Falleció el escultor Jesús Alberto "Chucho" Peraza Menéndez

Fue fiel a sí mismo hasta el último aliento: su hijo Mateo Peraza Villamil

Falleció el escultor Jesús Alberto "Chucho" Peraza Menéndez

  • Yo me hago de los otros, de mi hermano, de mi padre, y de escultores tradicionales mayas, se definía
  • Hombre de izquierda siempre pronunciaba su frase: "Hasta la victoria siempre compañeros!"
  • Abrazaba causas, desde el feminismo pasando por apicultores y todo oprimido hasta conflictos internacionales

Mérida, Yucatán.- Falleció a la edad de 66 años el profesor, sociólogo, escritor, ensayista, ceramista, pintor y escultor Jesús Alberto "Chucho" Peraza Menéndez. Activista social y político de la izquierda trotkskista. Un hombre amante de los libros y del buen vino, cocinero de espagueti a la carbonara y que se sumergía en la música de Silvio Rodríguez, Joaquín Sabina o Carlos Santana.

El artista salvaje, hijo del también extraordinario escultor yucateco Andrés Peraza Ojeda, nacido en Mérida el 25 de abril de 1922, lo mismo defendía a los pescadores o a los artesanos de Dzityá, comisaría de Mérida, donde impartía talleres e intercambiaba experiencias culturales con creadores mayas del Taller de Arte en Piedra.

--“Hago escultura porque trato ser sujeto de mi conciencia, de mi voluntad, de mis deseos, de mi inteligencia, y luego expresarlo de tal manera que otros puedan revelarlo de manera subjetiva. Mis obras hablan por sí solas y a veces mejor que yo”, explicó.

La mayoría de sus obras están creadas con maderas de zapote y cedro; hilo de henequén; y piedras de la región conocidas como conchuela, macedonia, cuarzo y una denominada ‘la roja de Ticul’, así como elabora trabajos en metales.

Abrazaba las causas locales de las feministas, de los campesinos, de los apicultores y de la deforestación por el Tren Maya, lo mismo que escribía sobre temas internacionales. Erta un gran crítico de las estatuas que abundan en la ciudad, como la de Jacinto Canek en la avenida rumbo a Caucel, así como la colocación de las letras "Mérida" en el zócalo.

Su mente la despejaba leyendo. Fue un ávido lector, con una biblioteca de casi 600 títulos.

“El arte es la ruptura, todas las leyes están contenidas en la misma obra, es una obra abierta que se deja a la revelación del otro”. “La soledad del artista y el científico —al igual que sus obras— tarda en ser digerido por las masas”, reflexionó.

“Cuando me preguntan en otras entidades qué tipo de escultura se trabaja en estas tierras, no sé que responderles, justo por ello trabajo con una estética de temple regional, que nace de un espacio definido, y que involucra a una atmósfera. Un libro se hace de otros libros, y yo me hago de los otros, de mi hermano, de mi padre, y de escultores tradicionales mayas”, apuntó.

Participó con su arte en múltiples exposiciones tanto en Mérida como en otras ciudades de México.

Su hija Andrea Guadalupe Peraza Villamil, se despidió de él así en redes sociales:

Hoy tu corazón dejó de latir, pero tu alma está en mi, tu arte, tu fuerza, tu amor. Gracias a todos los que se han comunicado. El maestro Jesús Peraza Menéndez tendrá su homenaje el día de mañana, les iremos avisando con más detalle para los amigos que quieran despedirse y acompañarlo. Hasta la victoria siempre compañeros! Cómo diría mi padre, el escultor, el artista, el abuelo, el fraterno".

Su hijo Mateo Peraza Villamil, esxribió:  · 

Mi viejo, el artista salvaje, partió hoy de este plano bajo la consigna de la revolución permanente, con la V inmortal de victoria que nos arrojó siempre a mí y mi carnala. Donde estuvo dejó una huella concreta, grande, una marca con la forma de la suela de llanta de camión de sus huaraches, los que siempre usó, con los que recorrió el mundo. 

Me empujó a perseguir el arte como rumbo en la vida, aunque todo fuera en contra, a creer e idear más allá de imposiciones, a que la ira es luminosa cuando tiene cauce. Mi viejo vivió en contra de todo y contra todos (quienes lo amamos lo hacemos a ultranza,  como su forma de existir) y fue fiel a sí mismo hasta el último aliento. 

Cuando era morro subíamos las montañas más intrincadas. Y al final, en una altura donde las nubes rozaban la hojarasca, que parecían acariciarnos el rostro, jadeantes, decía viendo hacia el horizonte: Ahí está, chingado, valió la pena la madriza para ver el mundo desde este punto. Hoy sé que valió la pena y que lo valdrá siempre. Su legado son su arte, el ideal de lucha y su espíritu, que nunca frenó para seguir creando. 

Gracias a todxs por sus mensajes.  Mañana le haremos un homenaje a las seis en Capillas funerales.

Reciben el pésame su esposa Leonor Villamil Rodríguez y sus hijos Andrea Guadalupe (Yeya) y Mateo Peraza Villamil y su nieta Natalia, hermano Miguel Peraza Menéndez,y hermanos políticos Jenaro, Iván, Ana Rosa y Gabriel Villamil Rodríguez, entre otros familiares y amistades.

Descanse en paz.

No hay comentarios.

Publicar un comentario

© all rights reserved
Hecho con