Mérida, Yucatán.- El reportero en esencia pura, que asumió
cualquier riesgo, incluso descender al infierno, así definieron a Julio Scherer
García, quien, además, transformó el periodismo en México a través de su
obsesiva búsqueda para transmitir aquella información que pocos se arriesgaban
a obtener.
Bajo el título “Mesa de análisis de la obra de Julio
Scherer”, realizada anoche en el marco de la Feria Internacional del Libro
Yucatán 2015 (FILEY), se dieron cita Elena Poniatowska, Eduardo del Río “Rius”,
Javier Aranda Luna y el director de Proceso, Rafael Rodríguez Castañeda, a fin
de intercambiar sus puntos de vista acerca del legado del periodista.
En el evento, que tuvo lugar en la Sala “Juan García Ponce”
del Centro de Convenciones Yucatán Siglo XXI, Rodríguez Castañeda reveló detalles sobre dos de las entrevistas más arriesgadas
que realizó el homenajeado: la primera a “El Mayo” Zambada, ocurrida
probablemente en la Sierra Madre, en las inmediaciones de Sinaloa, dijo; y la
otra al Subcomandante Marcos en la ciudad de México.
A partir de esas experiencias, comentó el expositor, el
mismo Scherer afirmó que entrevistaría al mismo diablo. “Ocasionó más de una revuelta en el
periodismo mexicano de esos años”, apuntó.
Una de ellas, añadió, fue la publicación de la foto con
Zambada en la primera plana del semanario que dirige, a petición de él mismo,
pese a la negativa de Scherer, pues había prometido no revelar nada de aquella
entrevista.
En la experiencia de Elena Poniatowska, fue un viajero
mexicano que recorrió Sudáfrica, Bangladesh, China, Francia; pero que siempre
amó a México. En ese sentido, la autora de “La noche de Tlatelolco” dijo que
Scherer García lamentó no haber entrevistado a Nelson Mandela y se entusiasmó
con el encuentro que sostuvo con Fildel Castro, en Cuba.
Era un periodista temerario, “curado de espanto”, dedicado a
su profesión de tiempo completo durante
más de medio siglo, que dialogó de frente con personajes contrastantes entre sí
como Ernesto “Ché” Guevara, a Augusto Pinochet y Pablo Picasso.
Por su parte, Rius recordó su paso por las páginas de
Proceso como caricaturista; mientras que Aranda Luna destacó que fue un
excelente editor, cronista, promotor de la cultura y de la literatura mexicana
durante los últimos 50 años.
En su larga trayectoria, Julio Scherer aceptó pocos premios,
dos de éstos internacionales: el “María Moors Cabot”, de la Universidad de
Columbia en 1971; y el del Periodista del Año, otorgado por el Atlas Word Press
Review, en 1977.
Entre los galardones nacionales se cuenta el premio “Manuel Buendía”,
en 1986; y posteriormente aceptó el Premio Nacional de Periodismo, luego de
rechazarlo dos años consecutivos. En el 2002 recibió de nueva cuenta el mismo.
A lo largo del año pasado tuvo varios reconocimientos hasta antes de su muerte,
el 7 de enero del 2015.
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