- Tras 113 días de hospitalización; Llegó con múltiples complicaciones, daño multiorgánico, infección generalizada y riesgo de morir mayor a 80%.
- multiprofesional de especialistas médicos lo sacaron adelante en el Hospital Regional de Alta Especialidad de Tultitlán realizándole 18 cirugías.
- Gastó en su tratamiento, antes de llegar al ISSSTE, más de dos millones de pesos.
La batalla por salvarle la vida duró 113 días de
internamiento, de los cuales 11 fueron en la terapia intensiva, y 18 cirugías,
con un costo total aproximado de tres millones de pesos, así lo dio a conocer
el Dr. Osvaldo Balice Olguín, Coordinador de Cirugía, durante la Rueda de
Prensa de Caso Médico Sobresaliente titulada “Llegué desahuciado al ISSSTE y
salvaron mi vida”: Daniel de Jesús, acto que estuvo encabezado por el Director
del Hospital Bicentenario, Dr. Rene Bibiano León Ortega.
Balice Olguín
recuerda que el paciente llegó en una ambulancia el 7 de marzo de 2011,
inconsciente y muy grave al servicio de urgencias: “Presentaba un complicado
cuadro de abdomen hostil; una gran herida quirúrgica abdominal mal manejada,
con apendicectomía, peritonitis, fibrosis cicatrizal y adherencias entre
órganos y tejidos abdominales, perforación de intestinos y porciones
necrosadas.”
Dos semanas antes, trabajando en la boutique de ropa,
negocio familiar, en Ixmiquilpan, Hidalgo, Daniel de Jesús nunca imaginó que el
agudo dolor abdominal que presentó, se derivaría en “complicaciones que
cambiarían mi vida y mi futuro”, expresó.
La evaluación de la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) para
el paciente era muy alarmante, el doctor César Daniel Ambrosio Carrera,
adscrito a este servicio la definió: “disfunción orgánica múltiple neurológica,
respiratoria, renal, hematológica y cardiovascular; choque séptico,
respiratorio y abdominal, multidrogoresistente y un riesgo de muerte mayor a 80
por ciento”.
Entonces, en el Hospital Bicentenario un grupo
multidisciplinario de especialistas en manejo de pacientes en estado crítico,
encabezado por el Dr. Balice Olguín en Cirugía, el Dr. Rusniev Tapia Rodríguez,
Jefe de la UTI, el doctor Nicolás Hernández Reyes en urgencias, la doctora
María Concepción Tovar González en anestesiología y el personal de enfermería,
con sus respectivos equipos de trabajo, emprendieron la batalla para salvarle
la vida a Daniel de Jesús, echando mano de todos los recursos terapéuticos,
quirúrgicos, farmacológicos y tecnológicos a su alcance.
Durante esos meses se realizaron al derechohabiente varias
cirugías en las que se le retiraron 90 centímetros de intestino delgado y
grueso necrosado, se le trató una perforación intestinal; también se liberaron
adherencias en abdomen congelado, se sometió a 14 lavados quirúrgicos de
cavidad abdominal y se le dio un manejo antibiótico específico de amplio
espectro.
El Coordinador de Cirugía destacó el trabajo de gestión de
abdomen abierto (control de la gran herida quirúrgica expuesta durante varios
días) “la tratamos con una moderna técnica denominada Sistema de Presión
Negativa Intra Abdominal, la cual consiste en la colocación de apósitos
medicinales protegidos, conectados a un aparato de presión negativa que
succiona y drena los líquidos infectados de la cavidad, mientras ejerce un
control de la presión muscular aponeurótica hacia el centro para favorecer el
cierre de la pared abdominal”, explicó.
Desde la perspectiva de la señora Mónica Flores, académica
de la Universidad Tecnológica de Valle del Mezquital y esposa de Daniel:
“fueron días muy difíciles pero con el apoyo de los médicos del ISSSTE y de sus
papás de mi esposo salimos adelante. Yo creo que es un milagro que esté aquí”,
refirió emocionada.
El 1 de julio de 2011 Daniel de Jesús fue dado de alta, su
esposa recuerda ese día, “después de ser un hombre gordito luego de esta grave
complicación mi esposo bajó más de 20 kilos, se le veían sus huesos; cuando
salió del Hospital me lo llevé en silla de ruedas, aún pasaron varios meses
para que se pudiera valer por sí mismo y alcanzar su recuperación”.
A la fecha Daniel sigue en vigilancia médica en el Hospital
Bicentenario. Ha logrado una calidad de vida aceptable: se ha reincorporado a
su negocio familiar, ha cambiado sus hábitos de vida y alimentación por un
estilo de vida más saludable y afirma: “Doy gracias a Dios y a los médicos del
Hospital Bicentenario del ISSSTE porque estoy vivo y esta historia la puedo
contar. ¡Quiero ser un ejemplo de vida!”.
De acuerdo al Director del Hospital Bicentenario, René B.
León Ortega, sobrevivir cinco años posteriores al grave cuadro que sufrió el
paciente, su condición actual y el control de las secuelas, hacen de este un
ejemplo emblemático de los beneficios de la medicina social para los 13
millones de derechohabientes que conforman la familia ISSSTE y reiteran el
compromiso por proporcionar servicios con calidad, calidez y humanismo.
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