Al cumplir 80 años, el Palacio de Bellas Artes es una clase de historia viva: Emilio Chuayffet

  • Los festejos al recinto cultural incluyeron la cancelación de un timbre postal conmemorativo y el estreno de una obra musical encargada para el aniversario
  • Desde hace 80 años, Bellas Artes abrió sus puertas con un equilibrio entre lo nacional y lo universal: Rafael Tovar y de Teresa

México, DF.- Al encabezar los festejos por el 80 aniversario del Palacio de Bellas Artes en representación del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, el Secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet Chemor afirmó que en México la cultura y el arte reconstruyen nuestra unidad nacional, con voluntad permanente.
En una noche histórica en la que fueron recordados grandes artistas mexicanos y extranjeros que han estado presentes en el principal recinto cultural de la República, como Silvestre Revueltas, Diego Rivera, María Callas, Rudolf Nuréyev o Luciano Pavarotti, el titular de la SEP canceló un timbre postal conmemorativo de los 80 años del recinto inaugurado el 29 de septiembre de 1934.
“A ochenta años de su inauguración y más de un siglo del inicio de su edificación, Bellas Artes es una clase de historia viva pues ha albergado a grandes figuras de la música, el teatro, la danza, la ópera, la literatura y las artes visuales”, dijo el responsable de la educación en México después de afirmar que este edificio de mármol blanco es un emblema de la historia y del poder renovador del arte.
La ceremonia cívica fue el preámbulo al Concierto de Gala que ofreció la Orquesta Sinfónica Nacional, el Coro del Teatro de Bellas Artes, el pianista Jorge Federico Osorio y cuatro cantantes solistas del MET de Nueva York, bajo la dirección artística de Carlos Miguel Prieto.
El presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Rafael Tovar y de Teresa, dio la bienvenida al Palacio y recordó que el edificio homenajeado empezó a construirse durante el régimen de Porfirio Díaz y fue concluido al finalizar el movimiento armado de la Revolución.
“Es por eso que vemos concentrado aquí el afán creativo de dos etapas distintas; síntesis lograda en dos momentos estéticos e históricos diferentes. Esto quedó reflejado en la  influencia del Art nouveau con que inició la obra el arquitecto italiano Adamo Boari, y el Art Decó que adoptó el arquitecto Federico Mariscal para finalizar la decoración”, indicó el titular de Conaculta ante un auditorio integrado por directores de teatro, danza, actores, escritores, historiadores, etnólogos y embajadores, entre otros invitados.
“En 1934, con la interpretación del himno nacional, el Palacio de Bellas Artes inició una nueva etapa en la vida cultural de un México distinto. Aquí, hace 80 años, en un equilibrio de lo nacional y lo universal, este escenario se abrió por primera vez a la música con Llamaradas, canto proletario de Carlos Chávez; al teatro con La verdad sospechosa, de Juan Ruiz de Alarcón; al siguiente año con la primera función de danza montada por el Ballet Ruso de Montecarlo, y con la primera función de ópera que se vio en este escenario: Tosca , de Giacomo Puccini”, recordó Tovar y de Teresa, quien fue anfitrión de la celebración, junto a María Cristina García Cepeda, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes.
El encuentro tuvo un desenlace festivo con el Concierto de Gala, dirigido por Carlos Miguel Prieto, el cual inició con el estreno mundial de la pieza llamada Fanfarria y fantasía, comisionada para el 80 aniversario del Palacio de Bellas Artes al compositor mexicano Samuel Zyman. Esta obra, de 12 minutos de duración, inicia de forma celebratoria, con muchos sonidos de metales, para después dar paso a episodios de cuerdas de carácter nostálgico y poco a poco sube en intensidad con vigorosos sonidos de cuerdas hasta alcanzar una conclusión son mucho ritmo y energía, que el público aplaudió de pie.
El concierto tuvo después dos piezas emblemáticas del compositor alemán Ludwig Van Beethoven: Fantasía para piano, coro y orquesta op. 80, que compuso cuando empezaba a padecer problemas de sordera, y por último la Sinfonía número 9 en re menor op. 125, coral. Obra que anunciaba el ocaso de su vida.

Afuera del recinto, también se reunieron cientos de personas a celebrar al Palacio, pues nuevamente los muros del gigantesco edificio blanco sirvieron para proyectar juegos de luces e imágenes de colores que fueron acompañadas con música en el espectáculo llamado Video Mapping, donde se reunieron familias de diferentes edades que se abrigaron contra el frío y humedad que dejó una fuerte lluvia en la noche del 80 aniversario. ACB

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