- Guardias de 10 agrupaciones divididos en 16 comunidades trabajan en torno a Toronto 2015
Toronto, Canadá.- Los Juegos Panamericanos son un evento
cuatrienal que despliega una cantidad importante de deportistas, entrenadores,
jueces, medios informativos y equipos multidisciplinarios, sin dejar de lado a
los espectadores y habitantes del país sede.
Su éxito radica en gran medida en el tema de la seguridad en
instalaciones deportivas, calles, avenidas y sobre todo en la villa y, sin
duda, representa un reto importante para el Comité Organizador garantizar el
exitoso desarrollo del evento más grande que ha recibido Canadá.
La magna fiesta de América es anhelada por todos los
deportistas de alto rendimiento del continente, ya que esta es la antesala de
los Juegos Olímpicos, por lo que las sorpresas y contratiempos no están
permitidos.
Para ello, más de 6 mil elementos de 10 distintas
agrupaciones vigilan la seguridad en 16 municipalidades para que los 61 eventos
en que se aplica el silencioso pero estricto mecanismo, se cumpla como marca el
protocolo y que todos aquellos que forman parte del certamen continental puedan
disfrutarlo al máximo.
De acuerdo a Matthew Campbell, oficial de policía en la
provincia de Ontario, la planeación de seguridad inició desde octubre del 2011,
una vez que culminó la edición celebrada en Guadalajara, Jalisco.
“Es el evento deportivo más grande que hemos tenido, más
grande incluso que los Juegos Olímpicos de Vancouver por la cantidad de gente,
estamos muy felices de tener el evento aquí y esperemos que todos se sientan
felices, cómodos y tranquilos”.
El nivel de alerta es similar al que adoptó el país con la
celebración de los Juegos Olímpicos de Invierno, en Vancouver, ya que como
Campbell asegura este debe ser de deportistas y no de policías.
Sin descuidar las necesidades de la ciudad y de su
población, el Comité Organizador también echó mano de agentes de seguridad
encargados de vigilar todo tipo de accesos a instalaciones y competencias, a
los que se suman los elementos del cuerpo de montada.
“Nuestra meta es que todos se sientan protegidos, seguros y
cómodos cuando estén aquí y que todos puedan enfocarse a disfrutar su estancia
y hacer lo que vienen a hacer, a verlos juegos, a competir y que sientan que no
es un evento de policías, es un evento de deportistas”, dijo Matthew, quien
antes de ingresar a la milicia, a los 21 años de edad fue voluntario en una
casa hogar en Reynosa, Tamaulipas, la cual atiende a niños huérfanos y de
escasos recursos.
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