Nuestra dolorosa realidad.

En sólo dos meses y medio de este año unos cinco mil mexicanos han sido asesinados, entre ellos cinco periodistas. Cifras frías del presidente. La agresión y asesinato de periodistas, como son los casos de feminicidios y desapariciones de defensores de derechos humanos que la sociedad denuncia, incluso de ejecuciones de civiles por el crimen organizado, no es en contra del gobierno ni del gobernante en turno. 

La búsqueda de justicia, incluso ante organismos internacionales, es parte del genuino llamado de auxilio, de justicia, que un ciudadano implora ante una máxima autoridad. Inician con el alcalde, el diputado, el gobernador y llegan al presidente. De ahí, saltan a organismos internacionales.

Un caso emblemático de intervención de un organismo internacional, por ejemplo, fue el de Digna Ochoa, cuyo cuerpo fue encontrado sin vida el 19 de octubre de 2001.En México familiares, abogados y organismos defensores de los derechos humanos buscaron justicia. Fue hasta que la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de los Estados Americanos (OEA), tras diez años, ordenó al Estado mexicano reparar integralmente las violaciones de derechos humanos y reabrir la investigación penal de manera diligente, efectiva y dentro de un plazo razonable con el objeto de esclarecer los hechos en forma completa. En abril de 2021 el Estado mexicano reconoció su responsabilidad internacional.

¿Qué pasa en el periodismo? La propia Secretaría de Gobernación reconoce que desde que Andrés Manuel López Obrador asumió la presidencia en diciembre de 2018 han sido asesinados 56 periodistas en México, con lo cual rebasó los datos registrados en la mitad del sexenio de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

La dependencia federal reconoce que 253 trabajadores de la prensa han sido ejecutados desde diciembre de 2006 hasta este 8 de marzo de 2022. De ellos, 220 fueron hombres y 32 mujeres.  Desde inicios del sexenio de López Obrador a la fecha fueron asesinados seis mujeres y 50 hombres dedicados al periodismo. Aunque al contabilizar los registros de 2019, 2020, 2021 con 2007, 2008, 2009 y 2013, 2014 y 2015, en el gobierno del tabasqueño se superó las cifras.

Con los tres años del panista Calderón indicados se contabilizaron 41 periodistas asesinados, mientras que con el priista Peña Nieto fueron 44 y con el presidente en turno han sido 47. Es decir, las ejecuciones solo aumentaron.

En el caso específico del periodismo, la organización Artículo 19, en su sección México, y Reporteros Sin Fronteras, con sede en París, Francia, detallan que a partir del 2000 hasta el año pasado han documentado un total de 145 asesinatos a periodistas en México con relación a su labor. De esta cantidad, 134 son hombres y 11 más mujeres.

¿Y dónde recurren los periodistas, sean de la prensa escrita, fotoperiodistas, camarógrafos y ahora de los portales de internet? Los propietarios de los medios recurren a la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), por ejemplo. Los reporteros a sus endebles agrupaciones locales y de ahí al Instituto Internacional de Prensa (IPI) en Viena, la Federación Internacional de Periodistas (FIP), la Campaña Emblema de Prensa (PEC), el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, Reporteros Sin Fronteras, Artículo 19 y la Alianza de Medios Mx, entre algunos.

De tal manera que cuando el Parlamento Europeo y Antony Blinken, secretario de Estado de los Estados Unidos, expresan su preocupación por el asesinato de periodistas en México, los defensores de la libertad de expresión y de los derechos humanos ven una tenue luz en el túnel. Insisto, nadie acusa a presidente y creemos cuando dice que ahora el Estado no mata periodistas; pero se sigue matando periodistas y se recurre a él como una manera de lograr justicia porque, al final, el tema está en los juzgados.

Así que no sólo son cinco. Son más los periodistas asesinados sin justicia. Y si como dice el presidente que en sólo dos meses y medio de este año han asesinado unos cinco mil mexicanos en total, son cinco mil familias que le claman justicia iniciando el año, más los acumulados de años anteriores.

Esa es nuestra dolorosa realidad.

Marzo de 2022