce a la
gente en su desnudez, en toda su grandeza y toda su mezquindad, ahí no se puede
mentir”, aseguró la académica.
Carmen Galindo agregó que otro aspecto relevante fue la
función que le daba a su literatura de desenajenar al lector y alejarse de la
llamada “cárcel ideológica”.
Por otro lado, el ensayista y poeta Evodio Escalante señaló
facetas poco conocidas de José Revueltas, entre las que se encuentran su
quehacer como crítico literario, crítico de arte e incluso, filósofo del arte.
Aseguró que el autor de El Apando escribió una serie de
textos que hablan de los grandes maestros de la pintura mexicana: Diego Rivera,
David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco.
También hay un documento con toda una reflexión de estética
de la escritura que se completa con otro ensayo que tiene que ver con la
estética mediatizada frente a una estética de la libertad.
En cuanto al séptimo arte, José Revueltas cuenta con
escritos sobre el conocimiento cinematográfico y sus problemas, pues fue
guionista (de alrededor de 20 películas) y dio clases de técnica
cinematográfica en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC),
y en el Instituto de Cine Cubano.
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