México, DF.- La reinserción social es un objetivo imposible
bajo las actuales condiciones de sobrepoblación y corrupción que ahogan al
sistema penitenciario nacional, señala la senadora Angélica de la Peña Gómez.
Lo anterior, en el
marco de varias visitas de trabajo a diversos centros penitenciarios federales
y estatales en el país que integrantes de la Comisión de Derechos Humanos de la
Cámara de Senadores comenzaron con recorridos en la Penitenciaría y en el
Centro de Reclusión Femenil de Santa Martha Acatitla, en el Distrito Federal.
Durante el recorrido se constató que la población existente
en la Penitenciaría es de 2802 internos, cifra que excede más de tres veces la
capacidad máxima para el que fue construido el centro (800 internos).
En el Centro Femenil de Readaptación Social, la situación no
es menos complicada para las1684 internas, quienes además de la pena que les ha
sido impuesta, deben enfrentar agresiones y violaciones a sus derechos humanos
en razón de su condición de género.
“Hacinamiento; servicios médicos deficientes; deplorables
condiciones materiales e higiénicas de los dormitorios y comedores; personal de
seguridad y custodia insuficiente y mal capacitado, entre muchos otros factores
negativos, son las consecuencias naturales de la sobre población”, denuncia la
senadora.
En este contexto, y con un incipiente proceso de elaboración
y análisis de una nueva ley de ejecución penal que buscará ajustar a los
estándares más altos en materia de derechos humanos la realidad al interior de
los centros de reclusión, la senadora De la Peña considera indispensable que
los integrantes de comisión conozcan de primera mano y en voz de las y los
reclusos, las condiciones reales que prevalecen y que en los hechos se
convierten en el principal obstáculo para la reinserción social de las personas
privadas de su libertad.
“Se ha pretendido abatir los altos índices de criminalidad
aumentando la duración de las condenas y sumando penas por diversos delitos, lo
cual resulta en sentencias muy largas que llevan a las personas a no tener
incentivo alguna para trabajar en su proceso de reinserción a la sociedad. Hay
sentencias de hasta 200 y 500 años de prisión.”
Por otro lado, a nivel federal, más del 90 % de la población
sentenciada tiene una condena promedio de 15 años. Lo anterior significa que en
15 años recuperarán su libertad más de 200 mil personas que estarán profundamente resentidas por los
abusos y vejaciones sufridos durante su estancia en la prisión.
"Este es el tamaño del reto que tenemos en frente.
Garantizar el elemental respeto a los derechos humanos de las personas privadas
de su libertad es una obligación del Estado y una inversión que tiene como
objeto proteger a la sociedad".
La corrupción se encuentra en todos los ámbitos al interior
de la Penitenciaría y en el Centro
Femenil de Readaptación Social de Santa Martha Acatitla, registrándose cobros
por parte de los custodios para protección, asignación de estancia y plancha para
dormir, pase de lista, mantenimiento de los dormitorios, alimentos, servicio
médico, servicio de áreas técnicas, medicamentos, uso de teléfono, visitas, por
acceso a actividades laborales, educativas y deportivas, por no realizar
labores de limpieza y por no cumplir una sanción administrativa.
“Es obvio que los derechos humanos no son respetados en
ningún momento. La actual política es una política de castigo, de violencia,
no de reinserción social.”
Las autoridades han sido rebasadas por los fenómenos de
sobrepoblación y corrupción, dejando de lado la aplicación de normas nacionales
e internacionales, incluso permitiendo el cogobierno con los internos, por lo
que resulta urgente legislar en materia de ejecución penal, apunta la senadora,
y agrega “debemos favorecer penas alternativas a la privación de la libertad,
establecer un programa integral de pre liberaciones y redefinir la concepción
que se tiene de la reinserción social.”
Las visitas a los centros penitenciarios federales
(Ceferesos) y centros estatales (Ceresos) continuarán realizándose
conjuntamente con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, pues para la
Comisión de Derechos Humanos del Senado de la República la aprobación de una
ley que ponga orden y garantice el respeto a los derechos humanos al interior
de los centros penitenciarios es un asunto de la más alta prioridad.
Finalmente, la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos
expresa su mejor disposición de contribuir en el mejoramiento de las
instituciones públicas, a efecto de
promover, conforme a su mandato, el respeto, difusión y observancia de los derechos humanos, de
acuerdo a la aspiración contenida en la Constitución Política.
No hay comentarios.
Publicar un comentario