- México tiene calificaciones bajas respecto a colaboración entre universidades y empresas: OCDE
México, DF.- El Pleno camaral aprobó por unanimidad de 399
votos una adición al artículo 2 de la Ley Orgánica del Consejo Nacional de
Ciencia y Tecnología (Conacyt) para que esta instancia vincule a los
investigadores del país con el Sistema Educativo Nacional y las organizaciones
de la sociedad civil, a fin de fortalecer la formación de los educadores en
ciencia y tecnología.
El dictamen, presentado por las Comisiones de Educación
Pública y Servicios Educativos, y de Ciencia y Tecnología, precisa que el
Conacyt debe emprender acciones para fomentar y fortalecer las actividades de
divulgación científica entre esos actores.
Refiere que en México existe una evidente desvinculación
entre los docentes de educación básica y los investigadores, en lo que respecta
a intercambio de estrategias que generen una cultura científica en los alumnos.
En la fundamentación del dictamen, la diputada Dora María
Guadalupe Talamante Lemas (Nueva Alianza), aseguró que, según la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los emprendedores de
nuestro país califican a las instituciones científicas con 3.5 puntos, de 7
posibles, y la colaboración de universidades y empresas con tan sólo 3 puntos.
En cambio, las calificaciones de Estados Unidos son de 5 y
6.5 puntos, respectivamente. “México cuenta con un amplio rezago en materia de
ciencia y tecnología, reflejado en la baja competitividad a nivel
internacional”, enfatizó.
Sostuvo que el elemento fundamental entre ciencia y
desarrollo, lo constituye el capital humano, pues la solidez de este vínculo
depende de la interacción entre educación e investigación.
“La educación como un proceso de aprendizaje y la
investigación como un proceso de formación y adaptación de conocimientos, a fin
de incrementar el número de investigadores que el país necesita”, detalla.
Estimó que el conocimiento científico y las actitudes
tecnológicas en la sociedad aumentan la productividad y contribuyen al
bienestar social, además de que su divulgación es un instrumento muy importante
para la educación no formal y formal.
Talamante Lemas dijo que las comisiones encargadas de dictaminar
la propuesta reconocen que la ciencia y la tecnología son aspectos de gran
importancia para el desarrollo económico del país, y deben estar al alcance del
público en general.
A su parecer, los estudiantes del Sistema Educativo Nacional
“deben conocer y entender la importancia y el impacto que genera el desarrollo
científico y tecnológico, por lo que es tarea del Estado promover y apoyar a la
investigación científica y tecnológica en la educación básica, media superior,
superior y especial del país”.
“Es necesario que se fortalezcan, en todos los niveles
educativos, la creación y formación del conocimiento científico y tecnológico,
al mismo tiempo que se promuevan a otros sectores del país como parte de su
cultura”, planteó la legisladora.
En la manifestación de posicionamientos, el diputado Rubén
Benjamín Félix Hays (Nueva Alianza) detalló que en México sólo 23 de 175
universidades concentraron en el 2011 el 85 por ciento de la producción
científica, generando nueve mil 913 artículos de investigación, es decir, 87
por cada millón de habitantes en el país.
Esto, dijo, nos colocó en la tercera posición de los países
de Iberoamérica, lejos de Brasil, que triplicó esta cifra, y de España, que la
cuadriplicó. Por otra parte, continuó, a julio de 2012 se dieron seis mil 806
patentes, lo que representa 62 por millón de habitantes, sin considerar que
sólo 172 fueron de nacionalidad mexicana.
“Esto nos permite refrendar lo que los expertos señalan: que
para que el conocimiento científico y tecnológico genere sentido en la
sociedad, no existe mejor época que durante el proceso formativo”, sostuvo.
Por su parte, Nelly del Carmen Vargas Perez (MC) destacó que
en México sólo invierte 0.4 por ciento del PIB en ciencia y tecnología, lo que
representa que por cada mil habitantes haya un científico, mientras que en
países como España son más de tres.
Consideró indispensable otorgar más recursos para la
ciencia, ya que lo ideal, recomendado por la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), es de al menos 1
por ciento del Producto Interno Bruto.
En su turno en la tribuna, Héctor Hugo Roblero Gordillo (PT)
coincidió en que los conocimientos adquiridos propician el aumento de la
productividad y contribuyen al bienestar social, por lo que resulta
indispensable fortalecer y vincular todos los niveles educativos en tal
sentido.
Con estas enmiendas, sostuvo, “se pretende que los
estudiantes del Sistema Educativo Nacional conozcan y entiendan la importancia
que genera el desarrollo, por lo que el Estado debe asumir la promoción y el
apoyo financiero a la investigación científica y tecnológica en todos los
niveles de la educación”.
Por parte del PRD, Andrés Martínez Rojas refirió que en
Inglaterra existen cadenas de televisión que producen documentales de
divulgación de ciencia y tecnología, con lo que fomentan y retroalimentan el
interés por estos temas. Eso, finalmente, conduce al desarrollo científico y
tecnológico y, por ende, al desarrollo económico de estos países, comentó.
“No es el caso de México, donde vemos una ausencia casi
total de divulgación científica y tecnológica en medios de comunicación. En
estos aparece la ciencia y la tecnología únicamente como una nota curiosa, pero
no se profundiza en el impacto que tiene precisamente la ciencia y la
tecnología; no hay una producción de su divulgación”, señaló.
Dijo que en los países desarrollados, y por lo tanto con
economías de punta, hay una relación muy estrecha con la divulgación
científica, es decir, cumple un papel muy importante.
Por último, José Enrique Reina Lizárraga, de Acción
Nacional, explicó que su grupo parlamentario respalda el dictamen, ya que la
participación social de la ciencia y la tecnología debe ser pensada y
estructurada por diferentes actores, a fin de permitir y posibilitar que la
sociedad incorpore a su quehacer un conocimiento fundamentado en estas
materias.
Consideró que esta reforma va de acuerdo a la construcción
de una educación de calidad, pues las acciones que plantea favorecerán la
alfabetización científica y posibilitarán una oferta suficiente y pertinente de
productos de divulgación, hechos con la certeza de que se convertirán en
eficientes antídotos en contra de la exclusión, la marginación y la ignorancia.
“En una sociedad democrática, comprender el trabajo de los
científicos posibilita a las personas a una mayor y mejor participación en las
decisiones sobre cómo resolver los problemas sociales. En este sentido, la
divulgación científica se constituye en una forma alterna de educar que contribuye
indiscutiblemente a desplazar las ideas erróneas que se originan por la
desinformación”, concluyó.
El proyecto de decreto que adiciona el artículo 2 de la Ley
Orgánica del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, en materia de
divulgación de la ciencia y la tecnología, fue turnado al Ejecutivo federal
para sus efectos constitucionales.
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