- Homenajearán a la nieta de Alfonso Reyes el violinista Raúl López, el escritor Gerardo Solano y el actor Luis Curiel
México, DF:- La poeta, narradora y ensayista Alicia Reyes
celebra su cumpleaños 75 en plenitud, con nuevos proyectos y comprometida con
la labor de proteger y difundir el legado de su abuelo, Alfonso Reyes
(1889-1959), como lo ha hecho por más de cuatro décadas.
Como parte de los festejos, cinco artistas darán lectura a
su poema América mía, escrito en 1971, en un evento que se llevará a cabo este
sábado 13 de junio a las 18:00 horas en la Capilla Alfonsina.
En el homenaje se contará con música del Dueto FM, integrado
por Marilú Zanella y Fernando Salazar, mientras que para la declamación y
dramatización del poema participarán el violinista Raúl López, el escritor
Gerardo Solano y el actor Luis Curiel.
En entrevista con el Consejo Nacional para la Cultura y las
Artes (Conaculta), Alicia Reyes recordó cómo surgió este poema dedicado a Ramón
López Velarde (1888-1921), a partir de una anécdota con su abuelo.
“Es la primera vez que puedo decir que llegó un poco de
inspiración a esta mujer que quería ser poeta. De niña, todos los sábados iba a
desayunar con mi abuelo al Sanborn’s de los Azulejos. No tenía edad de entender
quiénes eran sus amigos, pero eran grandes hombres de la cultura mexicana, como
Jaime Torres Bodet y José Gaos.
“Cuando caminábamos por Paseo de la Reforma y veía la
estatua de Cuauhtémoc, mi abuelo me decía: Siempre que pases por esta estatua
le vas a decir: Salud, Joven abuelo: escúchame loarte,/ único héroe a la altura
del arte. Incluso todavía que paso por ahí lo sigo haciendo en su memoria.
“Esa frase era de Ramón López Velarde y en 1971, estando
aquí sola en este lugar, ahora la Capilla Alfonsina, nació este poema. Me
acordé de la estatua de Cuauhtémoc, quise hacer algo parecido a Suave Patria,
pero quería ir más allá y derribar fronteras”.
Reconocida por el gobierno de Francia con la condecoración
de Caballero de la Orden de Artes y Letras en 1977, la escritora asegura que la
mejor herencia que le pudo dejar Alfonso Reyes es: “No te quedes con la duda”.
“Hay tanto que aprender y mi abuelo sembró en mí ese afán de
curiosidad. Era un cascabel, siempre estaba de buen humor y personalmente puedo
decir que me consintió mucho. No me separaba de él y casi, casi, vivía debajo
de su escritorio”.
La admiración hacia el filósofo, escritor, ensayista y poeta
oriundo de Monterrey, Nuevo León, se refleja en su trabajo desde 1973 al frente
de la Capilla Alfonsina, espacio que cumple con varias tareas: resguardar parte
de la biblioteca, manuscritos, fotografías, obras de arte y documentos del
escritor y es también un centro de estudios donde se imparte el Taller de
creación literaria y un seminario permanente sobre la vida y obra de Alfonso
Reyes.
Alicia Reyes aseguró que por fortuna se han cubierto muchas
de las facetas de su abuelo a través de un sinfín de publicaciones y
antologías, por lo que el interés por su obra crece enormemente entre las
nuevas generaciones.
Incluso, se ha abordado la etapa de su infancia, pues señaló
que con el apoyo de El Colegio Nacional se publicaron los cuadernos infantiles
de Alfonso Reyes, donde se muestran sus intentos de novela y cuento, junto con
dibujos en los que se observa su gusto por la magia.
“Hay manera de acercarlo y mostrarle a las nuevas
generaciones la importancia de su obra. Incluso se puede comenzar con un cuento
llamado La cena, el cual escribió en 1912, considerado un cuento de vanguardia.
Es un cuento perfecto, tanto así que Carlos Fuentes le pidió permiso y se
inspiró en él para escribir Aura”.
Entre las recientes publicaciones sobre el autor de Visión
de Anáhuac destaca Alfonso Reyes, un hijo menor de la palabra, de Javier
Garciadiego, que se presentará el próximo martes 16 de junio a las 19:00 horas
en la Capilla Alfonsina, con los comentarios de Fernando Curiel, Alicia Reyes,
Adolfo Castañón y el autor.
También una edición de lujo del libro Genio y figura, de
Alfonso Reyes, recientemente editado por la Universidad de Nuevo León, en el
cual Alicia Reyes nos guía en un viaje a través de la vida y la obra de su abuelo
por medio de relatos, testimonios directos o evocados e información
cuidadosamente recopilada.
“Toda su obra es inabarcable. Es de los pocos autores a
nivel internacional que yo calificaría de enciclopédico. Cuando fui a un
homenaje que le hicieron en España me dio mucho orgullo ver hasta qué punto el
abuelo sigue vigente. Aquí vienen investigadores de todo el mundo. En Cuba hay
un grupo de Alfonso Reyes, lo mismo que en Brasil, Argentina, Canadá. Hemos
cubierto prácticamente todo el planeta, porque hay traducciones de sus textos
hasta en un dialecto africano”.
Además de impartir el Taller de creación literaria y las
sesiones de Análisis de la obra de Alfonso Reyes en la Capilla Alfonsina,
Alicia Reyes no descuida su labor como escritora.
“Tengo una novela medio empezada que seguramente se llamará
Casandra y está inspirada en el personaje mitológico que pactó con Apolo el don
de la profecía a cambio de entregarle su amor. Sin embargo, una vez que tuvo el
poder de la adivinación, Casandra rechazó a Apolo y éste al verse traicionado
la castigo para que conservara su don, pero ya nadie creyera en sus
pronósticos. Mi intención es plasmar una Casandra moderna”, describió Alicia
Reyes, a quien el escritor Adolfo Castañón ha definido como “la mujer abanico”
o “la mujer milagro”.
Alicia Reyes es autora del libro de cuentos Sólo un perfume
tenue (1995) y las novelas Fetiche (1984), El almacén de Coyoacán (1990) y
Aniversario número 13 (2004).
También ha publicado los libros de poemas Poesías (1965), Y
en la sombra viva (1968), ¿Qué pasó con las parcas? (1976) y Ambartú (1984),
así como los ensayos Anecdotario de Alfonso Reyes (1968) y Voces para un
retrato (1991).
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