La última voluntad de Martiniano

La última voluntad de Martiniano

La mayoría de los periodistas de la vieja guardia, como Martiniano Alcocer Álvarez, son muy reservados sobre su vida privada y sólo se ventila en casos muy extremos, como cuando reciben amenazas contra su vida o conflictos familiares. Él vivió ambos. En vida fue amenazado de muerte y sacrificó su apellido. Ocho días después de morir, está “desaparecido” para sus familiares quienes, afirman, no se ha cumplido su última voluntad.

--“Sólo fíjate, cuando muera, si el Diario me dedica un obituario decente”, me dijo un día cuando me contó de su problema renal. “Entregué todo y expuse mi propia integridad”. Lo que jamás imaginó que moriría por Coronavirus un viernes 21 de mayo a las 21:40 horas.

Por la línea editorial del Diario de Yucatán (donde fue reportero, jefe de información y de redacción) recibió numerosas amenazas e incluso fue retado a liarse a golpes por un alto funcionario del gobierno estatal.

--“Mi tío se quitó la “y”, porque mi mamá ya no sabía qué hacer ya que llamaban a la casa, al ver su apellido, para amenazarlo de muerte. Yo decía que era mi papá y les daba mi dirección; quizás fui imprudente pero no me importaba defender a mi tío y que me atacarán a mí en su lugar. La solución fue quitarse la “y”, así que él pasó a ser Martiniano Alcocer Álvarez. Nunca más volvieron a llamar (a la casa) para amenazarlo”, cuenta su sobrino Joaquín Eduardo Carranza Alcocer, el hijo de Isabel, la hermana mayor del periodista.

Mi mamá es Isabel Alcocer y Álvarez y mis abuelos maternos son Víctor Alcocer Loria e Isabel Álvarez Martín, precisa

Así como varios reporteros y hasta personal de las empresas donde laboró dan testimonio del buen corazón del periodista, Carranza también cuenta los encuentros con su tío, en la empresa donde laboraron juntos una temporada.

--“De mi tío tengo muchas anécdotas que contar, aunque siempre lo alejaron de mí y de sus hermanas y mis primos, nos veíamos en la noche cuando él era Jefe de Redacción en el Diario o nos veíamos en la mañana para ir a jugar básquetbol. Ahí conocí a muchos amigos de él. 

En las noches mientras él trabajaba me prestaba su vehículo, un Cavalier, después un Escort, para poder salir con mi novia; me daba dinero para la gasolina y para invitar a mi novia a un lugar bonito a cenar; incluso me dio para el “pomo” cuando me lo pidieron los maleantes de una colonia dónde yo visitaba”, cuenta.

También confirma que, tras recibir su liquidación del Diario de Yucatán, Martiniano buscó la pensión. Tras la llegada de la pandemia su situación económica empeoró; y, también la familiar, al grado que fue despojado de sus propiedades.

--“No sé si obtuvo o no (la pensión)”, señala. "Aparte del problema renal que sufría también se le subía la presión a cada rato debido a las múltiples llamadas exigiéndole dinero. Muchos miembros de la familia, médicos y enfermeras estuvimos presentes al momento de esas llamadas exigiendo dinero y el manejo de las tarjetas donde sus amigos le depositaban dinero para ayudarle con los gastos", añadió.

Él pasaba una pensión de 12 mil pesos a Silvia Méndez, de quien estaba separado. Madre de sus dos hijas, Emma y Silvia. 

--“Sin importar (que su padre estuviera internado en el hospital) Emma llamaba exigiendo dinero, diciéndole que no sabía cómo le iba a hacer pero que su mamá necesitaba más dinero. El día de la muerte de mi tío agredieron a una trabajadora social en el Seguro porque mi prima Silvia (quien sí apoyó a su papá) firmó para que lo llevarán a cremar a la funeraria del IMSS y cumplir su última voluntad, pero llegaron su mamá y Emma y se llevaron las cenizas. 

