- Las obras: Esfera bórea, Céfiro de gloria, Torbellino de sueños, Galerna de santa Catarina y Rehilete de la vida
México, DF.- En cinco esculturas colocadas en diferentes puntos
de la ciudad de Pachuca, Hidalgo, el escultor Enrique Carvajal González, mejor
conocido como Sebastian, reflejó el elemento principal que distingue a esta
región: el viento.
El proceso creativo y desarrollo de este proyecto quedó
plasmado en el libro Ehécatl, Sebastian escultor y artista plástico que se
presentó la tarde de este martes 14 de julio en la Fundación Sebastián.
El artista estuvo acompañado por el presidente municipal de
Pachuca, Eleazar García, el artista plástico Manuel Marín y los escritores José
Antonio Lugo, René Avilés Fabila y Jorge Ruiz Dueñas.
Aseguró que se trata de un sueño hecho realidad y destacó la
calidad literaria de los textos que acompañan la publicación, junto con el
placer visual de las fotografías que invitan a ver directamente las esculturas
ubicadas en los bulevares Ramón G. Bonfil y Luis Donaldo Colosio; Minero,
bulevar Santa Catarina y Panorámico.
A lo largo del evento, el cual fue amenizado por la Orquesta
Filarmónica de Pachuca, los ponentes abordaron aspectos de las obras Esfera
bórea, Céfiro de gloria, Torbellino de sueños, Galerna de santa Catarina y
Rehilete de la vida, pieza inspirada en el juguete tradicional que gira
impulsado por el viento.
“Sebastian busca que sus obras estén a la vista de todos y puedan
ser disfrutadas por cualquier persona. Esto tiene un contenido social
importante. Su trabajo no es para estar encerrado. A la modernidad que se le
está dando a Pachuca se suman cinco obras extraordinarias”, dijo el periodista
y catedrático René Avilés Fabila.
El ensayista José Antonio Lugo expresó que a pesar que son
esculturas que pesan una enorme cantidad de toneladas, se insertan en un
movimiento que surge de la propia forma.
“No hablamos de obras estáticas, sino de obras con
movimiento y nos damos cuenta de este juego entre lo más inmóvil y lo más ágil.
En el caso del rehilete, es un juguete tradicional y desde el punto de vista
tecnológico es un elemento transformador de la energía. El rehilete se
convierte en la conjunción de un juego y la personalidad de esta ciudad de
clima frío que contrasta con la calidez de sus habitantes”.
Por su parte, el escultor Manuel Marín aseguró que Sebastian
desarrolla en estas piezas la representación objetiva de movimientos, a partir
del giro de un juguete, el desplazamiento de una ola, esa onda que se mueve a
través de mares y océanos, la rotación y geometría de una esfera cuántica y la
ondulación de una cinta.
“La geometría trabaja relaciones. En este proyecto la
abstracción que propone Sebastian se abre a la posibilidad de tener relaciones
con otros elementos, pero no significantes, son fenomenológicos, perceptivos”.
Agregó que el libro posee la característica que pocas
publicaciones tienen al ser resultado de un proyecto, lo cual permite generar
una reflexión en torno a la escultura.
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