- Durante 28 años formó parte de la planta docente de la Escuela Superior de Música del INBAL
- Lamentan el deceso del compositor Hugo Ignacio Rosales Cruz, director artístico-fundador del Coro Infantil de Bellas Artes y maestro en la Escuela Superior de Música del Instituto desde hace más de 28 años.
Ciudad de México.- La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) lamentan el deceso del compositor Hugo Ignacio Rosales Cruz, director artístico-fundador del Coro Infantil de Bellas Artes y maestro en la Escuela Superior de Música del Instituto desde hace más de 28 años.
Hugo Ignacio Rosales Cruz nació el 9 de diciembre de 1956 en la Ciudad de México. Su pasión por la música electrónica data de los años setenta en la Escuela Nacional de Música.
Fue heredero directo de los pioneros en México de las técnicas de organización del sonido electrónico, una generación de vanguardia que se atrevía a todo en la música. Los compositores Carlos Chávez, Carlos Jiménez Mabarak, Manuel Enríquez, Manuel de Elías, Alicia Urreta, Héctor Quintanar, J. Cuauhtémoc Herrejón, Julio Estrada y el ingeniero Raúl Pavón Sarrelangue, mitad científico y mitad músico, entre otros, son algunos de esos creadores que inauguraron años de locura y fantasía modernista, de sintetizadores monumentales de bulbos que ocupaban cuartos enteros como en las películas del Santo y que, de alguna manera, fueron una especie de génesis de esta revolución tecnológica, irreversible en las artes, en la música y en la vida cotidiana.
El maestro Rosales escribió piezas para guitarra, piano, música de cámara y orquesta sinfónica y, de forma enfática, sus procesos creativos se inclinaban y fortalecían en la interdisciplina. A finales de los setenta inició Cristal de tiempo, una de sus obras emblemáticas que se enriqueció primero en el Taller de Música Electrónica de La Habana con Juan Blanco y que, a través de varios años de investigación y trabajo creativo, derivó en una serie de composiciones con un concepto modular en las que convergen música, poesía, danza, video y expresiones plásticas, tales como Cristal de viento, Cristal de roca, Cristal de agua, Cristal de jade y El real canto de las piedras.
Otras obras en su repertorio son El cuíjaro y Pirámides, para orquesta de cámara; Jimaguas, Tonatiuh (sol mestizo) y El sueño, para orquesta sinfónica, e Himno al maratón, para coro y banda. Su pieza para saxofón Jonás y la ballena, que combina técnicas tradicionales con contemporáneas para expandir a través de los medios electrónicos la belleza de este instrumento, fue seleccionada en 2013 para ser interpretada en el festival World Music Days, en Bélgica. Su música se ha tocado en Cuba, México, Estados Unidos, Argentina, Francia, Italia y Holanda.
Entre sus galardones se encuentran la presea Juventudes Musicales, en Cuba; distinciones del Concurso Nacional de Composición de las Escuelas de Arte y del Ministerio de Cultura de Cuba, del Concurso de Producción Artística Interdisciplinaria de conaculta-cenart, del Primer Concurso Nacional de Composición para Banda Sinfónica convocado por conaculta-fonca-(s.n. de Fomento Musical), y el primer lugar en composición sinfónica del Concurso Nacional Sor Juana Inés de la Cruz convocado por el Gobierno del Estado de México. En 2015, la Sociedad de Autores y Compositores de México (sacm) le otorgó el reconocimiento Trayectoria 25 Años por su carrera como compositor.
El creador mexicano aseguraba que «el signo de nuestro tiempo para los que hacen, tocan o escuchan música debe ser atreverse a todo; eso fue lo que nos enseñaron los pioneros de la música electrónica. Me gusta vivir sin miedo, creándome a mí mismo con todos los sentidos, a cada instante, en música».
Hugo Ignacio Rosales Cruz falleció el 18 de febrero de 2021, en la Ciudad de México.
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