Eso terminó de destrozar a mi mamá y a mis dos tías que pensaban que al menos se podían despedir de las cenizas de su hermano, así como mi tío fue un gran hombre, creo que también se debe de contar que mi prima Emma y su mamá, son animales de carroña que solo estuvieron haciendo más difícil la tarea de los doctores, llamando sólo para exigir más y más dinero y haciendo que se le suba la presión”, señala.

La última voluntad de Martiniano

Cuenta que después de la cremación, las cenizas de Martiniano desaparecieron. Emma bloqueó a los familiares de sus redes sociales y les dejó de contestar el teléfono.

--“Sí me gustaría saber dónde están las cenizas de mi tío. Creo que él merece una misa con sus cenizas. Como trabajador del IMSS también estoy enterado de las agresiones hacia la trabajadora social y estuve en sus últimos momentos con él, y tengo evidencias de que él no quería que tú y mi tía las tuvieran, dice su sobrino Víctor Manuel Duarte Méndez.

Su sobrina Berenice Rangel, vivió gran parte del sufrimiento familiar del periodista. Fue el apoyo en momentos difíciles e incluso ella y su esposo realizaron los trámites para ingresarlo en el Hospital T1 del IMSS, contagiado por COVID-19, donde finalmente falleció.

--“Tengo todas las pruebas de lo que mi tío sufrió. Tengo todas las pruebas de su última voluntad”, dice al periodista.

“Las circunstancias hicieron que hace dos años me demostrara lo mucho que confiaba en mí, espero no haberlo defraudado y que encontrara en mí lo que en esos momentos necesitaba. Fue un honor que me vieras de esa manera”, agregó.

“Las hermanas de mi tío, entre ellas mi mamá, mandan preguntar “¿Dónde pueden ir a darle el último adiós?, que si por favor les puedes decir, ya que no cumpliste su última voluntad, pide.

Tras la muerte de su padre, Silvia, la hija menor del periodista publicó en su cuenta:

--“Quiero agradecer a todas las personas maravillosas con las que he podido convivir en estos últimos días, Mi papá luchó hasta el último día de su vida y peleó por el último respiro que le llegó a sus pulmones. Mi papá no era mío, era de todos, era de muchos, a través de su trabajo dio preciosos frutos y amo intensamente su trabajo.

No era perfecto, pero era mi papi. Tuve la gran fortuna y privilegio de estar con él intensamente bajo su cuidado y tuve la inmensa fortuna de poderme despedir de él aún estando hospitalizado ya en sus últimos días de vida.

Sus últimas palabras fueron: “te amo” y su mirada de amor a través de la máscara de oxígeno de la cual se aferraba para volver a los brazos de quienes lo amábamos tanto.

Papá seguiré tu ejemplo, lucharé por el verdadero amor en mi vida y seré feliz. Todos los días te voy a extrañar y esperaré paciente cuando sea mi turno para reunirme contigo y volverte a ver. Te ama intensamente tu puchunguita”.

La hermana de Martiniano, Tere Alcocer señaló: “Las cenizas, no son más que eso, cenizas; su esencia es lo que importa. Te amo hermano y le pido a Dios que descanses en paz”.

--“Y si te salen los demás reporteros, como a mí, con eso de “respeta el duelo”, te sugiero, no pido, sólo sugiero una pregunta: ¿Respetar el duelo, de quién? cuando hay tres hermanas y muchos sobrinos que no pueden siquiera despedirse de sus cenizas.

Hoy viernes, a las siete y media de la noche, ya a ocho días de su muerte, los familiares y amigos asistirán a una misa “discreta” organizada por sus compañeros ex seminaristas en la parroquia de Pensiones, que será oficiada por el presbítero Joaquín Vázquez. Sin sus cenizas.

Y falta cumplir su última voluntad de entregar las cenizas a quien él decidió.

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