Brasil.- El reloj marcaba las 19:28 hora local. El memorable
duelo entre Alemania y Brasil correspondiente a las semifinales de la Copa
Mundial de la FIFA 2014™ había acabado hacía un rato, pero el Estadio Mineirão
de Belo Horizonte no estaba en silencio. Miles de aficionados alemanes se
habían juntado detrás de una portería, y cantaban con tal entusiasmo que se les
oía claramente incluso entre los pasillos del recinto. "¡Queremos ver al
equipo!", coreaban.
Deseaban volver a admirar a sus héroes, a los jugadores que
acababan de hacer historia. Ya en el descanso, los hinchas brasileños no eran
los únicos que se miraban incrédulos por lo que estaba sucediendo en el terreno
de juego.
Con 0-5 en el minuto 29 y el conjunto anfitrión —el más
laureado en la Copa Mundial— contra las cuerdas, los seguidores alemanes se
frotaban los ojos con la certeza de que algún día hablarán de este partido a
sus bisnietos.
Mueller vuelve a ejercer de abrelatas
"Esto es indescriptible", dijo Thomas Müller al
micrófono de FIFA. El alemán intentaba expresar lo que sentía después de
semejante exhibición, sin perder nunca la sonrisa. "Es cierto que hemos
salido muy enchufados. Cuando uno se va al descanso con cinco goles a favor
contra Brasil, y en Brasil, está claro que es algo especial. No nos lo
esperábamos. Teníamos esperanzas de crear alguna que otra ocasión de gol,
porque Brasil también tiene sus bazas en ataque. Ahora tendremos que asimilar
lo que hemos conseguido y, a continuación, concentrarnos en la final. Queremos
levantar la copa, y haremos todo lo posible por conquistarla".
Mueller volvió a ser el responsable de abrir el marcador
también contra la Seleçao, algo que ya ha logrado tres veces en lo que va de
campeonato. "Brasil se quedó en estado de shock después del 0-2. La
presión por jugar en casa, ante tantísimos espectadores, era enorme. Ha habido
un momento en que me han dado incluso un poco de pena, porque son grandísimos
jugadores y no merecían una derrota así. Estas historias sólo las escribe el
fútbol".
La lista de momentos históricos que ha deparado este partido
es asombrosa: se trata de la mayor derrota de Brasil de todos los tiempos, la
mayor victoria en una semifinal de la Copa Mundial y el gol número 2000 del
combinado alemán. Y se podrían contar innumerables anécdotas de lo acontecido a
lo largo de los 90 minutos de juego.
"¡Para quitarse el sombrero, Miroslav Klose!"
"No hay que destacar a nadie. Lo que me ha gustado es
que el equipo ha sacado a relucir sus cualidades: concentración en defensa y
contragolpes rápidos. Mis hombres siempre se han creído capaces de ganar este
partido", declaró Joachim Loew, visiblemente orgulloso, a FIFA.
"Después del primer gol, o quizá del segundo, Brasil se ha quedado
noqueado y ha perdido un poco la tranquilidad y la seguridad defensiva. Quería
remontar y se ha encontrado con tres o cuatro contraataques nuestros que han
sido letales".
La guinda la puso el 16º gol de Miroslav Klose en la Copa
Mundial, el que a su vez subió el 0-2 al luminoso. De este modo, el delantero
de 36 años superó la marca del brasileño Ronaldo, presente en el estadio, e
inscribió su nombre con letras doradas en la historia del fútbol. "Esto
demuestra que su trayectoria es extraordinaria. Me alegro sobre todo por
él", señaló Loew. Y el Presidente de la FIFA Blatter lo felicitó a través
de Twitter: "¡Para quitarse el sombrero, Miroslav Klose!"
El homenajeado, en cambio, se mostró humilde a FIFA.com. El
récord está bien, pero "todavía tenemos un gran objetivo por delante como
equipo. Uno no vive algo así todos los días. No es fácil ofrecer este nivel en
una semifinal de un Mundial".
Un hueco en los libros de historia
A Klose no le gusta ser el centro de atención, como demostró
una vez más al regresar al césped acompañado de Andreas Koepke, entrenador de
porteros, para celebrar el triunfo con su afición. Cinco, cuatro, tres, dos,
uno... Y el público volvía a hacer la ola —o parte de ella— en un estadio en el
que solamente quedaban los alemanes.
Del mismo modo que los cánticos triunfales de los seguidores
germanos resonaban en las paredes del estadio, este encuentro también quedará
grabado para siempre en la historia del fútbol mundial, independientemente de
que Klose insista en que "todavía tenemos que ganar un partido". La
cita será el próximo domingo 13 de julio en el Maracaná de Río de Janeiro.
(Fifa.com)
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