Resultados de investigaciones realizadas por el doctor Ángel
Polanco Rodríguez, del Centro de Investigaciones Regionales “Doctor Hideyo
Noguchi”, demuestran que en el estado de Yucatán aún se manejan agroquímicos
prohibidos y/o restringidos, en especial, los denominados organoclorados
(compuestos químicos orgánicos que han sido modificados reemplazando algunas de
sus partículas por átomos de cloro).
Los organoclorados conforman un grupo de pesticidas
artificiales desarrollados principalmente para controlar las poblaciones de
insectos plaga. Estos pesticidas, una vez aplicados en actividades agrícolas
pueden subsistir por años o décadas en el aire, en los suelos y en el agua, por
ello se les conoce como “Contaminantes Orgánicos Persistentes” –cop–.
“La llamada revolución verde a nivel internacional usó
grandes cantidades de pesticidas para asegurar la autosuficiencia alimentaria,
sin embargo, actualmente se están pagando costos muy altos en materia de salud
pública y medio ambiente”, informa el doctor Polanco Rodríguez, quien es
investigador de la Universidad Autónoma de Yucatán, UADY.
Estos pesticidas son productos sintéticos que imitan las
funciones de las hormonas naturales del ser humano, y pueden entrar al cuerpo a
través del agua que se bebe, los alimentos que se consumen, por vía cutánea o
por inhalación, acumulándose en el tejido graso.
Al empezar a actuar en el ser humano, inician un proceso
químico-biológico que va suplantando la acción natural de las hormonas,
interfiriendo en su producción, liberación, transporte y unión a receptores
específicos, bloqueando la acción hormonal natural, y predisponiendo al
desarrollo de procesos cancerígenos. Estas alteraciones pueden desarrollar
problemas de salud pública como cáncer cervicouterino o mamario, malformaciones
congénitas, muerte fetal o infantil.
Lo anterior, asegura el investigador, está ampliamente
reportado en la literatura científica internacional y en diversas entidades
como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Agencia de Protección
Ambiental de Estados Unidos (EPA por sus siglas en inglés), así como por
diversos centros e institutos internacionales de investigación sobre el cáncer
y enfermedades asociadas a estos contaminantes.
“En Yucatán, el cáncer cervicouterino y el de mama han
ocupado el primero y segundo lugar como causa de muerte en mujeres mayores de
25 años; las tasas de mortalidad de estas enfermedades han estado por arriba de
la media nacional y en los primeros sitios del país. Estas enfermedades pueden
estar relacionadas con el uso de los pesticidas organoclorados”, advierte el
investigador.
Con el objetivo de buscar soluciones a estos problemas de
salud pública, el doctor Ángel Polanco Rodríguez realiza un trabajo científico
monitoreando los niveles de pesticidas en sangre y leche materna. En un estudio
concluido el año pasado y con apoyo del Conacyt, a partir de una muestra de 132
casos de mujeres con cáncer, el equipo de investigadores realizó pruebas
sanguíneas a 70 mujeres enfermas en los municipios de más alta prevalencia de
Yucatán.
Los resultados de sangre mostraron 94% de positividad a
residuos de pesticidas y 53% tuvo concentraciones por arriba de los límites
máximos permitidos, según las normas oficiales. El análisis de leche materna de
32 muestras de mujeres reveló 100% de positividad a residuos de pesticidas y
97% por arriba de los límites máximos permitidos.
En otra línea de investigación, el doctor Polanco Rodríguez
analiza y evalúa la presencia de este tipo de pesticidas en el agua del anillo
de cenotes de 11 municipios de Yucatán. Las investigaciones aportarán nuevo
conocimiento que informe a la sociedad y a las autoridades si existe presencia
de este tipo de pesticidas en esos lugares.
Los trabajos científicos cubren un total de 29 municipios de
áreas rurales del estado de Yucatán. “Cabe resaltar que estos estudios han sido
posibles gracias al financiamiento del Consejo Nacional de Ciencia y
Tecnología, Conacyt”, afirma el Químico Biólogo Bromatólogo Ángel Polanco,
quien tiene una maestría en Manejo y Conservación de Recursos Naturales
Tropicales en el campus de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la UADY.
El proyecto de investigación advierte que, en Yucatán, el
uso de estos plaguicidas es frecuente en la producción de chile habanero,
papaya, frijol, calabaza, tomate, pepino, sandía, melón, maíz y cítricos, entre
otros.
“Los agroquímicos organoclorados que se han detectado y que
presentan alto riesgo para la salud son: ddt, aldrín, endrín, dieldrín,
endosulfán i, endosulfán ii, heptacloro, alfa lindano, beta lindano, gama
lindano y delta lindano”, concluye el investigador. Su correo electrónico:
polanco07@gmail.com y angel@uady.mx

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