México,
DF.- José Agustín (Acapulco, Guerrero, 19 de agosto, 1944) es uno de los
escritores mexicanos que a más temprana edad reveló su talento y sorprendió por
la solidez de su estructura narrativa, la perfecta descripción de sus
personajes y sus historias. A los 20 años publicó su primera novela, La tumba
(1964), y a los 22 años la segunda, De perfil (1966). Desde entonces sucesivas
generaciones se han identificado con sus títulos, y a quienes abren sus páginas
los ganan en definitiva para la lectura.
En sus
novelas, José Agustín aborda con frecuencia historias en las que los personajes
se hallan inmersos en el mundo de las drogas y los excesos, o bien viven o
expresan los temas que inquietan al escritor, como la vida desenfadada, la ecología, el esoterismo, la revolución
sexual. Él mismo ha descrito sus textos como una literatura sobre la juventud.
“La realidad es tema principal, lo que más interesa abordar en mis historias.
Cada uno de los títulos que he publicado la abordan desde diferentes
perspectivas, lo cual me parece es la razón por la cual mi trabajo está
presente entre el público lector”, señaló en entrevista con Conaculta.
José
Agustín trabaja actualmente en la novela La locura de Dios, “que es la historia
de un hombre que primero le va muy bien en la vida, tiene una esposa y una
familia bonita, vive sin problemas de dinero, pero de pronto comienza a perderlo
todo; sus amigos intentan ayudarle, pues le preguntan qué pasó, por qué de
pronto ha perdido todo. Incluso le proponen que le pida perdón a Dios, pero él
les responde que no tiene por qué hacerlo.
“Esta obra
ya debería haberla entregado pero hace unos años tuve un accidente en Puebla
que literalmente me arrancó la pluma de la mano, pero ya estoy mejor y lo he
retomado, así que espero a principios del año próximo esté terminado, que
llegué a las librerías”.
Uno de los
proyectos más recientes de José Agustín es la trilogía conformada por los
libros Vida con mi viuda, Arma Blanca y La llave de la carretera. “La
característica que tienen en común estas novelas, aunque son totalmente
distintas una de la otra es que todas tienen como protagonistas centrales a
mujeres muy fuertes y tienen un final trágico”.
José
Agustín Ramírez Gómez realizó estudios de letras clásicas en la Facultad de
Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de
dirección cinematográfica en el Centro Universitario de Estudios
Cinematográficos (CUEC / UNAM), y de composición dramática en el Instituto
Nacional de Bellas Artes (INBA) y en la Asociación Nacional de Actores (ANDA).
Participó en el taller literario de Juan José Arreola. Ha sido guionista de cine,
traductor, dramaturgo y crítico de rock, género musical del cual abreva
constantemente para su creación literaria.
Después de
sus dos primeras novelas les siguieron Se está haciendo tarde (final en laguna)
(1973), El rey se acerca a su templo (1978), Ciudades desiertas (1982, Premio
de Narrativa Colima de 1983), Cerca del fuego (1986), La panza del Tepozteco
(1992) y Dos horas de sol (1994, Premio Dos océanos otorgado por el Festival
Internacional de Biarritz, Cine y Cultura de América Latina (1995).
“Me siento
muy afortunado porque desde los años ochenta he podido vivir de mis regalías,
nunca ha decrecido esta situación, lo cual me tiene muy contento porque eso
quiere decir que puedo vivir de mis libros. Aunque conozco poco sobre los
nuevos medios de difusión de los libros, como el formato de e-book, considero
que cualquier intento por realizar la difusión del libro debe ser festejado, es
muy bueno que existan”.
De hecho,
la mayoría de los títulos de José Agustín están disponibles en este formato
–entre éstos La tumba, De perfil e Inventando que sueño-, con lo cual establece
un vínculo con las nuevas generaciones de lectores de su obra, quienes
descubrirán con el mismo entusiasmo que sus predecesores las historias de este
autor.
Entre sus
relatos más conocidos se encuentra Inventando que sueño (1968), Amor del bueno,
juegos de los puntos de vista (1987) y No hay censura (1988); así como los
ensayos La nueva música clásica (1969), El hotel de los corazones solitarios
(1999) y La contracultura en México (1996); y las crónicas Contra la corriente
(1991) y Tragicomedia mexicana. La vida en México de 1940-1994 (3 tomos, Planeta).
“Desde que
me encomendaron el trabajo de la Tragicomedia mexicana, a finales de los años
ochenta, me he visto obligado a reunir pilas de tarjetas, de recortes y de
información que me da mucha gente, textos que fueron referencias básicas para
ir completando aquella labor, que si bien concluyó hace ya algún tiempo, aún
sigo compilando nuevo información. Además de que siempre he procurado que en mi
producción se reflejen las lecturas que realizó.
“De este
modo me mantengo al día sobre los autores que se incorporan a la literatura
mexicana, que si bien le ha costado mucho trabajo y tiempo consolidarse,
considero que atraviesa por un momento muy bueno con un crecimiento
interesante, fruto de ese esfuerzo. Así que la sigo de la mejor manera que
puedo, y aunque desde luego leo constantemente a nuevos autores, no es una meta
para mí calificar su desempeño”.
Respecto
del tema que ha sido su pasión desde los primeros años de juventud, expresó:
“La música me gusta por lo que representa. No me interesa tanto el formato y el
dispositivo en que se reproduzca. Dos de mis hijos son muy rockerotes y ellos
me mantienen al día con los grupos que van apareciendo. Recientemente me
hicieron conocer la música de los escoceses de Snow patrol, así que los he
estado escuchando con frecuencia”.
El teatro
es otro de los géneros en los que ha incursionado, con textos como Los
atardeceres privilegiados de la Prepa 6 (estrenada en 1970), Abolición de la
propiedad (1969) de la que se realizó una versión fílmica en el 2011, y Círculo
vicioso (premio Juan Ruiz de Alarcón, estrenada en 1974). En televisión
dirigió y condujo el programa Letras vivas (1985-1988).
Para cine
escribió guiones como Cinco de chocolate y uno de fresa (1967) y Alguien nos
quiere matar (1969), ambas dirigidas por Carlos Velo. Posteriormente, escribió
y dirigió Ya sé quién eres / Te he estado observando (1970), el que ha sido su
único largometraje. Colaboró en los guiones de varios cortometrajes y en los de
las películas El apando (Felipe Cazals, 1975), El año de la peste (Felipe
Cazals, 1978), Amor a la vuelta de la esquina ( Alberto Cortés, 1985), Ciudad
de ciegos (Alberto Cortés, 1990) y La viuda de Montiel (Miguel Littín, 1979). (Especial
Conaculta)
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