- Aunque no hay cifras exactas, este trastorno es cinco veces más común en hombres que en mujeres.
- La Asociación Asperger México ofrece un Diplomado en Terapéutica del SA dirigido a profesionales de la salud y educadores para fomentar la detección y el tratamiento adecuados, así como la inclusión de las personas con esta condición.
México DF.- El pintor renacentista Miguel Ángel, el físico
Albert Einstein y el empresario Bill Gates son algunos ejemplos de mentes
brillantes que se han caracterizado por su alto coeficiente intelectual y gran
pasión por su profesión. Sin embargo, la genialidad de estos personajes se debe
a un trastorno que por sus características puede pasar inadvertido para la
sociedad y que afecta el desarrollo integral de las personas: el Síndrome de
Asperger (SA).
Según el Dr. Carlos
Marcín Salazar, Coordinador de la Red de Servicios Asperger México, se trata de
un trastorno neurobiológico que se presume de origen genético con el que los
niños desarrollan una inteligencia superior y paradójicamente presentan
dificultad para adaptarse o seguir las reglas sociales.
De esta manera se
puede partir de tres ejes fundamentales que sirven como indicadores a padres,
maestros y especialistas para diagnosticar a un niño con SA: alteración del
desarrollo de la interacción social recíproca; alteración de la comunicación
verbal y no verbal; repertorio restringido de intereses y comportamientos,
además de las importantes dificultades en el procesamiento sensorial (audición,
tacto y gusto).
Estas características
se presentan en intensidad y combinación diferente en cada persona que presenta
el síndrome, por lo que cada caso es único y requiere de una aproximación
terapéutica específica. En ocasiones, se
pueden presentar otros trastornos que complican su diagnóstico.
Generalmente esta sintomatología se descubre entre los tres
y los seis años de edad, cuando los padres comienzan a detectar que el
comportamiento de sus hijos no es típico, es decir, que son niños especiales
que piensan, sienten y viven el mundo que les rodea de manera diferente.
Al ser una condición difícil de reconocer, los pequeños con
este trastorno pueden ser catalogados tanto en el hogar como en la escuela como
hiperactivos, desobedientes, dominantes, imperativos y demandantes.
“El SA forma parte del espectro autista, pero permite, a
quienes lo tienen, pasar por alguien relativamente normal en sociedad. Estos
chicos sí establecen una forma de interacción y tienen una buena comunicación y
lenguaje, sólo que no comprenden cómo establecer relaciones interpersonales”,
indicó el también psicólogo.
La incidencia del Asperger es desconocida y es cinco veces
más común en hombres que en mujeres, además de existir un número significativo
de individuos sin diagnosticar en el mundo. De acuerdo con datos de los Centros
para el Control y la Prevención de
Enfermedades de los Estados Unidos (CDC), 1 de cada 88 niños ha sido
identificado con un trastorno del espectro autista (TEA).
Este trastorno puede tener variantes que intervienen en las
alteraciones del desarrollo, ya que existe la posibilidad de que estén en
combinación con un factor medioambiental y su expresión es muy amplia,
haciéndolo difícil de reconocer o de confundir con el autismo de alto
funcionamiento.
A nivel social, la dificultad es que no se relacionan porque
no entienden el contexto, tienen lenguaje pedante porque son muy literales, es
decir, no entienden segundas intenciones o bromas, hablan en tercera persona.
Son muy reservadas, vulnerables, ingenuas, nobles y no son agresivos, afirma la
Dra. Carolina Campos, cofundadora de la asociación civil Asperger México.
Lo anterior tiene un gran impacto en los aspectos económico,
psicológico y social de las familias de los niños con este síndrome, pues además
de sufrir el conflicto de cómo educar a sus hijos con SA, los padres deben
aprender a mantener una buena relación en su núcleo familiar y pagar un alto
costo por diagnósticos, cursos y terapias, el cual implica un gasto mensual de
entre 8 mil y 12 mil pesos.
Afortunadamente, las personas con esta condición que son
detectadas a temprana edad tienen altas posibilidades de ser funcionales
socialmente. Para esto requiere un plan terapéutico integral diseñado por un
especialista en el síndrome que trabaje las áreas que la persona necesita
desarrollar, esperando una evolución de acuerdo al grado de manifestación del
síndrome en la persona, afirmó la psicóloga clínica.
Además, resaltó la
necesidad de ser tolerantes, abrazar las diferencias y sacar cosas positivas de
esta condición, y ver más allá todo lo que estas mentes brillantes puede
aportar a la sociedad como su inteligencia, la bondad, la aceptación de las
cosas y las personas como son.
Así, el enorme
desafío que representa para quienes sufren esta condición es “ser aceptados por
los demás” y que ésta no se vea como una discapacidad, sino como una diferencia
en la forma de enfrentar el mundo.
En ese sentido,
Verónica Treviño, Presidenta de la Asociación Asperger México, enfatizó la
importancia de dar apoyo tanto a quienes tienen este trastorno como a sus
familias en las áreas terapéutica, escolar, familiar y social, con el objetivo
de facilitar su proceso de integración a la sociedad, de fomentar su bienestar
y funcionalidad en todas las etapas de su vida y principalmente hacerles saber
que no están solos.
Por tal motivo, como un espacio para concientizar a
especialistas que atienden las necesidades de las personas con este trastorno
en México, la Asociación invita el próximo 27 de septiembre a profesionales de
la salud y de la educación a participar en un Diplomado en Terapéutica del
Síndrome de Asperger con el fin de profundizar en el conocimiento, diagnóstico
oportuno y tratamiento adecuado, ya que esta condición se ha vuelto un problema
de salud pública que necesita atención en la población infantil.
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