México, DF.- A finales de la época de la Colonia, Yucatán,
entonces integrado por los actuales territorios de Campeche, Quintana Roo,
Tabasco, y el mismo Yucatán, vivió bajo el régimen de intendencia, y
escasamente participó en el movimiento de independencia de la Nueva España;
pero una vez lograda ésta, se incorporó oficialmente al Imperio mexicano, el 2
de noviembre de 1821.
A la caída de Iturbide, Yucatán se unió a la República
Federal y, en apego a la Constitución de 1824, se erigió como estado federal;
pero durante la época del gobierno centralista (1840-1843) su Congreso Local
rompió relaciones con México y se declaró como una República independiente, el
1 de octubre de 1841.
En 1843 se reincorporó al país, pero por la supuesta
indiferencia de Santa Anna, reasumió su soberanía en 1846. A menos de un año,
cuando México restableció su sistema federal, hubo otro intento de
reincorporación, el cual se frustró por una rebelión que comenzó en Campeche,
al considerar que ese era un momento inoportuno, ya que el país se encontraba
en guerra con Estados Unidos.
La situación se agravó con el inicio de la conocida Guerra
de Castas, movimiento indígena originado por la severa explotación a la que
eran sometidos los mayas en territorio yucateco.
Fue tal el caos, que el gobierno de Yucatán solicitó el
apoyo de Estados Unidos para terminar con los mayas, con la posibilidad de
incorporarse a aquel país, pero la solicitud fue rechazada; esto obligó al
Congreso a aceptar, sin condición alguna, la ayuda que México ofreció, y el 17
de agosto de 1848, el gobernador de ese territorio, Miguel Barbachano, decretó
la reincorporación de la península a México. (Fuente: PRI)
Referencia:
Historia Nacional. Alfredo Rodríguez C. José de J. León,
Margarito Trujillo. Palibrio.
Todas las desgracias anteriores no deben recordarse.
Biblioteca digital ILCE.
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