Muere el artista plástico José Luis Cuevas a los 83 años

Ciudad de México.- El artista plástico mexicano (pintor, dibujante, escritor, grabador, escultor e ilustrador) José Luis Cuevas, considerado el pilar de la Generación de la Ruptura, murió este lunes a la edad de 83 años.

Cuevas es uno de los más destacados representantes del neofigurativismo. Mediante el trabajo con la línea ­de gran ferocidad gestual, desnuda las almas de sus personajes retratando la magnificencia de la degradación humana en el mundo de la prostitución y el despotismo.

Antes de cumplir los 10 años, Cuevas se inscribió como alumno irregular a la Escuela de la Esmeralda; continúa su formación artística en el México City College (ahora llamado Universidad de las Américas Puebla), tomando clases de grabado con Lola Cueto.

Entabló amistad con el poeta y crítico Rafael Squirru dedicándole una serie de serigrafias a su poema "El rey", luego aparecieron en forma de carpeta. Cuevas adquiere notoriedad por sus constantes exposiciones, tanto en Estados Unidos como en México, el resto de Latinoamérica y en Europa, incluso en la Galería Edouar Loeb de París, donde Pablo Picasso compró obra de Cuevas.

Se le atribuye el haber "bautizado" como Zona Rosa al corredor turístico del Paseo de Reforma, como un homenaje y muestra de gran admiración por la artista cubano-mexicana Rosa Carmina, a la que entonces era una importante área de promoción cultural, intelectual y de la moda de la Ciudad de México.

En dicho lugar expuso lo que tituló como "Mural Efímero" en 1967, mismo que vuelve a montar al año siguiente en la Ciudad Universitaria, como muestra de apoyo a los movimientos estudiantiles que se desarrollaron ese año en la Ciudad de México. Cabe agregar que dos años después se manifestó en San Francisco, California, en contra de la guerra de Vietnam, organizando happenings (espectáculos que exigen la participación del público) y elaborando carteles.

Su intención inicial era mostrar la angustia y la soledad del hombre y eligió para ello las escenas que encontró en hospitales y prostíbulos; sus modelos fueron y siguen siendo la prostituta, el pordiosero, el loco y el enfermo. A pesar de la recurrencia de los temas, de Cuevas se puede decir que en su obra existen diferentes variantes protagonizados por seres deformes, bellas imágenes de personajes casi monstruosos.

A mediados de la década de los 50, la obra de Cuevas comienza a ser reconocida por coleccionistas y críticos especializados, entre ellos José Gómez-Sicre, quien lo invita a exponer en la Unión Panamericana (Washington, DC).

Pintor, escritor y político, en su momento se le conoció como el "enfant terrible" (traducido del francés, la expresión sería "niño terrible") de una generación de artistas que se manifestaron contra la expresión del arte arraigada en programas políticos enfocados en alimentar ideas nacionalistas.

De tal postura es célebre su escrito "la cortina del nopal", historia donde critica que la idea de educar a los pueblos mediante el arte no había logrado de ninguna manera su cometido. Su postura no fue sólo un ataque constante contra la cultura oficial, sino también contra la enseñanza académica –motivada por su formación autodidacta- y contra el muralismo, en especial contra la figura de Siqueiros, quien había hecho célebre la frase "no hay más ruta que la nuestra".

Otras facetas del pintor dan a comentar que en teatro elabora la escenografía para la obra "La noche de los asesinos" -que en México es premiada por la crítica especializada-, así como para el "The American Ballet Company" en Estados Unidos; monta junto con Alfonso Arau y el escritor Carlos Monsiváis el espectáculo "El Quid" en 1965. En cine se autointerpreta en la película mexicana "Los amigos".

Han sido diferentes los premios y reconocimientos que Cuevas ha recibido a lo largo de su carrera, por ejemplo, en 1967 la exposición "Rosk 67" lo presenta como uno de los 50 pintores más importantes del momento. Ese mismo año, el New York Times -uno de los más importantes periódicos estadounidenses-, lo ubica entre los más grandes dibujantes del siglo XX.

Entre sus numerosas exposiciones individuales y colectivas se destacan las realizadas en Washington DC (1954), París (1955) y Nueva York (1957).

Ha obtenido, entre otros, los siguientes reconocimientos: Primer Premio Internacional de Dibujo, Bienal de São Paulo (1959), Primer Premio Internacional de Grabado, I Trienal de Nueva Delhi (1968), Premio Nacional de Bellas Artes, por el gobierno de México (1981), Doctor honoris causa por la Universidad Autónoma de Sinaloa (1984), Premio Internacional del Consejo Mundial del Grabado, San Francisco (1984).

Recibió la Orden de Caballero de las Artes y de las Letras de la República Francesa (1991). Fue nombrado Artista de la Ciudad por el Gobierno del Distrito Federal de México, ocasión en que también se inauguró el Museo José Luis Cuevas en 1992.

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