COVID-19: Italia vuelve al confinamiento

• En Italia, casi 42 millones de personas vuelven a confinamiento por aumento del COVID-19
• La variante británica causó que en sitios como Roma y Milán las calles se vean desiertas.

Roma.- Más de cuarenta millones de italianos han vuelto al confinamiento, hasta el 6 de abril en lo que se denomina "la zona roja" por el aumento de casos de COVID-19 por la variante británica. Nueve regiones y la provincia de Trento han cerrado escuelas y comercios no esenciales ante la saturación en hospitales, mientras la vacunación avanza lentamente.

Las nuevas restricciones costarán a la economía italiana cerca de 80 millones di euros (95 millones de dólares) diarios en consumos, según la confederación de comerciantes, Confesercenti.

Mientras Alemania, Francia e Italia también han suspendido de manera preventiva la aplicación de la vacuna de AstraZeneca-Oxford. La OMS y la EMA han señalado que puede seguir administrándose.

--"Se han adoptado las medidas en base a evidencias científicas, los datos requieren precaución", explicó Mario Draghi, al aprobar el viernes su primer confinamiento como jefe de gobierno.

Durante el confinamiento, el gobierno quiere aprovechar para acelerar la campaña de vacunación y superar así la emergencia para poder relanzar la economía, explicó Draghi.

Solo Cerdeña es considerada la "isla feliz", ya que quedó libre de restricciones. Las autoridades locales aplican rígidos protocolos para evitar que el virus se cuele y arruine la temporada de turismo del verano boreal, principal fuente de sustento.

Con 102.000 fallecidos por la pandemia, el Ejecutivo optó por decreto confinar a toda Italia del 3 al 5 de abril, con el fin de blindar los días de fiesta de la Semana Santa.

Unos 6,9 millones de estudiantes deberán estudiar a distancia, cerca de 8 sobre 10, según los cálculos de la página internet Tuttoscuola (Todoescuela) y no se excluye que el número aumente en caso de que los contagios en las regiones en zona naranja (intermedia) aumenten y superen el índice semanal de 250 cada 100.000 habitantes.

Paralelamente, los controles de la Policía fueron multiplicados debido a que en los últimos días se pusieron de moda las fiestas clandestinas de jóvenes en apartamentos arrendados para la ocasión.