Construido con las técnicas de ingeniería militar más adelantados
de su época, como un sistema de defensa de las embarcaciones que arribaban al
puerto —el más importante del Pacífico novohispano—, el baluarte es sede, desde
el 24 de abril de 1986, del Museo Histórico de Acapulco “Fuerte de San Diego”,
el cual ha preparado una serie de actividades conmemorativas al bicentenario de
dicho triunfo insurgente.
Este martes 20 de agosto, se inaugurará la exposición La
Toma del Fuerte de San Diego y el Primer Congreso de Anáhuac, y se realizará un
acto protocolario encabezado por autoridades del gobierno del estado de
Guerrero, en el que se hará el izamiento de la bandera Azul y Blanco del
ejército Insurgente y la develación de una placa conmemorativa.
El director del Museo Histórico de Acapulco, Víctor Hugo
Jasso, explicó que la toma de esta fortaleza fue la hazaña más importante de
Morelos y Pavón en el sur del país, pues ahí se encontraba el comandante en
jefe de las fuerzas realistas, Pedro Antonio Vélez, a quién logró vencer luego
de tres meses de mantenerlo sitiado.
El también museógrafo del Instituto Nacional de Antropología
e Historia (INAH), recordó que el 20 de agosto de 1813 la fortaleza fue
entregada a los insurgentes y Morelos expresó “Viva España hermana, no
dominadora de América”. Finalmente, el fuerte había sido tomado, tres años
después de haberlo intentado reiteradamente.
Jasso indicó que el objetivo de controlar el puerto de
Acapulco tuvo su origen en 1810, cuando José María Morelos se entrevistó con
Miguel Hidalgo, quien lo nombró su lugarteniente para que levantara tropas en
la costa del sur.
La importancia de Acapulco en este contexto se debía
primeramente a la magnífica posición geográfica del puerto, que lo convirtió en
el más importante y poderoso del Pacífico novohispano. Su condición de destino
final de la ruta de Filipinas le daba además una importancia comercial que hizo
que desde un periodo muy temprano los insurgentes decidieran tratar de
controlarlo.
La toma del Fuerte de San Diego no sólo marcó el triunfo
insurgente sobre los realistas, sino además el fin de la ruta comercial del
Galeón de Manila que duró más de 250 años. Asimismo, este suceso significó el
preámbulo para la creación del Congreso de Anáhuac, el 14 de septiembre de
1813.
Sobre la muestra que se exhibirá en la Sala de Exposiciones
Temporales del Museo Histórico de
Acapulco, titulada La Toma del Fuerte de San Diego y el Primer Congreso de
Anáhuac, la curadora Martha Vela dijo que reúne cerca de 50 piezas.
Entre ellas se encuentran los facsimilares de documentos
históricos, como Sentimientos de la Nación, Proclamación de la Abolición de la
Esclavitud, Acta Solemne de la Declaración de la Independencia de la América
Septentrional y la Constitución de Apatzingán.
Otras de las piezas que se incluyen en la muestra son la
reproducción de periódicos insurgentes, una casulla original de José María
Morelos y Pavón (bordada con hilos de plata), una réplica del estandarte de la
Virgen de Guadalupe, uniformes de los ejércitos realista e insurgente, espadas,
bayonetas, cañones y pistolas, además de varias pinturas al óleo.
La exposición estará organizada en cinco temas: Los
Antecedentes de la Guerra de Independencia, La Guerra de Independencia, Morelos
y la Revolución en el sur, La junta de Zitácuaro y El Primer Congreso de
Anáhuac.
El Museo Histórico de Acapulco “Fuerte de San Diego” se
alberga en dicha fortificación del siglo XVIII, declarada Monumento Histórico,
el más importante del puerto de Acapulco. Cuenta con 13 salas en las que a
través de piezas arqueológicas e históricas se da cuenta del devenir de la
región.
El recinto se ubica en calle de Hornitos y Morelos s/n,
Centro de Acapulco, Guerrero. Horario: martes a domingo de 9:00 a 18:00 horas.
Costo de entrada: 46 pesos, acceso es gratuito a estudiantes con
credencial y personas de la tercera
edad.
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